EPIPLOITIS AGUDA SUPURATIVA, TRATAMIENTO QUIRÚRGICO SARANGO et al.
son pequeños sacos constituidos de estructuras peduncula-
das del tejido adiposo, que protruyen del borde antimesenté-
rico del colon y están dispuestos en 2 filas longitudinales que
se extienden desde el ciego hasta la unión recto-sigmoidea
(Madrazo et al., 2008). Existen de 100 a 150, y su longitud
varía entre 0,5 y 5 cm., conteniendo únicamente tejido adi-
poso y estructuras vasculares. La vascularización es terminal
y la extrema movilidad de estas pequeñas estructuras pedi-
culadas hacen posible su torsión, que representa su patología
más frecuente (Herrera et al., 2018). Como consecuencia, se
produce un infarto isquémico de la grasa con irritación pe-
ritoneal, ocasionando un abdomen agudo, que en ocasiones
simula un cuadro quirúrgico (Roldan, et al., 2016)
La epiploitis fue descrita por primera vez en 1956 por
Lynn y cols.; se presenta de forma más frecuente de la cuarta
a la quinta década de la vida, con una tasa de incidencia entre
hombres y mujeres de 1:3 (Roldan, et al., 2016). Su locali-
zación más habitual es en los cuadrantes inferiores, es decir
las adyacentes al colón sigmoides y ciego. Cabe señalar que
puede simular un cuadro quirúrgico que rara vez se sospecha
clínicamente y que suele ser un hallazgo radiológico o quirúr-
gico (Martínez, et al. 2010). Desde este punto de vista, existe
la necesidad de conocer esta entidad infrecuente en la que el
papel del radiólogo es esencial para evitar errores diagnós-
ticos, ingresos hospitalarios y cirugías innecesarias (Valdés,
et al., 2022). Aunque es una afección benigna y, a menudo,
autolimitada, la capacidad de EA para imitar otros procesos
patológicos hace que sea una consideración importante en
pacientes que presentan síntomas abdominales agudos (Pa-
tel, et al., 2007).
La localización es variable; sin embargo, predomina en fo-
sa ilíaca izquierda, donde los apéndices epiploicos son de
mayor número y tamaño simulando una diverticulitis, o la
fosa ilíaca derecha. imitando una apendicitis aguda o dispo-
nerse en cualquier otra localización (Madrazo, et al., 2008).
Se debe tener en cuenta que las pruebas analíticas no suelen
mostrar alteraciones destacables o generalmente discreta leu-
cocitosis y/o desviación izquierda y/o incremento de la PCR
ni aumento significativo de la VSG. (Núñez et al., 2006). En
general no hay defensa abdominal; aunque sí existe Blum-
berg localizado, palpándose en ocasiones una masa subpa-
rietal. Respecto a las técnicas de imagen, la radiografía sim-
ple carece de utilidad (Núñez, et al., 2006). Recientemente
se han descrito hallazgos ultrasonográficos de esta patología,
refiriéndola como una masa oval, hiperecoica no compresible
y en ocasiones con un halo periférico hipoecoico. esta masa
se adhiere a la pared abdominal anterior, y permanece fija
durante la inspiración profunda (Solórzano, et al., 2016). El
estudio histopatológico mostrará signos de inflamación e in-
farto hemorrágico, con necrosis grasa y exudado fibrino leu-
cocitario (Martínez, et al., 2010).
CASO CLÍNICO
Paciente masculino, de 29 años de edad, soltero; sin an-
tecedentes patológicos de importancia, que acude a la emer-
gencia por dolor abdominal agudo, localizado en flanco de-
recho, de inicio insidioso y progresivo de tres días de evolu-
ción que cede parcialmente con analgésicos y exacerba hace
una hora. Al examen físico, signos vitales estables, IMC: 28.
Abdomen suave depresible, doloroso a la palpación superfi-
cial y profundo en flanco derecho, con signos de irritación
peritoneal. Analítica: la biometría hemática revela leucocito-
sis leve con desviación a la izquierda, PCR aumentada. La
ecografía revela colecistitis aguda alitíasica. Se cataloga co-
mo abdomen agudo inflamatorio, se decide realizar laparos-
copía diagnóstica y terapeútica encontrándose una vesícula
distendida por el ayuno prolongado y una masa inflamatoria
necrosada con fibrina de 10 x12 cm adherido a borde antime-
sentérico de colon derecho a 10 cm de la válvula íleocecal,
se realiza clipaje de base de apéndice epilpoico y resección
de omento adherido, con evolución favorable. El estudio his-
topatológico reveló una epiploitis aguda supurativa.
DISCUSIÓN
La apendicitis epiploica primaria. es una enfermedad cau-
sada por la inflamación del apéndice epiploico, tejido adipo-
so subseroso a lo largo del colon (Legome, et al., 2002) lo
cual sucedió en nuestro caso; puede ocurrir a cualquier edad,
incluida la infancia, con un pico de incidencia en el quin-
to década, con una ligera preponderancia masculina (Jain, et
al., 2008), debido a que nuestro paciente tuvo 29 años no se
sospechó en este diagnóstico.
La epiploitis es una causa de dolor abdominal agudo, diag-
nosticada en raras ocasiones y caracterizada por dolor inten-
so, permanente, sin o con signos de irritación peritoneal, que
muchas veces contrasta con el buen estado general del pa-
ciente (Herrera, et al. 2018). Es de suma importancia rea-
lizar el diagnóstico diferencial con patologías más frecuen-
tes como: la apendicitis, colecistitis, diverticulitis o el infarto
omental (Martínez, et al. 2010).
En el presente caso, la ecografía reportó colecistitis aguda;
por su parte, la tomografía es un estudio de imagen limitado
en el hospital donde se presentó el caso, por lo cual se deci-
dió realizar una laparoscopia diagnóstica, observándose una
masa inflamatoria (plastrón) con fibrina en el borde antime-
sentérico de colon derecho a 10 cm de la válvula íleocecal.
(Figura 1), Bajo este contexto, se resolvió el caso por vía la-
paroscópica, con exéresis de plastrón incluyendo el apéndice
epiploica comprometida, obteniéndose la muestra como se ve
parte de epiplon necrosado (Figura 2). El estudio histopatoló-
gico revela epiploitis aguda supurativa. El reconocimiento de
los signos de la apendicitis eploica primaria en la tomografía
debería permitir un diagnóstico seguro y evitar una cirugía
innecesaria (Sin et al., 2006), sin embargo en centros donde
se carece de tomógrafo no se puede realizar
En comparación con un estudio la última actualización de
epiploitis en UptoDate, por (Gelrud, et al., 2022), describen
en su trabajo los hallazgos principales para diagnosticar me-
diante TAC: 1) lesión ovoide con densidad de tejido graso
en borde antimesénterico del colon; 2) “Signo del anillo hi-
perdenso” que representa al peritoneo visceral inflamado ro-
deando al apéndice epiploico; y 3) “Signo del punto central”
que se manifiesta como una imagen puntiforme o línea hiper-
densa en el centro de la lesión, que representa los casos cen-
trales engrosados o trombosados. En cuanto al estudio reali-
zado por (Tronco, et al., 2012), indica las características de la
apendicitis epiploica por tomografía computarizada (TC) son
bastante típicas y están bien descritas. Por lo tanto, los médi-
cos deben considerar el papel diagnóstico de la tomografía en
esta desafiante enfermedad infradiagnosticada; en el reporte
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