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Vol. 13(2), julio-diciembre 2023
ISSNe: 2528-7818
BOSQUES LATITUD CERO
R E V I S T A I N D E X A D A
DISCUSIÓN
Para el indicador ambiental se obtuvo un valor promedio de 2,58; resultado se asemejan a los obtenidos
con otras investigaciones que encontraron IE con valoraciones altas en cafetales como lo reportado por
Jumbo, (2020); donde la pendiente es la principal limitante. y se considera importante la presencia y
manejo de la cobertura vegetal, biodiversidad, diversidad de cultivos (Márquez et al., 2016) y manejo
de las prácticas agroecológicas (Bravo et al., 2017).
Esta realidad sugiere que la dimensión ambiental de los SAF evaluados son sustentables, ya que sus
limitaciones no pueden ser susceptibles a ser modicados por la acción del hombre (Sarandón y Flores,
2014), además es importante resaltar la biodiversidad existente y su aporte a las actividades agrícola
que se asocian a los SAF ( Sarandón, 2020).
En lo referente al indicador económico, muestran que el rendimientos del cultivo condiciona la dimensión
económica, característica que es similar en varios estudios que se han realizado a los cafetales, (Bravo
et al., 2017; Jumbo, 2020). Si bien estos son superiores o muy cercanos al promedio de rendimiento
nacional (Coordinación General de Información Nacional Agropecuaria, 2022), los volúmenes de
producción están limitados por la supercie de las ncas y baja productividad.
Es necesario destacar que en el café de altura con procesos orgánicos, existen mejores condiciones de
comercialización en contraste con aquellos de producción convencional, lo que mejora la valoración de
IK (Márquez et al., 2016). No obstante, el sistema de producción resulta ser tradicional o semi tecnicado,
tanto para el control natural de plagas y enfermedades como a nivel de fertilización lo que le dan una
connotación agroecológica, basándose en un equilibrio ecológico por medio de la biodiversidad de
insectos, microorganismos, animales y plantas en el sistema (Dubrovsky, 2020; Paleologos et al., 2017).
El indicador socio cultural obtuvo un valor promedio de 1,82 catalogado como limitante, originado por
la baja de participación de los integrantes familiares en las actividades cafetaleras, donde el renuevo
generacional resulta determinante en el futuro de esta actividad y condicionan el proceso de integración
social (Baker y García, 2020). Los criterios de inclusión en estos productores resultaron ser un hallazgo
interesante se visibiliza la relación entre ambos géneros, su entorno, espacios de participación, toma de
decisiones y las prácticas de manejo de los SAF donde se ponen en juego los conocimientos y saberes,
desde la visón de cada uno de ellos (Blanco, 2020).
No se puede descartar la posible interferencia del limitado conocimiento tecnológico y conciencia
ecológica, producto del escaso fortalecimiento de capacidades locales y reducida asistencia técnica.
Estos resultados corroboran lo reportado en estudios realizados a SAF asociados a café arábica (Jumbo,
2020), y cultivos de café robusta (Bravo et al., 2017) que indican la inuencia que tendría la satisfacción
de necesidades, servicios básicos, acceso a la educación; así como las cuestiones ligadas a la organización
comunitaria para este indicador.
De conformidad a lo planteado por Sarandón y Flores (2004), se considera que un SAF de café es sustentable
cuando el IsGen es superior a 2 o bien ninguno de los tres indicadores alcancen un valor menor a 2; el
resultado en esta investigación demuestra que el ISGen está sobre el umbral de 2 alcanzado por el IE e IK;
sin embargo, lo valorado en la dimensión socio cultural es limitante con el valor de 1,82 lo que determina
que los sistemas agroforestales de café no son sustentables, pues bajo las condiciones actuales, en el
sector estudiado no son socialmente aceptables y no estaría garantizada su permanencia en el tiempo.
Esta realidad es consecuente con lo establecido en varias evaluaciones de sostenibilidad aplicadas al
sector cafetalero, donde se evidencia que los parámetros socioculturales (Santistevan et al., 2014) ,
presentan deciencias, sobre la base de la insatisfacción de las necesidades básicas de los productores,
la baja integración social (Jumbo, 2020), producto de la escasa incorporación de equidad de género en
los procesos productivos, así como en el escaso interés de las nuevas generaciones en estas actividades.