
ESTABLECIMIENTO DE PROTOCOLOS DE CULTIVO ROMÁN-CÁCERES et al.
nidad científica a lo largo de los años, debido a sus roles ver-
sátiles en el ecosistema. Adicionalmente, se han identificado
unas 24 especies dentro del género, de las cuales, varias se
consideran como importantes patógenos humanos: Acantha-
moeba castellanii, A. polyphaga, A. astronyxis, A. hatchetti,
A. culbertsoni, A. healyi yA. byersi (Landell et al., 2013).
Por otra parte, Acanthamoeba spp. son considerados un
importante reservorio de bacterias, virus y hongos, ya que es-
tos microorganismos se protegen de las condiciones ambien-
tales desfavorables dentro del sistema celular de Acantha-
moeba spp. (Siddiqui y Khan, 2012).
Posteriormente, los microorganismos regresan al me-
dio ambiente con implicaciones de interacciones parásito-
parásito, que pueden contribuir a la evolución y transmisión
exitosa de microorganismos en el medio ambiente. Sin em-
bargo, la naturaleza exacta de la simbiosis y el beneficio que
representan para las amebas anfitrionas aún no están claros
(Greub y Raoult, 2004).
Según Siddiqui y Khan (2012), el género Acanthamoeba
desempeña dos funciones ecológicas principales en el suelo:
el reciclaje de nutrientes y la formación de la estructura de
la comunidad microbiana. En general, Acanthamoeba pue-
de desarrollar una función importante en la regulación de las
poblaciones, contribuyendo al comportamiento de los ecosis-
temas (Greub y Raoult, 2004).
El ciclo de vida de Acanthamoeba spp. se divide en dos
etapas: el trofozoito y el quiste. Los tamaños de los trofozoi-
tos y quiste varían entre las diferentes especies de Acantha-
moeba (Siddiqui y Khan, 2012). Tanto el trofozoito como el
quiste se caracterizan por un solo núcleo que tiene un gran
nucléolo denso y central. Cuando el trofozoito se divide rá-
pidamente por mitosis, la membrana nuclear y el nucléolo
desaparecen. El trofozoito, cuando se encuentra en condicio-
nes desfavorables, se enquista y dichos quistes pueden tener
una morfología variada pudiendo ser poliédricos o convexos
con paredes dobles; cuando el quiste es externo se conoce
como ectoquiste y endoquiste cuando es interno (´
Swiderski,
2009)
El género Acanthamoeba se alimenta de microorganismos
presentes en superficies, en diversos ambientes (Khan, 2006)
e incluso en la interfase aire-agua conocida como zona pe-
lágica (Siddiqui y Khan, 2012). Las estructuras espinosas
o acanthopodia que surgen de la superficie de los trofozoí-
tos de Acanthamoeba pueden usarse para capturar partícu-
las de alimentos, que generalmente son bacterias (´
Swiderski,
2009), pero también se alimentan de algas, levaduras (Khan,
2006) y otros protistas. La absorción de nutrientes, solutos
etc. en Acanthamoeba se produce por fagocitosis y pinoci-
tosis. Estas amebas pueden tomar solutos de diferentes pe-
sos moleculares, incluyendo albúmina (Mw 65 000), inulina
(Mw 5000), glucosa (Mw 180) y leucina (Mw 131) ((de Sou-
za Gonçalves et al., 2018). Posteriormente a la absorción de
partículas, Acanthamoeba exhibe la capacidad de distinguir
vacuolas que contienen partículas digeribles e indigeribles.
Por ejemplo, Bowers y Olszewski (1983) demostraron que
el destino de las vacuolas dentro de Acanthamoeba depende
de la naturaleza de las partículas. Adicionalmente, estudios
sobre la absorción de partículas en Acanthamoeba sugieren
que es un proceso complejo que puede desempeñar un papel
importante tanto en la supervivencia como en la patogenia de
estos organismos (de Souza Gonçalves et al., 2018).
Los trofozoítos de Acanthamoeba spp. se han utilizado
ampliamente como sistemas modelo para estudiar la biolo-
gía de las células eucariotas, debido a su tamaño relativa-
mente grande, rápido crecimiento en cultivo y motilidad ac-
tiva (Caumo et al., 2014). El citoesqueleto bien desarrollado
de estos organismos los convierte en modelos especialmen-
te buenos para comprender la motilidad basada en el citoes-
queleto de actina y otros aspectos moleculares de motilidad
celular (Siddiqui y Khan, 2012).
Por otra parte, estudios de proteómica para Acanthamoe-
ba spp. en etapa de trofozoíto han determinado la variedad
de proteínas expresadas por especies de este género, lo que
ha ayudado a dilucidar los mecanismos moleculares de inter-
acción con las especies huésped y a identificar posibles bio-
marcadores para el diagnóstico y dianas para el desarrollo de
nuevos fármacos y vacunas (Khan, 2006).
Como se mencionó anteriormente, el género Acanthamoe-
ba en ambientes naturales suele alimentarse de bacterias, le-
vaduras, pequeños protozoos, entre otros, por lo que cual-
quiera de ellos puede ser usado como sustrato de crecimiento
en condiciones de laboratorio. Siddiqui y Khan (2012) men-
cionan que existen algunos problemas cuando se usan leva-
duras y pequeños protozoos como sustrato de crecimiento
debido a la complejidad de la preparación del medio. Sin em-
bargo, las sustancias orgánicas como la glucosa, la peptona u
otros sustratos proporcionan nutrientes ricos para organismos
no deseados, es decir, levaduras, hongos, otros protozoos y
bacterias. Para superar estos problemas técnicos y maximi-
zar la probabilidad de aislar únicamente Acanthamoeba de
muestras ambientales y clínicas, se han desarrollado protoco-
los utilizando ensayos de placas petri con bacterias Gram ne-
gativas como sustrato para obtener un gran número de trofo-
zoítos de Acanthamoeba para estudios bioquímicos. Las bac-
terias Gram negativas más utilizadas son Escherichia coli o
Klebsiella aerogenes que se siembran en la placa de agar sin
nutrientes como fuente de alimento para Acanthamoeba. El
agar sin nutrientes contiene nutrientes mínimos y, por lo tan-
to, inhibe el crecimiento de organismos no deseados (Khan
et al., 2002).
Acanthamoeba se puede cultivar ’axénicamente’ en ausen-
cia de organismos alimentarios vivos externos. Esto general-
mente se conoce como cultivo axénico para indicar que no
hay otros organismos vivos presentes. Sin embargo, se consi-
dera que es posible que los cultivos de Acanthamoeba nunca
sean verdaderamente axénicos, ya que pueden contener bac-
terias vivas que sobreviven internamente como endosimbion-
tes (Siddiqui y Khan, 2012). En este sentido, en condiciones
de laboratorio, el crecimiento axénico se logra utilizando me-
dio líquido PYG (Khan, 2001).
A pesar de su distribución extensa en la naturaleza y su
relevancia ecológica, en Ecuador, las investigaciones sobre
este género de amebas son limitadas, lo que resulta en una
falta de métodos estandarizados para su cultivo. La carencia
de estudios específicos ha llevado a la ausencia de protoco-
los establecidos y a una brecha de conocimiento significativa.
Este vacío en la investigación plantea preguntas fundamenta-
les sobre los métodos de cultivo y sus limitaciones, ya que no
se han delineado claramente. Establecer protocolos y com-
prender las posibles restricciones en caso de su existencia se
convierte, por tanto, en una necesidad imperante para abor-
dar este vacío y avanzar en el interés científico en torno a
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