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En tanto, sabemos que la espacialidad, lo
cromático, el uso mismo de elementos biodegradables
(o incluso uidos y tejidos corporales) está cargado
de connotaciones que propician una ambigua
clasicación que, según Crespo Martín (2010) puede
incluir un amplio espectro que va desde los libros
hechos por artistas (o pintores) hasta los libros
instalación o performance, y los libros objeto. “Bajo el
término Libro-Objeto se engloban aquellas obras cuya
concepción es casi escultórica por el valor que se les
conere a las características tridimensionales. Esto le
ha costado una dudosa reputación dentro del mundo
de los Libros-Arte (Crespo Martín, 2010, p. 17).
En la realidad educativa actual, el libro objeto
sirve de herramienta de anclaje creativo y práctico
en variados procesos pedagógicos que responden a
otras lógicas didácticas. Diversos estudios muestran
cómo el libro objeto ayuda a desarrollar (desde un
vínculo interdisciplinar) aprendizajes en los más
dispares ámbitos. Por ejemplo, en la conuencia de
las matemáticas y las ciencias naturales (Carneiro
Abrahão y Pralon de Souza, 2015); en la enseñanza
de contenidos de diseño gráco y exploraciones
formales del diseño editorial (Maldonado Yánez et
al., 2021; Pintocanales, 2021; y Rivera Díaz, 2018); en
la siempre compleja edición infantil, la aplicación de
la museografía, (Coiduras Sanagustín, 2017 y Ghezzi
Solís, 2017) o el desarrollo de narrativas comunitarias
y populares (Martín Ocampo, et al., 2016).
En tal sentido, las posibilidades de
descubrimiento, de asombro, que genera el libro objeto
se tornan fundamentales para abordar distintos temas,
y variados ámbitos, en un cruce complejo de saberes
(multidisciplinariedad/transdisciplinariedad), pues
en este género artístico lo tangible comunica; los
materiales, incluso, como lo ha visto Eisner (2004),
aportan contrastes semánticos a los contenidos y
propician nuevos signicados.
Por lo dicho, con los libros objeto resulta que
nada está dado por el azar, sino que esta inmanente
exibilidad genera transformaciones necesarias para
todo el proceso creativo, que parecen ser un enigma
mismo (Luna y Lara, 2016). Así, la intervención del
artista resemantiza el libro como objeto, ya que el
“contenido y continente tienen la misma importancia:
lo que leo en palabras es también revelado por la forma.
La narrativa de las palabras y la del objeto ocurren a
la vez y se complementan en absoluta coherencia”
(Pintocanales, 2021, p. 29).
Por otro lado, como género artístico con
aplicaciones pedagógicas, el libro objeto sirve, sin
duda, para potenciar otras maneras de aprender y
aprehender. Entran en juego factores tan importantes
como el autoconocimiento, la mente reexiva,
el “aprender haciendo” o el “aprender a hacer”
(Dewey, 2007 y Delors, 1996). Se combinan para su
construcción, en gran medida, el desarrollo de otros
modos de pensar, rizomáticos, desde la lateralización,
donde la agencia es el ser humano creador que se
inclina hacia la resolución de problemas de manera
imaginativa y sensible. Las dimensiones estético-
pedagógicas claramente se intensican. Por tanto, el
libro objeto se convierte en una fuente constante de
aprendizajes críticos, reexivos y coherentes con el
entorno y con uno mismo.
La creación de libros-objeto, como recurso
didáctico, hace que el alumno conozca los
libros, utilice efectivamente las posibilidades
espaciales de la página, investigue, cree y
desarrolle la potencialidad táctil y proponga
formas, medidas y colores adecuados, es el
único responsable de que el libro llegue a ser
un hecho real. (López Alonso y Hernández
Muñoz, 2010, p. 3).
Es importante, asimismo, resaltar el papel
terapéutico que potencia el libro objeto, pues se ha
comprobado que estos formatos abiertos ayudan a las
personas a comunicar y gestionar de mejor manera
sus emociones, sensibilidades y sentimientos, desde
una posición de libertad, de encuentro y catarsis, de
creatividad y asunción del aprendizaje en primera
persona, poniendo el cuerpo y la mente en ello
(Escribano, 2020). Personas que no pensaban que
podían hacer un libro, menos uno que sea una obra
de arte en sí mismo, se percatan, emocionadas, de
que pueden expresar, desde el más insospechado
reducto del arte, aquello que de otra manera habría
sido impensado. La perplejidad sobre su capacidades
Jiménez Gaona, Á. D. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 12 Nro. 2, Julio-diciembre 2023: 48-61