EFECTO DE INOCULACIÓN MICORRÍZICA SISALIMA-ORTEGA et al.
con micorrizas. Estos resultados demuestran que los HMA
producen un efecto positivo en estas variables, sin embargo,
también es indispensable llevar a cabo un plan de fertiliza-
ción para la obtención de mejores resultados, esto logra una
mejor interrelación entre el nutriente y el organismo que lo
transforma en el suelo. Al respecto, Pérez (2000) manifiesta
que con la utilización de los HMA como biofertilizantes no
se suprime la aplicación de fertilizantes, sino que la fertiliza-
ción se hace más eficiente y puede disminuirse la dosis.
El uso de HMA afectó positivamente al número de mazor-
cas por planta, pero no afectó al índice de mazorca, mientras
que el peso de mazorca registró un aumento en el tratamiento
T3 de 367 g en relación al tratamiento T1 (control). Al res-
pecto, Vázquez et al. (2011) mencionan en su estudio que en-
contraron diferencias estadísticamente significativas en cuan-
to al número de frutos por planta y al peso del fruto, siendo
las plantas tratadas con HMA las que presentaron el mayor
número y peso de frutos con respecto a las plantas no inocu-
ladas, atribuyéndose el incremento a una mayor exploración
del volumen del suelo y a una mayor absorción de agua y
nutrientes. De igual manera, Choez (2021) sostiene que la
aplicación de HMA en pitahaya aumenta el número de frutos
por planta y presenta mayor peso de frutos. Sin embargo, Co-
lina et al. (2020) no reportaron significancia estadística para
el número de mazorcas en el cultivo de maíz, pero destaca-
ron que con aplicación de HMA se tuvieron más mazorcas
en comparación al tratamiento testigo sin estos microorga-
nismos.
En la variable número de almendras, se encontraron di-
ferencias significativas en todos los tratamientos, siendo el
tratamiento T3 con aplicaciones mensuales de 17 600 espo-
ras de HMA el que tuvo mayor influencia, mientras que el
tratamiento T1 (control) obtuvo la media más baja. Estos re-
sultados concuerdan con Latacela et al. (2017) que en su es-
tudio mencionan que los tratamientos con HMA obtuvieron
un mayor número e índice de semilla en relación al testigo,
debido a que las micorrizas como recurso biológico generan
beneficios al mejorar las condiciones fisicoquímicas y bioló-
gicas del suelo favoreciendo la disponibilidad de nutrientes
para la planta. Las propiedades físicas reflejan la manera co-
mo el suelo almacena y provee agua a las plantas y permite
el desarrollo radical, de la misma forma las propiedades quí-
micas se relacionan con la calidad y disponibilidad de agua y
nutrientes para las plantas, entre ellas cabe resaltar pH, mate-
ria orgánica y conductividad eléctrica (Bautista et al., 2004).
En lo que respecta al peso de almendra, sí se encontraron
diferencias significativas entre los tratamientos, ya que los
HMA produjeron un efecto positivo en cuanto al peso de al-
mendra. Esto concuerda con Terry y Leyva (2006), quienes
mencionan que los hongos micorrízicos contribuyen al esta-
do nutricional de las plantas, generando incrementos en los
componentes del rendimiento, evidenciándose en qué grado
los microorganismos logran poner en función de las plantas
sus diferentes mecanismos de acción relacionados con la ab-
sorción de nutrientes, contribuyendo al estado nutricional de
las plantas y ejerciendo un efecto positivo en la producción
del cultivo de tomate.
En relación a la producción y rendimiento, aplicaciones
mensuales de 17 600 esporas de HMA tuvieron efectos posi-
tivos, atribuidos a la mayor adaptabilidad de estos hongos a
las condiciones ambientales de la región, así como a una ma-
yor asociación con la parte radical de las plantas (Vázquez et
al., 2011). Por su parte, Franco (2018) menciona que la mejor
asimilación ya no solo de agua, sino también de nutrientes,
facilita un aumento de la producción aproximadamente en un
80% en relación a las plantas no micorrizadas en el cultivo
de soja. Las micorrizas mejoran la capacidad productiva de
suelos poco productivos, como los afectados por la desertifi-
cación, la salinización y la erosión hídrica y eólica (Molina,
2008). Los HMA son eficientes al poner a disposición a la
planta los elementos nutricionales esenciales como N, P, K,
Ca, Mg, S, Zn, Cu, Mo, Fe, Mn, que se traducen en buen
rendimiento obtenido, además de formar parte de una pro-
ducción sana y sostenible (Vera et al., 2004). El uso de HMA
en la producción de papaya ‘Maradol’ incrementó significa-
tivamente el rendimiento sin afectar la calidad de los frutos
(Vázquez et al., 2011). De igual manera, los resultados de
este estudio concuerdan con Luna et al. (2020), quienes en-
contraron resultados favorables con la inoculación de hongos
micorrícicos en el cultivo de papa, obteniendo rendimientos
hasta en un 30% más respecto al cultivo control. González
y Rodríguez (2004) en su estudio sobre aplicación de hon-
gos micorrícicos a plantas de café, al analizar la colonización
fúngica de la raíz, observaron que la cepa con una micorri-
zación más efectiva y un efecto agrobiológico superior fue la
de mayor porcentaje de colonización, lo que se debía a una
mayor frecuencia de aplicación de HMA, superando los va-
lores obtenidos en las plantas no micorrizadas, por lo tanto
se asegura su permanencia, que podría verse afectada por la
competencia de otros microorganismos del suelo o a las con-
diciones químicas del suelo, como el pH.
En este trabajo los rendimientos en todos los tratamientos
superaron los 1 000 kg/ha, alcanzando el máximo de 3,2 t/ha
con la aplicación de 17 600 esporas de HMA mensualmen-
te, valores que superan a los registrados para cacao Nacio-
nal. Sin embargo, estos valores son cercanos a los reportados
para el clon CCN-51 bajo fertilización: Sánchez-Mora et al.
(2015) registraron un rendimiento en seco de 1,05 t/ha con
la aplicación de fertilización completa en la costa ecuatoria-
na. De igual manera, en el clon CCN-51 Cuenca-Cuenca et
al. (2019) obtuvieron valores desde 0,995 a 2,39 t/ha usando
fertilización NPK en diferentes dosis, mientras que en el con-
trol (sin NPK), obtuvieron valores de 0,82 t/ha. En Colombia,
se reportaron rendimientos de 2,02 t/ha para el clon CCN-51
con fertilización NPK (Puentes-Páramo et al., 2016) y ren-
dimientos entre 2,3 y 2,8 t/ha usando fertilización completa
(Ruales-Mora et al., 2011).
En cuanto a la incidencia de monilia, no se mostraron di-
ferencias significativas por lo que todos los tratamientos re-
gistraron un porcentaje similar, sin embargo, se debe resaltar
que sí existió una alta incidencia de esta enfermedad en todo
el cultivo; esto pudo deberse a las condiciones ambientales
que presenta la zona, ya que como lo mencionan Tuesta et al.
(2017) este desorden se puede deber a factores ambientales
como temperatura y precipitaciones elevadas, sumado a esto
se contaba con un cultivo orgánico, por lo cual no se aplica-
ron productos químicos sino orgánicos para el control de esta
enfermedad.
La aplicación mensual de 17 600 esporas de HMA llevó
a mayor producción y rendimiento, sin embargo, no produ-
jo una reducción mayor de Cd en el suelo en relación a la
aplicación del doble de cantidad de esporas de HMA, a pesar
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