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Vol. 12 Nro. 1, Enero-junio 2023
ISSN: 2602-8174
RESUMENRESUMEN ABSTRACTABSTRACT
El carnaval ha sido estudiado desde diferentes
perspectivas y contextos, pues al tratarse de una
celebración a nivel mundial en el mundo cristiano,
cada población lo concibe y lo celebra de diferentes
maneras. A partir de esta diversidad, se han generado
particularidades como es el en el de caso de la
parroquia de Jadán, donde sus habitantes transmiten
por medio de variopintas expresiones culinarias,
artísticas, rituales, etc., las creencias, las costumbres
y las adaptaciones en la esta de carnaval. Desde
esta perspectiva, se planteó esta interrogante: ¿cómo
se ha resignicado esta celebración con el paso del
tiempo? Para responderla, se utilizó la metodología
etnográca con las técnicas e instrumentos
siguientes: bola de nieve, observación, entrevistas
semiestructuradas, diario de campo, fotografía, y
grabación. Luego, con el análisis y la interpretación
de la información primaria, se registraron diferentes
actores, contextos y elementos que intervienen en
la festividad. Los resultados obtenidos permitieron
conocer el gozo de los cuerpos a través de la comida, la
bebida y la indumentaria; así como la resignicación
de la memoria por medio de luchas simbólicas
(chivos carnavaleros y pucará) y la integración
de símbolos religiosos como la cruz y la shitana.
Palabras clave: Carnaval, memoria, Jadán, agradecimiento,
luchas simbólicas
Carnival has been studied from dierent perspectives
and contexts, since it is a worldwide celebration in
the Christian world, each population conceives and
celebrates it in dierent ways. From this diversity,
particularities have been generated as in the case of the
parish of Jadán where its inhabitants transmit through
various culinary, artistic, ritual expressions, etc., the
beliefs, customs and adaptations in this celebration.
From this perspective, the following question was
posed: how has the festival been redened over time? To
answer this question, the ethnographic methodology
was used with snowball techniques, observation, eld
diary, photography, semi-structured interviews and
recording. en, with the analysis and interpretation
of primary information, dierent actors, contexts and
elements involved in the festivity were recorded. e
results obtained allowed us to know the joy of the
bodies through food, drink and clothing; as well as the
resignication of memory through symbolic struggles
(carnival goats and pucará) and the integration of
religious symbols such as the cross and the shitana.
Keywords: Carnival, memory, Jadán, gratitude, symbolic
struggles.
Joy of bodies, festive clothing and belligerent memories: ethnographic record of the Jadan
carnival
Verónica Siavichay
Universidad de Cuenca
veronica.siavichay@ucuenca.edu.ec
ORCID: 0000-0002-3062-4223
Gozo de los cuerpos, indumentarias festivas y memorias beligerantes: registro etnográco del
carnaval de Jadán
RECIBIDO: 14/11/2022 ACEPTADO: 20/03/2023
Maa Teresa Arteaga
Universidad de Cuenca
maria.arteagaa@ucuenca.edu.ec
ORCID: 0000-0001-6654-9352
DOI: 10.54753/eac.v12i1.1698
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INTRODUCCIÓNINTRODUCCIÓN
¿Qué signica “carnaval” como término?,
¿cuál es su origen?, ¿de dónde proviene? Como
muchas de las celebraciones europeas que heredamos
del dominio cristiano, el vocablo está asociado con la
esta religiosa. Formó parte de aquel proceso llamado
evangelización mediante el cual creció y se consolidó
la religión católica. De acuerdo con la denición que
ofrece Oxford Languages (s.f.) no llegó directamente
del latín sino del italiano:
Préstamo (s. XV) del italiano carnevale y este
de carnelevale, alteración del latín carnelevare,
compuesto de carne ‘carne’ y levare ‘quitar’,
por alusión a la tradición de no comer carne
durante el ayuno de Cuaresma. El término
tradicional castellano carnestolendas procede
de la elisión de la frase latina ( dominica antes)
carnes tollendas ‘(domingo antes de) quitar
las carnes.
Por tanto, se considera una observancia
pública a diferencia de la Cuaresma, es decir, un
tiempo de ayuno y abstinencia (Guerra, 2014). En
otras palabras, se reere al consumo y celebración de
la carne antes del miércoles de ceniza (Delgado, 2009).
Por otro lado, el Carnaval es una celebración sagrada
y obscena para quienes lo asocian con la magia y la
religión, pues es la época en que desaparecen todas las
leyes o el orden social, se permite vivir a las personas,
gozar de total libertad y celebrar a través de una serie
de acciones predeterminadas (Ríos Acuña, 2009).
Desde este punto de vista, esta festividad se entiende
como una forma de vida especial en una época estable,
en la que la risa, el humor, la comedia y el drama son
expresiones de alegría y pérdida de poder, tanto civil
como eclesiástico (Bajtín, 2003).
Para Medina Cano (2011) y Guerra (2014), el
festival marca un momento de liberación apasionado
y emocional, creado y expresado en torno a temas de
abundancia, alegría, caos y necesidad de poder. La
combinación de disfraces, máscaras, comparaciones,
danzas folclóricas, disfraces, música, etc., resaltan el
espíritu rebelde de quienes participan (Pérez, 2014).
El evento acoge la expresión cultural de colectivos
que han salido a la calle a compartir, celebrar y
revivir sus creencias, conocimientos, valores e ideas
(Mariano & Endere, 2017). Para Arévalo (2009), las
estas, en especial los carnavales forman parte del
acervo cultural de diferentes grupos de personas,
pues remiten a una forma de vida cuya identidad es
revelada por los participantes.
Allegrucci (2016) sostiene que esta
celebración es parte integral de la memoria colectiva
y que su valor radica en la narración oral; es decir,
en recuerdos que mantengan y potencien el sentido
de pertenencia. Sin embargo, De la Rosa (2017) lo
dene como un encuentro comunitario, que busca
la alegría y el disfrute de los asistentes al festival ya
que participan voluntariamente de actividades en el
espacio y el tiempo, el tiempo especicado. Por ello,
esta celebración ha sido una de las celebraciones más
importantes de las comunidades porque algunos de
sus miembros la consideran, igualmente, un gran acto
teatral lleno de rituales, disfraces, danzas, mitos y
excesos en la comida y la bebida (González, 2018).
En Ecuador existen diferentes elementos y
formas de manifestar estas festividades, y la fecha de
su ejecución también varía, como en todos los países
católicos, según la semana de Cuaresma y Semana
Santa. Por ejemplo, en el siglo XX, en Guaranda,
ciudad serrana que y capital de la provincia de
Bolívar, la clase obrera se vistió con sus mejores
galas y fue a celebrar a hogar de un antrión. Los
patios interiores de las viviendas eran y son el lugar
perfecto para jugar y disfrutar de las gallinas, cuyes
, mote (maíz cocido), papas, frutas y bebidas, entre
otras cosas, que se ofrecen (Instituto Nacional de
Patrimonio Cultural [INPC], 2002). Por su parte, en
Ambato, otra urbe serrana y capital de la provincia de
Tungurahua, desde mediados del siglo XX, la esta
es preparada con meses de anticipación. Así, desde
agosto, los lugareños comienzan a planicar una serie
de actividades basadas en los valores y costumbres del
lugar (INPC, 2009), y la celebración es conocida como
la Fiesta de las Flores y las Frutas.
El artículo 242 de la carta magna de Ecuador reconoce que “El Estado se organiza territorialmente en regiones, provincias, cantones y parroquias rurales.” Aten-
diendo a los intereses de este estudio, vale agregar que geográcamente se divide en zona continental y zona insular construida por el Archipiélago de Colón o Islas
Galápagos. “El territorio del Ecuador continental está dividido en tres regiones naturales claramente diferenciadas entre sí, ya sea por su topografía, clima, vegeta-
ción y población. Las tres regiones son: Costa o Litoral, Sierra o Región Andina, y el Oriente o Amazonía.” (Portilla Farfán, 2018, p.18).
De origen quechua, plural de cuy que signica “conejillo de Indias” (DLE, RAE, 2022, actualización).
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METODOLOAMETODOLOA
Se admite ahora que, en el Ecuador, la esta
del carnaval esté presente en diferentes lugares como
Guaranda y Ambato; sin embargo, existen localidades
más pequeñas donde también se desarrolla en
tiempos de carnaval una pluralidad de expresiones
e interpretaciones culturales. Este es el caso de la
parroquia de Jadán en el cantón de Gualaceo, donde
las personas realizan una serie de actividades durante
tres días como una forma de expresar alegría y gratitud.
Así, se tiene constancia de un excedente de alimentos
repartidos en más de una docena de platos, como
la chicha de jora(o bebida fermentada de maíz), la
sica acompañada de algunos instrumentos como
el pijuano, y el hecho de que los chiveros (personajes
de la celebración), visiten las casas en busca de de
comida. También participan la ñusta raymi, el taitay
la mama carnaval, y se practica la shitana tras
haberse prohibido en otros tiempos.
Como se puede apreciar, es una celebración que
presenta una amplia gama de rasgos y características.
Sin embargo, hasta el momento, sobre esta festividad
apenas se ha encontrado un manual titulado El
carnaval en Jadán: expresión festiva de la cultura de
Jadán y la resistencia popular (1998), que alude al
carnaval de la comunidad de El Carmen de Jadán, y
una nota de prensa de El Tiempo (2018). Por lo tanto,
se considera oportuno abordar su estudio con el
propósito de comprender su relevancia y signicado
como celebración que refuerza las identidades locales,
permite la previvencia de la memoria; también como
una muestra de adaptabilidad al cambio y como
una forma de resistencia y lucha simbólica a través
del juego del agua. Con esto en mente, este estudio
tiene como objetivo comprender las continuidades
y los cambios en el carnaval de Jadán a partir de las
percepciones o interpretaciones de la población.
Comunidad estudiada:
La provincia de Azuay es una de las 24 que
integran la República de Ecuador. Está localizada en el
sur del país, en la cordillera andina. Su segunda ciudad
más poblada, luego de la capital, es Gualaceo. Jadán es
una de sus parroquias. Fue fundada el 16 de diciembre
de 1786. Se encuentra a 28 km. de Cuenca, capital de
Azuay y a 22 km de su cabecera cantonal, Gualaceo. A
ella se llega por la vía Cuenca-Azogues. Sus habitantes,
unos 4.400, han vivido tradicionalmente de la
agricultura, aunque en los últimos tiempos comienza
a notarse un movimiento económico vinculado con
los tejidos de la paja, la elaboración de piola de cabuya
y la avicultura. Su ubicación geográca se muestra en
la Figura 1:
Figura 1
Ubicación de la parroquia Jadán
Fuente: Google Maps
Método de estudio
Para el estudio del carnaval de Jadán, se utilizó
el método etnográco, que se construye con el contacto
directo del investigador con las personas a través
del trabajo de campo para recolectar información
oral, visual y auditiva. Guber (2011) arma que la
etnografía es una tarea compleja, que debe conducir a
la construcción de una realidad hipotética descriptiva
sobre un grupo, sociedad o cultura en relación con
lo que hace y el signicado que le otorga. En el
mismo sentido, para Restrepo (2016), es un método
de investigación que se reere a la tarea de describir
las situaciones que existen en la vida de las personas
a través de sus capacidades reexivas. Por tanto, hay
En la esta perviven términos quichuas que aluden a personajes, juegos e instrumentos presentes en el carnaval.
Del aimara, signica “maíz germinado para hacer chicha” (DLE, RAE, 2022, actualización)
Especie de auta.
Palabras quichuas: ñusta es princesa, y raymi, esta; es decir, es una mujer electa pos sus atributos como la reina de la esta.
Palabra quichua que signica padre, pero también se usa para referirse a los hombres mayores.
Palabra quichua que signica madre, se usa asimismo para nombrar a las mujeres mayores.
Palabra quichua que signica botar, arrojar.
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que tener en cuenta dos aspectos: saber lo que hace
la gente (práctica); y entender lo que signica tomar
ciertas acciones para esta población.
Esta festividad se lleva a cabo durante un
período de tres días jos; sin embargo, exige varios
meses preparar lo que podría considerarse dos fases
distintas. La primera se centra a cómo el consejo
pastoral se encarga de todos los preparativos: la
comida, invitar a todos los miembros de la parroquia,
disponer el lugar y otros trámites necesarios. La
segunda se enfoca en la esta con sus componentes, a
saber: distribución y organización de todos los grupos,
lugares de reunión, personajes que realizan diferentes
roles, música, baile, comida, bebidas, dulces, ventas,
disfraces, instrumentos musicales, carros alegóricos,
agua, espuma y polvo y público en general.
Para la comprensión de personas, acciones,
tiempos y espacios (Guber, 2011) se utilizaron estas
técnicas: bola de nieve, entrevista semiestructura
y registro audiovisual. Para la entrevista
semiestructurada, se proyectó que la muestra estaría
conformada por autoridades civiles y ex-eclesiásticas
reconocidas del lugar. Sin embargo, al estar en campo,
se realizó también a personas naturales del sector
El Carmen, ya que fueron recomendadas por los
representantes principales y porque la celebración
inició en esta comunidad. En suma, por medio
de la técnica bola de nieve se logró entrevistar a 14
habitantes en espacios y contextos diferentes: antes,
durante y después de la esta del carnaval de Jadán
2020. En primer lugar, se contactó al párroco, que dio
acceso a otros vecinos (concejos, alcaldes, autoridades,
así como vecinos de El Carmen). El primer informante
en ser contactado fue el sacerdote, es la autoridad
eclesiástica reconocida y tiene una relación estrecha
con el pueblo de Jadán. Además, es el presidente
principal del consejo pastoral, responsable de la
administración de la iglesia y de algunas festividades
como los carnavales. La siguiente tabla resume a los
entrevistados:
Tabla 1
Nombres y cargos de los entrevistados
Entrevistado Función en la parroquia Jadán
Roberto Gallardo Párroco
Alicia Zumba Tenienta política
Rosa Sisalima Presidenta del grupo de adultos mayores
César Lliguin Regidor de la parroquia
Leonardo Tigre Presidente de la Junta parroquial
Rosendo Villa Exregidor de la parroquia
Fidel Zumba Prefecto de la parroquia
Manuel María Exregidor de la parroquia
Gonzalo Zhispon Habitante de Jadán
Gonzalo Jadán Habitante de Jadán
Rosa Lliguin Habitante de Jadán
María Cajamarca Habitante de Jadán
María Corte Habitante de Jadán
Gregorio Sancho Habitante de Jadán
Ahora bien, cabe recalcar que regidores,
prefectos y alcaldes hacen alusión a la denominación
de priostes de la Iglesia, pues señalan que son quienes
conforman los cuatro pilares de la misma (prefectos,
alcaldes, regidores y sacerdote). En otras palabras, son
los encargados en cumplir un rol determinado con
la comunidad, son el vínculo religioso y social en la
parroquia. A través de la entrevista con grabaciones
de audio se accedió a testimonios orales sobre lo que
concebían como importante los habitantes de Jadán
para preparar y organizar el carnaval (San Vicente,
2010). Todo el desarrollo de la esta (antes, durante
y después) fue también registrado en un diario de
campo. Este fue concebido como el registro diario
de una “historia personal” (Cerri, 2010); así como,
algunos momentos importantes, actividades y actores
del carnaval desarrollado en el año 2020. Tanto para
las grabaciones de audio como para las de imagen, se
obtuvo el consentimiento informado, libre y oral de
todas las personas participantes.
En lo que respecta al trabajo de gabinete, vale
detallar que las grabaciones de audio se desgrabaron
mediante “escritura natural” (Restrepo, 2016). Sin
embargo, se han omitido interjecciones irrelevantes,
ideas y palabras repetitivas. Además, se sistematizaron
los datos que, según Soneira (2006), tiene como
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objetivo organizar o codicar toda la información
recopilada. La clasicación es entonces “la tarea de
descubrir y distribuir temas y subtemas, distinguir,
relacionar, relacionar y comparar” (Ameigeiras, 2006,
p. 138). De este registro, se establecieron categorías a
partir de la redundancia y las particularidades como
las siguientes: carnaval, prioste, organización, tiempo,
comida, bebida, música e instrumentos musicales.
Adicionalmente, se identicaron personajes y
elementos como taita carnaval, mama carnaval,
chivo carnavalero, chivo michic, ñusta raymi,
carros alegóricos, shitana, pucará, cruz, así como
abundancia, agradecimiento, compartir, entre otros.
Todo ello en diálogo con la revisión bibliográca.
RESULTADOS Y DISCUSIÓNRESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el camino de la abundancia para evitar la escasez: la
comida y la bebida para el taita carnaval
Las comidas y las bebidas son imprescindibles
en esta festividad que tiene sentido de abundancia
y de acción de gracias. Rosa Lliguin explica que los
alimentos son importantes, puesto que representan
los víveres que ha traído el carnaval en este nuevo año.
En este orden de ideas, María Cajamarca recuerda
que, en su infancia, sus padres solían preparar chicha
y algunos platos especiales, pues según sus creencias,
cada año el carnaval salía de Guaranda, recorría todos
los caminos hasta llegar a las casas para servirse la
comida de la esta. Luego de estar satisfecho con el
consumo de lo brindado, se procedía a bendecir a
la familia que lo había recibido con buena voluntad.
Pero si alguien no había preparado ningún de los
platos especiales, se le maldecía todo el año, es decir,
“hace que las personas no tengan que comer” (Rosa
Lliguin).
En este sentido, el carnaval es la personicación
de la abundancia o de la escasez, según cómo fue
recibido. Esta situación es conocida por los pobladores
de Jadán, de ahí que María Cajamarca advierta:
Dice que ha habido una mayorcita, quien
sobre tener tantas cosas no le ha preparado
nada, más bien dice que ha cogido un nabo
viejo, le ha cocinado, le ha puesto un poco de
machica y ha hecho una bola como de pelota.
Eso ha puesto para que el carnaval coma, pero
no ha comido nada, ha dado una patada, y
luego ha maldecido con mano izquierda para
que nunca llegue a tener nada. Por eso, la
mayorcita nunca ha prosperado, ha sido una
miserable. Por eso, la gente tiene que preparar,
tiene que hacer.
Sus palabras recogen las ideas de maldición
(escasez) y bendición (abundancia), de acuerdo
con la voluntad de compartir y de agradecer como
expresiones individuales y familiares. No obstante,
también se distingue una jerarquía entre los alimentos:
los cotidianos (nabo y máchica) y los festivos. De ahí
que para contar con comidas (sal y dulce) y bebidas,
los entrevistados hacen referencia a la siembra, la
recolección y la preparación de los alimentos. Al
respecto, Leonardo Tigre cuenta que cuando llega el
carnaval, habas, choclos, papas, trigos, frejoles, entre
otros productos, han sido cosechados y acopiados
para la celebración. Todos los productos alimenticios
constituyen parte de la alimentación cotidiana y
festiva de los moradores.
Alicia Zumba agrega que los diferentes platos
preparados, provienen del trabajo y el esfuerzo de
cada uno de sus hacedores, de ahí que “no necesitan
salir a comprar nada porque todo es de aquí, todo es
criado en los campos, el maíz es de aquí para hacer
el mote pata. Es decir, se promueve y se agradece
la fertilidad de la tierra y de los animales, y se resalta
la alegría de compartir. Pérez Samper (1997) señala
que el exceso de los alimentos en la esta representa la
manera en que los cuerpos se distancian de la rutina
para ingresar a una nueva forma de vida en la que la
escasez y la privación dejan de existir.
Denominación a una persona que lleva un cuero de chivo sobre su espalda.
Juego ritual.
Harina que proviene de la cebada tostada y molida.
Del quechua, denota “mazorca tierna de maíz” (DLE, RAE, 2022, actualización)
Maíz desgranado y cocido, sea tierno o maduro, con cáscara o pelado, que se emplea como alimento en algunas regiones de América del Sur.
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Entre los platos de la esta, los entrevistados
nombran los caldos(res, borrego y gallina criolla),
las sopas (cebada pelada, mote pata y mote pelado),
cuy con papas y los platos de chancho en todas sus
derivaciones. Además, señalan la importancia de los
dulces de higo, durazno, capulí, fréjol, haba, leche y
manzana acompañados del pan o la tortilla de trigo
asada al tiesto. Finalmente, la chicha y el canelazo
(aguardiente, panela y canela), también conocidos
como “las aguas calientes, forman parte de este
mosaico gastronómico. No obstante, los pobladores
cuentan que las comidas más antiguas y que no
pueden faltar en la mesa son la sopa de cebada, el
dulce de higo, la tortilla y la chicha.
Ahora bien, en la preparación de los alimentos
se evidencia un conocimiento compartido. Así, por
ejemplo, los informantes explican que, para realizar
la sopa de cebada pelada, se recolecta el cereal, luego
se golpea contra el piso hasta conseguir desprender
su semilla. Después, se recogen los granos en una
canasta grande para “ventilar” (que la espiga se vaya
en el viento). Posteriormente, en una olla de barro se
hace hervir en suciente agua un galón de cebada y
cuatro galones de ceniza, bien cernida. En este paso,
se debe mover constantemente hasta que empiece a
desprenderse la cáscara. Se procede a escurrir en
una canasta, se lava y se frota con un trozo de teja.
A continuación, se deja secar durante un par de días
y, nalmente, se elabora la sopa con tocino y otras
especies. Estas últimas no fueron especicadas por
los informantes; de este modo, se guardan algunos
secretos culinarios tradicionales.
Referente a las bebidas, los entrevistados
indican que, para hacer la chicha de jora, se deja
el maíz en agua entre cinco a ocho días, luego se
cierne y se cubre totalmente con unas hojas tiernas
de “jorapanga o llashipa del cerro. Después de
haber transcurridos quince días, se descubre para
secarlo al sol, se muele, se deja hervir y se cierne. A
continuación, este líquido se vierte en una tinaja
junto con el “hervidor”; es decir, con el último vaso de
chicha que restó de la celebración anterior. Luego, con
un mantel o tela se debe sellar la boca de la tinaja para
conseguir su fermentación. Por último, se espera por
diez a doce horas, se destapa y coloca panela al gusto.
El gozo de los cuerpos: la música y el baile
En la música, se evidencian dos contextos:
el pasado y el presente; de hecho, esta cualidad es
reiterativa en todos los elementos de la esta. Sin
embargo, de conformidad con la información extraída
de las entrevistas, este aspecto es el más reiterado o
enfatizado, pues la gente recuerda que sus antepasados
entonaban canciones en quichua para amenizar
la esta y utilizaban estos instrumentos: pijuano,
pingullo, vitrola, bombo, bocina, acordeón,
concertina, quipa, etc. Para Leonardo Tigre la música
en quichua era “más bonita, más alegre y más movida,
debido a que las mismas personas de Jadán “eran los
artistas, pues ellos junto con el pijuano componían las
mejores melodías.
En la actualidad, la festividad se realiza con
equipos electrónicos y discos compactos que han
desplazado a las bandas de pueblo y algunas prácticas
consideradas tradicionales como la entonación
de canciones en quichua y el uso de instrumentos
musicales. Para Saquicela (2010), al igual que otras
localidades, los cambios en el idioma (que se aprecian
en las letras) se deben a la imposición de los españoles,
quienes trajeron consigo el castellano, pues antes de su
llegada, Jadán formó parte de la nación Cañari por lo
que sus costumbres y lengua tienen raíces cañaris. Sin
embargo, los colonizadores se apropiaron de tierras
indígenas e intercambiaron saberes como el idioma
español.
Los caldos son comidas un poco más liquidas en relación con las sopas en estas últimas la presencia de papas hace que su consistencia sea espesa
Entre todas las denominaciones posible vg cerdo puerco cochino marrano etc que recibe el cerdo esta es la más generalizada en esta nación
Bebida fermentada de maíz blanco con agua y panela
Bebida caliente elaborada con aguardiente de caña canela naranjilla y azúcar
Un galón corresponde a 4 litros de agua.
Planta herbácea de hojas anchas de color verde con nervadura central remarcada.
Flauta pequeña.
Instrumento musical elaborado del cuerno de toro.
Caracol de gran tamaño que emite sonido.
Sin embargo, debe quedar claro que este pueblo es preinca, aunque poco se sabe tuvo su propia lengua y costumbres, que fueron alteradas bajo el incanato (Burgos
Guevara, 2003).
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Desde esta perspectiva es preciso recordar que
para Phillip (2006) la cultura no es estática, pues las
sociedades al estar en constante interacción con el
medio adoptan pautas o conductas, las cuales van a
modicar o cambiar ciertos aspectos sociales. Este es
el caso de la música y los instrumentos que componen
la esta. Manuel Maa, exregidor, recuerda que
la banda del pueblo, contratada por el grupo de
regidores, acompañaba la festividad; sin embargo, en
la actualidad “solo se colocan los parlantes de sonidos.
De modo similar piensa Gonzalo Jadán, quien indica
que ahora “la tecnología avanzó, no existen muchos
instrumentos y cuando se hace algo ya solo se pide los
equipos de música que están actualizados.
Manuel María expresa con nostalgia que
cuando él era prioste entonaba algunas canciones de
carnaval acompañado del párroco; no obstante, ahora
nadie sabe, hasta nosotros ya no nos acordamos,
ahí los renacientes dicho que tienen pijuano solo
hacen soplar y nada más. Maa Corte recuerda que
en su niñez las personas desde el mes de diciembre
empezaban a entonar un sin número de canciones en
quichua, acompañadas por el pijuano. Así, comparte
yo me acuerdo que mi mami decía
urkupambapi tupukllikllita purikurkanmi;
es decir, por plan de cerro andando estás
cogido el rebozo con imperdible. [también]
kuray Margarita, vestidito de vaitilla, algún
pangueño daria sauritas de cascarilla; que
signica, por ahí viene Margarita vestidita de
pollera bordada que algún hombre haya dado.
Además, comenta que “había una [canción]
que le dedicaban al chirote porque en este tiempo
sabe venir a las chacras a comerse los choclos,
pero lamentablemente ya me he olvidado. Por su
parte, Gonzalo Jadán evoca que en su niñez tres o
cuatro semanas antes ya se podía apreciar la música
carnavalera. Así, indica lo siguiente:
recuerdo de mis ancestros cuando ya pasaban
la festividad de navidad y año nuevo se
conseguían un instrumento que se llama
pijuano. […] Eso ya era como una preparación
para el carnaval, todos venían comprando ese
pijuanito, se llamaba pijuano o pingullo.
También, Gonzalo Zhispon rememora que, en
su infancia, existían cantos que eran exclusivamente
entonados por el chivo carnavalero. De ahí que hasta
el día de hoy se mantengan ciertas frases como esta:
“Hatun ñanta pasakushpa, pandashpallami yaikuni”,
que signica: “pasando por el camino grande
equivocando, no más entro hacer carnaval, lalay, lalay,
lalay”.
Gonzalo Zhispon agrega que la música
acompañada del pijuano, el pingullo y la quipa era
importante, ya que no solo se trataba de la alegría, sino
que comunicaba a los demás sectores que el carnaval
había llegado. Por ello, era común escuchar el sonido
de estos instrumentos a las alturas de los cerros,
pues los hombres y los niños cuando pastoreaban a
sus animales o hacían cualquier tarea del hogar iban
en compañía de estos instrumentos. Rememora que
cuando era niño, se oía los pingullos o los pijuanos,
uno decía ya viene el carnaval, una emoción para
nosotros porque es un juego excelente.
Por otra parte, Gonzalo Jadán señala que
la bocina hecha de cacho de toro también fue una
herramienta, ya que años atrás se utilizaba para
convocar la movilización de las comparsas, e invitar a
las comunidades a participar del carnaval. Asimismo,
explica que el tambor, el bombo, la concertina y la
vitrola eran los instrumentos más sonados en los
hogares, que con estos los invitados y los dueños
de casa bailaban y gozaban. Por lo expuesto, estos
elementos constituyen parte sonora de la esta, que
marcan el inicio, el desarrollo y el nal. Anuncian la
llegada del carnaval, convocan a la participación y
construyen una “memoria sonora, sus sonidos van
más allá del sonido mismo, “como hecho físico, dado
que establen vinculaciones que superan la relación
con la fuente de producción y que generan en cada
individuo asociaciones diversas que dependerán de
sus vivencias” (Lutowicz, 2012, p. 135).
Ahora bien, se puede decir que la música y
ciertos instrumentos caracterizan la esta porque en
esta época aparecen tonos y canciones especícas del
carnaval. De ahí que se considere que estos tengan
la capacidad de hacer que los sujetos se encuentren,
se junten y disfruten de la festividad. Para Miñana
Ave pequeña
Granjas
50
(2009), esto es el complemento de la celebración, a
s de darle sentido y vida, provoca que las personas
disfruten al compás de la música.
De indumentarias festivas a teatralizaciones míticas:
taita y mama carnaval, y ñusta raymi
Para Araque (2015), el personaje es el
actor o la actriz que durante las estas desempeña
un rol determinado, puesto que, a través de sus
comportamientos, actitudes, vestuario, entre otros
recursos, rememora mitos y leyendas de los pueblos.
En este sentido, “son los vigilantes del devenir y
del futuro, son los testigos de nuestra historia no
contada y son el testimonio del regocijo no descrito
en los libros” (Araque Osorio, 2015, p. 49). Dentro del
carnaval se puede identicar al taita carnaval, mama
carnaval que con sus coloridos disfraces teatralizan la
celebración, y la ñusta raymi.
El taita y la mama carnaval (ver imágenes 2 y
3) son personajes míticos que aparecen únicamente
en esta esta y forman parte de las creencias de la
parroquia. Por ello, esta festividad permite recordar
aquellas historias narradas por los padres a sus hijos
o los abuelos a sus nietos con elementos mágicos o
sobrenaturales. Rosa Sisalima relata lo que su abuelita
explicaba que
El taita es el carnaval, el carnavalito es un
pequeño hombrecito que al año da la vuelta
el lugar, como ser de aquí sale y recorre hasta
donde puede y al año da la vuelta. Por eso,
ella decía que hay que encontrar con chicha,
traguito y comidita para brindarle. Por más
que no vivamos en la casa hay que hacer. Sabe
decir ella que el carnavalito al ver eso bendice
este nuevo año, de ahí cuando tenemos eso,
preparamos eso y donde no hacen nada, no
hay ni chicha, ni nada dice que deja como
una maldición. Dicen que riega el afrecho de
cebada, el afrecho de cebada es la cáscara de
la cebada. Sabe decir que eso arroja por toda
la casa, por eso tienen que hacer chicha. Por
ese motivo, ella sabe reunir a la familia, todos
ahí sabemos pelar maicito, pelar triguito para
compartir. Esto es una alegría tan grande.
Figura 2
Mama carnaval
María Lliguin pertenece al sector de La Cuadra. Ella cada año
junto el grupo de adultos mayores participa de mama carnaval
Fotograado por Verónica Siavichay (2020)
Figura 3
Taita carnaval
Gonzalo Zhispon del sector de Bellavista representa al personaje
del taita carnaval. Fotograado por Verónica Siavichay (2020)
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Al respecto, Rosa Lliguin explica que este
personaje viene desde las alturas cargado su alforja
y su pijuano; canta y baila hasta llegar a las casas.
Fidel Zumba, por su parte, recuerda que en su niñez
sus abuelos contaban que el domingo de carnaval
un grupo de personas aseguraron sorprendidos que
vieron al taita carnaval saliendo del cerro de Cuzhin.
Pese a que trataron de seguirlo, no lo consiguieron
dado que el taita carnaval con alegría empezó a
perderse entre los matorrales. Por otra parte, Roberto
Gallardo explica que la mama carnaval es quien
acompaña al taita, ya que “dentro de la cosmovisión
de los pueblos indígenas, así como hay sol hay luna,
así como hay tierra hay agua, también hay hombre y
mujer”. Es decir, se trata de una pareja de esposos que,
a más de visitar a las diferentes familias, se encargan
en organizar la esta y son los priostes principales.
Gonzalo Jadán cuenta que a estos personajes se
les considera como los más antiguos de Jadán y creadores
esta festividad. También, algunos entrevistados
coinciden en señalar que estos protagonistas jamás se
olvidan de las familias, puesto que, en cada carnaval,
traen una variedad de alimentos, entre otros, choclos,
habas, queso, frutas, cuy con papas, dulces, pan de
trigo o de maíz, chicha, canelazo. De esta forma, el
taita y la mama son o representan la esperanza de los
hogares ya que cada año llegan con júbilo a bendecir
y asegurar una vida llena de abundante comida y
bebida. Maa Corte maniesta que, para ella, estos
personajes son la alegría de la festividad porque con
su canasta llena de cuyes, con su vestimenta decorada
con bombas y cintas, invita a los demás a disfrutar de
una pampa mesa y del carnaval.
Rosa Lliguin expone que el taita y la mama dan
inicio a la celebración del domingo, luego de reunirse
todas las comunidades en el sector de Bellavista, guían
al resto de comparsas o acompañantes en el desle.
Antes de iniciar el recorrido, Rosa explica: “yo soy la
mama carnaval de este día, entonces con mi pareja
vamos hacia la plaza central, nosotros en el camino
y ante los jurados cantamos, bailamos y jugamos
con carioca y polvo (maicena)”. Los entrevistados
explican que el vestuario de la mama carnaval consta
de pollera de lana, blusa con ecos decorada con
perlas, chalina gruesa que cubre sus hombros y otra
Figura 4
La ñusta raymi
Representación de la ñusta raymi con vestimenta de material
reciclable.Fotograado por Verónica Siavichay (2020)
Ave pequeña
Granjas
Falda suelta de algodón o lana con bordados coloridos.
Pieza para hilar el algodón de manera manual.
más delgada para cargar su canasto, sombrero de lana
adornado con globos y cintas, y guango para hilar.
Mientras que la indumentaria del taita carnaval está
compuesta por zamarro o pantalón revestido de cuero
de borrego, camisa blanca de manga larga, poncho
tejido de lana, pijuano, alforja llena de productos para
compartir y sombrero grande adornado con ores,
cintas de colores y globos. Roberto Gallardo señala
que también lleva en su mano un bastón hecho de
palo de chonta como signicado de autoridad.
Por otro lado, la ñusta raymi o reina del
carnaval ha sufrido una serie de cambios en los
últimos años. Así, los entrevistados cuentan que antes
representaba a la mujer jadanense, que utilizaba la
vestimenta típica de la parroquia, igual a la de mama
carnaval. No obstante, ahora las mujeres jóvenes
participan con trajes elaborados de papel reciclado
como periódico, cartón, revistas, hojas de cuaderno y
libros usados que se encuentran en casa (ver Imagen
4). Así, días antes de la celebración cada comunidad
se organiza y junta este material para llevar a cabo la
realización del traje. Fidel Zumba indica que este año
las ñustas raymi “se habían vestido con plumas, unos
trajes de saquillos, con plástico, ya con toda la blusa
con saquillo, ahí unas partes descartables.
52
Las memorias beligerantes: del pucará a la shitana, los
chivos y la cruz adornada
El pucará es un rito de sangre precolombino y
panandino. Este juego se realizaba en algunas partes
del Azuay, donde el derramamiento de sangre era un
ritual de los pueblos en fechas de carnaval. Así, las
diferentes comunidades se enfrentaban con la nalidad
de controlar su espacio y derramar la sangre humana
como “un elemento de fecundación y producción para
los cultivos” (Loyola, 2008, p. 81). “Aproximadamente
a mitad de la noche, los individuos se dirigen hacia
espacios sagrados denominados wakas de alturas,
donde Taita Carnaval, con poderes milagrosos,
desciende al lugar para confrontarlos en medio de
rayos y truenos” (Alvear, et al., 2022, párr. 11).
Pero los tiempos cambian y a inicios del
siglo XX, las autoridades vigentes, representantes
de una sociedad que funcionaba con nuevas leyes
y arreglos, prohibieron este juego considerando
que era violento, lo que trajo dos consecuencias: la
primera, la resignicación de la batalla con los chivos
carnavaleros y la presencia de la shitana como acción
de agradecimiento, que reemplazó las desgracias que
dejaba el aukkapuklla.
Desde esta perspectiva, el pucará hoy solo
permanece en la memoria de los habitantes de Jadán,
ya que según Gonzalo Zhispon al tratarse de un juego
violento o sangriento el cura Humberto Astudillo
en 1937 decidió prohibir esta práctica y sustituirla
por un día de agradecimiento. Así, Gonzalo Zhispon
y Gonzalo Jadán nos cuentan que la shitana es la
práctica que reemplazó las desgracias que dejaba el
aukkapuklla o pucará.
El pucará, según los entrevistados, signica
ero carnaval o martes de aukkapuklla, y se
consideraba un día peligroso que, al no existir ley ni
autoridad, las comunidades aledañas a Jadán salían a
demostrar su valentía a través del derramamiento de
sangre. Gregorio Sancho, habitante de la parroquia,
recuerda que su papá le contaba que se enfrentaban
ciertas parroquias provenientes de la parte norte y
sur de Jadán. La gente, acompañada de su waraka u
honda, elaborada con cabuya, salía y recorría ciertos
caminos hasta encontrarse con su contrincante. Según
las explicaciones que su padre le dio a César Lliguin,
personas de los sectores de Zhidmad, El Carmen y
José mantenían rivalidades y se enfrentaban.
María Corte narra que, para el combate,
el martes en la mañana varios integrantes de la
comunidad preparaban su cuero, su pijuano, su honda
y la comida para festejar si ganaban.” Si resultaban
triunfadores regresaban a sus hogares al son de la
sica del pijuano y el baile como forma de dar aviso
de su victoria y el anuncio de la prosperidad.
Así, hombres y mujeres salían desde la mañana
y se dirigían hacia las colinas más grandes a esperar a su
enemigo, mientras gritaban: “aquí estamos los chivos,
los chivos del carnaval. Esta frase, según le contaba su
mamá, era una forma de avisar a sus rivales dónde los
aguardaban. Durante la espera los esposos entonaban
el carnaval y bailaban, y las mujeres recogían en sus
polleras las piedras para colocar en las ondas. Además,
señala que si, en el desarrollo del enfrentamiento, una
mujer salía a defender a su marido, el resto también
lo hacía, pues “se ponían adelante y decían nosotras
aquí, aquí estamos.
Una vez que “se veían cara a cara, cogían una
onda, metían piedras, que soltaban abruptamente,
ya sea a los sectores de la parte alta conocidos por
hanan o los sectores encontrados es zonas bajas
denominados urin. Rompían las cabezas, hasta
Además, se han sumado los carros alegóricos
construidos también con material reciclable. Sobre
este punto, es necesario manifestar que, al ser una
incorporación nueva desarrollada en el carnaval del
2020, por parte del presidente de la Junta parroquial,
nueve de los catorce entrevistados no lo identicaron
como elemento de la esta. Sin embargo, las
autoridades explican que se trata de un proyecto nuevo,
con dos nalidades: concientizar a la población sobre
el cuidado del medio ambiente e incentivar la unión
entre sectores, de esta forma se evita que las personas
pierdan el interés de participar en el carnaval. Esto es
parte de los procesos de culturalización del carnaval
que en el pasado se realizaba con agua, abundante
comida y bebida.
Palabra quichua que signica lugar sagrado.
Comunicación personal del Mtr. Miguel Novillo, docente, Universidad de Cuenca, 17 de junio de 2021.
Palabra quichua que signica ero carnaval o martes de carnaval.
Palabra quichua que signica tierras de arriba.
Palabra quichua que signica tierras de abajo.
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morían” , así lo explica Sancho. María Cajamarca
aclara que también se usaban “resorteras, candelas,
tizones, peleaban con todo lo que haya, y quien tenía
más muertos, perdía.
Gonzalo Zhispon recuerda que sus abuelos
decían que para ganar el enfrentamiento uno de
los sectores tenía que retroceder. Es decir, cada
contrincante debía herir o matar a su enemigo para
que los pocos sobrevivientes se retiraran, lo cual era
celebrado con comida, bebida, baile, música y juego.
Además, según sus padres, “el taita lideraba
el juego del pucará, era el capitán de un ejército y la
mama su compañía. Ella llevaba el cuy, el mote pata.
Por eso, son los acompañantes del carnaval, los que
siempre están pendientes de los demás.
Sin embargo, Leonardo Tigre recuerda que sus
abuelos comentaban que esta clase de pugnas no solo
se desarrollaba en el pucará, sino que era una práctica
generalizada. El carnaval era considerado un “juego
abusivo y violento, pues los sectores que no mantenían
buenas relaciones se enfrentaban con golpes, piedras y
todo aquello que pudiera herir o causar la muerte.
En ocasiones -arma- que se llegaba hasta
violentar sexualmente a las mujeres. No obstante,
expresa que con al pasar de los años, este se ha
convertido en una celebración de encuentro familiar
y comunitario para “compartir alimentos y disfrutar
sanamente. De ahí que se entienda, el énfasis que
hacen las autoridades políticas y religiosas al mostrar
el carnaval como una festividad más cultural, familiar
y con responsabilidad ambiental.
Como se observa, el pucará está en la
memoria de los pobladores y se alude siempre al
recuerdo y las narraciones de padres y abuelos. Sin
embargo, las batallas simbólicas con agua siguen
presentes con la presencia de los chivos carnavaleros,
quienes las reviven por medio del juego con el agua
(mojarse y mojar ha amigos o personas como forma
de diversión). María Corte explica que ellos anuncian
la llegada del carnaval, puesto que, desde diciembre
con su pijuano empiezan a entonar canciones de la
festividad. En este sentido, Fidel Zumba explica que
el chivo tiene que estar adelante para festejar, él es
como el prioste principal, porque llega a emocionar
a todos con su disfraz, transmite alegría a la gente.
Signica que también es un guía, ya que con su buen
humor abre los caminos que deberá recorrer el resto
de pobladores, pues su presencia:
signica la alegría, la jocosidad, el atrevimiento
de la persona por así decirlo, prácticamente
es guía del grupo de jóvenes que recorren
las comunidades, recorren las viviendas para
compartir el carnaval, buscan jugar, buscan
diversión. Es el guía, es quien toma la batuta y
dice aquí entramos, acá vamos, ese es el chivo
del carnaval (Leonardo Tigre).
Ahora bien, el chivo para los pobladores es
la representación del animal que más existía en los
cerros de Jadán, merodeaban libras, y en tiempos de
carnaval o en celebraciones especiales los varones
salían a las montañas a cazarlos para luego preparar
el alimento de esta y hacer uso del cuero como
protección del juego del pucará. Rosa Sisalima señala
que en la actualidad es poco probable encontrar a
este animal deambulando y sin dueño en las zonas
agrestes adyacentes a la parroquia urbanizada. Sin
embargo, las familias buscan la manera de contar con
él para preparar la llegada del carnaval. De hecho,
los informantes maniestan que este chivo no está
solo, sino que además viene acompañado por chivos
menores, quienes son denominados michik; es decir,
pastores o arreadores del chivo gara o el chivo mayor.
De esta manera, se reproduce de forma festiva y ritual
al acto del pastoreo, de la guía de los animales dado
que:
los chivos están adelante corriendo por todos
lados y atrás de él van los pastores. Ellos van
con una veta o garrote arriando al chivo gara.
Por eso, para que estos pastores tengan que
hacer, el mayor o el gara donde quiera se va, se
puede ir por una sementera, una casa; es decir,
como un animal mismo. Entonces los chivos
no es que están yendo humildes en el camino,
sino que esos chivos se meten donde sea y
los pastores tienen que seguir con su garrote
(Gonzalo Jadán).
54
Gonzalo Jadán aclara que se trata de un grupo
de amigos y que el número de pastores va a depender
de la cantidad de chivos. Los entrevistados arman que
estos personajes durante los tres días festivos recorren
la parroquia, van de casa en casa, en busca de comida y
bebida. Luego de participar en la esta del domingo y
lunes, ellos visitan cada uno de los hogares.
Rosa Sisalima recuerda que, hace treinta años,
estos caminaban más de una semana, pues salían siete
días antes de carnaval y llegaban el miércoles de ceniza
a su casa. Igualmente, relatan los informantes que,
tanto en la celebración pública como familiar, dichos
personajes juegan, cantan, bailan, tocan el pijuano,
brincan y hacen todo lo posible por mantenerse alegres.
Además, Gonzalo Jadán cuenta que los chivos
son los más inquietos porque suben al piso más alto de
las casas para exhibir sus trajes. Años atrás correteaban
por toda la vivienda visitada para jugar con lo que
encontraban, por ejemplo: la ceniza, el achiote, la
manteca de chancho, la harina para hacer las tortillas,
entre otros. En este sentido, por un lado, se da la
inversión del orden público, la pérdida de respeto y la
mofa son nuevas expresiones adoptadas por los pueblos
para darle otro sentido a la vida (Araque, 2015). Por
otro lado, se entiende el carnaval como la esta de
la teatralidad, puesto que, a través de ciertos actos y
comportamientos, crea un mundo escénico lleno de
colorido y sonoridad, y batallas simbólicas con el agua,
el polvo, la espuma de carnaval.
Figura 5
Niño como chivo carnavalero
En el carnaval no sólo participan las personas adultas, sino que
además los niños. La ropa ligera y el cuero de borrego adornado
con diferentes elementos caracterizan al chivo carnavalero.
Fotograado por Verónica Siavichay (2020)
Figura 6
El chivo carnavalero
En el carnaval no sólo participan las personas adultas, sino que
además los niños. La ropa ligera y el cuero de borrego adornado
con diferentes elementos caracterizan al chivo carnavalero.
Fotograado por Verónica Siavichay (2020)
Ahora bien, respecto a la vestimenta (ver
imágenes 5 y 6), los entrevistados explican que el
cuero de chivo adornado con ores, cintas y bombas
identica a este personaje. Para Rosa Sisalima y
Gonzalo Zhispon, este cuero es una herencia de la
cultura aymara ya que durante el juego del pucará,
los pobladores utilizaban la piel de este animal para
protegerse del enfrentamiento. Gonzalo Jadán cuenta
que sus abuelos además llevaban “el pantalón que en
quichua es bayeta calzón, las oshotas o alpargatas y
el sombrero de lana. Por otra parte, Manuel María
se lamenta, añade que a los jóvenes ya no les interesa
mucho los arreglos tradicionales dado ahora hasta el
cuero de becerro, borrego y hasta conejo cargan en sus
espaldas indistintamente sin reexionar o enterarse
del por qué de cada uso. Finalmente, Roberto Gallardo
indica que en la actualidad se utiliza ropa ligera como
una camiseta y una pantaloneta para poder saltar,
correr y jugar.
Indígenas de América del sur
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La shitana (ver imagen 7) es otra de las
expresiones carnavalescas de Jadán, en la reciprocidad
entre el pueblo y las autoridades prevalece el lunes de
esta. Para Alicia Zumba y Gonzalo Zhispon, shitana
proviene del quichua y signica ‘botar, arrojar o lanzar’.
Este es un día para visitar y regalar los alimentos
producidos en los campos a las autoridades eclesiásticas
y civiles como forma de agradecer el trabajo que
realizan. En contraparte, estos representantes también
brindan comida y bebida, lo que muestra un sentido
de reciprocidad. Así, Rosendo Villa explica que esto
simboliza “la gratitud por el servicio del que hace,
porque el padre, la Junta, la tenienta y el administrador
de la iglesia se van a shitar, ellos dan el draque, un vaso
de chicha, un dulce con pan.
Figura 7
La visita al párroco
Fotograado por Verónica Siavichay (2020)
Asimismo, la shitana se entiende como un
agradecimiento a la Pachamama. María Corte lo
explica: “Es un momento de compartir los productos
que ella nos brinda, que ella nos da. Por eso,
compartimos en honor, en gracia a ella. La shitana es
como la bienvenida, como el inicio del carnaval, se
ofrece lo que se tiene. Igualmente, la shitana permite
rememorar la manera en que las generaciones
anteriores celebraban el lunes de esta. De ahí que
Rosa Sisalima recuerde con alegría que, cuando era
niña, las personas mayores salían desde la mañana
a recoger casa por casa los diezmos y las primicias.
Así, indica que su mamá mandaba mazorcas y otros
productos que “Dios le había bendecido, porque
para ella “era bonito compartir cualquier cosa, ya
sea un huevito, un quesillo, quizás un frijolito, lo que
el campo produce. César Lliguin evoca su infancia,
cuando la shitana salía desde el sector de El Carmen:
al no existir carreteras en esos tiempos, la gente junto
con los chivos venía por las montañas hacia Jadán al
son de la música del pijuano.
La shitana está compuesta por diferentes
elementos y personajes como el chivo, el taita y la
mama carnaval, que recorren, mientras cantan y
bailan, algunas vías con el n de hacer un llamado
a los pobladores (Rosa Sisalima). Por otra parte, los
entrevistados indican que en la shitana además está
presente la bandera blanca generalmente llevada por
priostes con sentido de “paz, alegría y gloria. Además,
los participantes vienen acompañados de las plantas
de maíz, fréjol y haba con su fruto, huevos, leche,
quesillo, entre otros, para compartir con el párroco, el
presidente de la Junta parroquial, la tenienta política
y las personas que hayan sobresalido en la parroquia.
En estos lugares, Gregorio Sancho cuenta que niños,
jóvenes y adultos “entregan su regalito, cantan, tocan
el pijuano e invitan a bailar”.
La cruz adornada con ores es otro de los
elementos presentes en la esta del carnaval. Alicia
Zumba y Gonzalo Zhispon alegan que, según abuelos
y padres, los pobladores cada año arreglaban una cruz
para llevarla al juego del pucará, pues era una manera
de demostrar la abundancia de los alimentos y el
colorido de la esta. En cambio, para Rosa Sisalima
signica la presencia de la religión católica, de ahí que
todos los sábados de carnaval se debe “componer la
cruz” con ores frescas, con las hojas de la planta de
maíz y cebada, y debe ser colocada a la vista de todos.
En el mismo sentido, María Corte explica que la cruz
se coloca en la esquina de la puerta principal, es decir,
en la entrada de la casa para que el taita carnaval
cuando llegue, vea que esa familia lo espera y ha
preparado su recibimiento. No obstante, diere con
Rosa Sisalima al mencionar que “la crucita se hace
el lunes de carnaval. Finalmente, cabe decir que al
tiempo de este proyecto, pocos pobladores recuerdan
y mantienen presente esta práctica, y esto evidencia
también en los diferentes sentidos y tiempos que se le
atribuyen.
Nombre que recibe la deidad que representa la tierra para los pueblos de los Andes.
56
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A manera de cierre
Una de las características del carnaval de
Jadán es la ritualidad, que en tiempos pasados se
hacía evidente en el pucará como un juego violento y
de muerte; pero que con el pasar del tiempo ha sido
resignicado por los chivos carnavaleros con batallas
simbólicas ya no aderezada con sangre, pero sí de
agua, maicena y espuma. Además, se ha dado paso a
la shitana como una práctica de convivencia, armonía
y tranquilidad.
Por otra parte, a pesar de la transmisión de
prácticas y saberes de generación en generación, el
cambio cultural se presenta inevitable. En el pasado,
el inicio de la esta se marcaba con entonaciones
en quichua acompañadas del pijuano, el bombo, la
concertina, etc. Sin embargo, con la presencia de los
medios de comunicación masivos, con internet y los
aparatos electrónicos de sonido, el elemento musical
se ha visto inuenciado por las corrientes de moda
que han desplazado esta antigua invitación y apertura
de la celebración. Del mismo modo, con el pasar de
los años la lengua quichua ha ido desapareciendo,
pues la mayoría de los pobladores hablan español y
una mínima población arma haberla aprendido en
su infancia.
El Estado, a través de planes y programas para
la conservación del medio ambiente y los recursos
hídricos, crea nuevas formas de concebir la celebración.
Esta situación se percibe en la parroquia de Jadán,
donde las actividades y los elementos presentes no
solo difunden o fomentan las costumbres del lugar,
sino que también concientización. Así, nos referimos
a la Ñusta Raymi que tiene la función de sensibilizar
a la población por medio de su vestuario de material
reciclable. Sin embargo, a pesar de los nuevos contextos
que se crean en la festividad, aún perduran aquellos
contenidos que brindan la satisfacción de sentirse
parte de un grupo. Esto se debe a que la comunicación
oral sigue latente en la parroquia, pues los recuerdos
y las experiencias contadas reviven el pasado a través
de las acciones y comportamientos que son remitidas
frecuentemente a la frase “es que así decían y hacían
mis padres o abuelos.
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