12
En torno a las prácticas de intercambio de conocimiento en las Humanidades Digitales:
hablan seis humanistas
On knowledge-sharing practices in the Digital Humanities: six humanists speak out
Sixta Adrián
13
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
En torno a las prácticas de intercambio de conocimiento en las Humanidades Digitales:
hablan seis humanistas
RESUMENRESUMEN
ABSTRACTABSTRACT
De acuerdo con el Digital Humanities Manifesto 2.0
(2009), las Humanidades Digitales (HD) son un conjunto
de prácticas en las que el medio impreso ha dejado de
ser el único canal para la difusión del conocimiento ya
que las herramientas, técnicas y medios digitales han
modicado las formas en las que se produce y difunde
el conocimiento acerca de las artes y ciencias humanas
y sociales. En esta actualidad tan implosiva, dinámica e
inédita, a las HD se les atribuyen funciones de gestión
de bases de datos, desarrollo de nuevas metodologías,
promoción de la investigación y generación de nuevo
conocimiento humanístico (Galina Russell, 2011).
Comprendiendo que se le debe dar respuesta a estos (ir)
reconocidos senderos, este trabajo tuvo como propósito
conocer desde una perspectiva interpretativa, cuáles
son las prácticas de intercambio de conocimiento entre
humanistas académicos e identicar las habilidades y
herramientas que se atribuyen. Se llevó a cabo el análisis
de contenido de entrevistas semiestructuradas hechas
a seis (6) profesores/investigadores de las facultades de
humanidades y educación de la Universidad Central
de Venezuela y la Universidad Católica Andrés Bello
(Caracas). A los sujetos se les solicitó que identicaran
sus prácticas y las contrastaran con los elementos del
modelo Personal Knowledge Management (PMK)
de Bedford (2012). Como hallazgos principales se
describen las prácticas y rituales de trabajo colaborativo
e intercambio de conocimiento encontrados, así como
los elementos de Gestión Personal de Conocimiento
que identican como propios, todo ello utilizando las
humanidades digitales como escenario.
Palabras clave: Humanidades Digitales (HD), prácticas
de intercambio, conocimiento, académicos, habilidades
y herramientas.
According to the Digital Humanities Manifesto
2.0 (2009), the Digital Humanities (DH) are a set
of practices in which the printed medium is no
longer the only channel for the dissemination of
knowledge, since digital tools, techniques and media
have modied the ways in which knowledge about
the arts and human and social sciences is produced
and disseminated. In this implosive, dynamic and
unprecedented present time, HDs are attributed with
the functions of database management, development
of new methodologies, promotion of research and
generation of new humanistic knowledge (Galina
Russell, 2011). Understanding that a response must
be given to these (ir)recognized paths, the purpose
of this work was to know, from an interpretative
perspective, what are the knowledge sharing practices
among academic humanists and to identify the skills
and tools attributed to them. A content analysis of
semi-structured interviews with six (6) professors/
researchers from the faculties of humanities and
education of the Universidad Central de Venezuela
and the Universidad Católica Andrés Bello (Caracas)
was carried out. e subjects were asked to identify
their practices and contrast them with the elements of
Bedford's (2012) Personal Knowledge Management
(PMK) model. As main ndings, the practices and
rituals of collaborative work and knowledge sharing
found are described, as well as the elements of
Personal Knowledge Management that they identify
as their own, all using digital humanities as a scenario.
Keywords: Digital Humanities (HD), sharing
practices, knowledge, academics, skills and tools.
On knowledge-sharing practices in the Digital Humanities: six humanists speak out
Sixta Adrián
Universidad Católica Andrés Bello, Venezuela
Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Académico (CIIDEA), Venezuela
sixtadrian@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-1368-1007
RECIBIDO: 27/03/2024
ACEPTADO: 14/04/2024
DOI: https://doi.org/10.54753/eac.v13i2.1801
14
Entre los procesos implícitos en la aspirada
sociedad del conocimiento destacan la gestión y co-
creación del conocimiento, el trabajo colaborativo,
la gestión del cambio y el uso intensivo y extensivo
de las tecnologías de información y comunicación.
Uno de los factores clave de éxito de los modelos más
conocidos de gestión del conocimiento es la posibilidad
de intercambiarlo o transferirlo, en este sentido se
destacan tipologías de modelos como los socialmente
construidos (McAdams y McCreedy, 1999), los
modelos de comunidad de práctica (Kakabadse et
al., 2003), los modelos socioculturales (Rodríguez,
2006) o los modelos de redes sociales y de trabajo
(Barragán, 2009). Pero al margen de estos modelos,
explicados desde la teoría sería pertinente saber cómo
entendemos el intercambio de conocimiento, es decir,
cuál es la perspectiva desde los humanos, académicos
comunes.
De acuerdo con la propuesta clásica de Polanyi
(1966), la generación de conocimiento es un proceso
personal que se desarrolla a través de mecanismos
mentales que los individuos difícilmente pueden
explicar. El conocimiento tiene una dimensión tácita
o pasiva mayor que la explícita o productiva, sabemos
más de lo que podemos explicar; pero tiene, así
mismo, un carácter práctico. Se genera para la acción
o resolución de problemas especícos, aunque se trate
de problemas abstractos; y su generación y absorción
implica el despliegue de determinadas prácticas
y capacidades de transferencia y transmisión que
permiten hacerlo explícito y aprovechable.
Como una derivación del concepto de
conocimiento tácito, Mciver et al. (2010) propusieron
la noción de “conocimiento en la práctica” o saber
(knowing) que está asociado con la posibilidad
que tienen los conocedores de enseñar o transferir
aquello que saben (learnability) y del propio carácter
tácito (tacitness) de la materia conocida. En este
marco de referencia, el conocimiento (knowledge) se
entiende como algo que se posee, en tanto que el saber
(knowing) implica la puesta en ejecución de prácticas
de intercambio por parte de los conocedores y es
inseparable de las personas que conocen. Con toda
INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN
Adrián, S. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024: 12-29
razón, sintetizan Cook y Brown (1999) que hay dos
maneras de abordar el conocimiento, a saber: como
posesión (Knowledge) o como práctica (Knowing).
De cara al contexto de las humanidades digitales
y poniendo como foco de atención la perspectiva
de la práctica, surgen otras preguntas: ¿Cómo son
las prácticas de intercambio de conocimiento entre
humanistas? ¿Cómo se producen esas prácticas en el
no tan nuevo marco de referencia que proporciona
el concepto de humanidades digitales? ¿Qué
herramientas utilizamos y qué habilidades tenemos
para usarlas? En la procura de allanar esta ruta,
esta investigación se trazó como propósito conocer
las prácticas de intercambio de conocimiento y las
habilidades individuales descritas por seis humanistas
entrevistados, de cara al concepto de humanidades
digitales.
Colaboración, intercambio, transferencia, transmisión
de conocimiento en el dominio de las humanidades
En el marco de referencia de la sociedad del
conocimiento, se pueden distinguir diversos conceptos
que denen formas en las que el conocimiento, ya sea en
su dimensión tácita o explícita, uye de unos individuos
a otros: la colaboración engloba  distintas formas de
participación conjunta con otros en actividades de
investigación (Gómez-Ferri y González-Alcaide, 2018).
Estas formas involucran, entre otras denominaciones
emergentes, el intercambio (IC), la transferencia (TC)
y la transmisión (TrC) de conocimiento.
El Intercambio de Conocimiento (IC) es
una práctica que se identica como una conducta
voluntaria que se expresa en las organizaciones como
una acción intencional, y con una direccionalidad
determinada. Singh et al. (2021), consolidan una
denición del IC como la puesta a disposición de
conocimientos relevantes a compañeros de trabajo en
la empresa con el propósito de alcanzar la innovación
a nivel individual, de equipo y organizacional. En otra
denición de interés, el IC se asocia con la provisión
de información sobre tareas y conocimientos técnicos
para ayudar y colaborar con otros para resolver
problemas, desarrollar nuevas ideas o aplicar políticas
y procedimientos (Wang y Noe, 2010).
15
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
En el entorno académico, una de las medidas
clásicas y más tangibles de la colaboración en las
distintas disciplinas es la coautoría; sin embargo,
la colaboración también se origina en el IC que se
da a partir de vínculos interpersonales de amistad,
empatía o trabajo en los que conuyen intereses
intelectuales (Lewis, 2010). En este escenario, se cree
que la colaboración y las conductas de intercambio de
conocimiento asociadas responden a diversos factores
determinados por las prácticas propias del dominio o
disciplina, las características y creencias o expectativas
personales, las relaciones interpersonales, el entorno
de referencia y el medio tecnológico en el que se
desarrolla la comunicación (Hernández-Soto et al.,
2021).
En el estudio Patrones y estrategias en
la colaboración cientíca: la percepción de los
investigadores, Gómez-Ferri y González-Alcaide
(2018) consideran otros motivos por los cuales los
investigadores se muestran dispuestos a colaborar,
estos son: aprovechar tanto las habilidades o
destrezas de los colaboradores como la aproximación
multidisciplinar a un tema determinado;
incrementar la productividad, aprender nuevas
habilidades o métodos de investigación, acceder
a recursos, materiales, instrumentales o equipos,
o a nanciamiento; favorecer la integración de
investigadores en formación u obtener reconocimiento
y visibilidad.
Como otra forma de colaboración a destacar,
la transferencia de conocimiento puede entenderse
como la comunicación activa de lo que se sabe, la
consulta activa con el n de aprender lo que otros
saben (Van den Hoof y De Ridder, 2004), o como la
transferencia de know how orientada a la resolución de
problemas, en el sentido implícito en la transferencia
de tecnología en humanidades a la que reeren
Castro Martínez et al. (2008). Estos autores también
sugieren diferenciar los conceptos de transferencia y
transmisión de conocimiento. Equipara esta última
a las actividades de divulgación del conocimiento
explícito o codicado que acostumbramos a ver en
forma de documentos, papers, comunicaciones y
eventos de intercambio y divulgación propios del
mundo académico.
Tradicionalmente, tanto el conocimiento
humanístico como el de las ciencias sociales han
sido estereotipados como lo opuesto al paradigma
cientíco racional. Castro Martínez et al. (2008)
mencionan una “serie de oposiciones clásicas
que constituyen el paradigma cientíco normal y
vigente en la actualidad: cienticidad vs. relatividad,
conocimiento explicativo vs. conocimiento narrativo,
objetividad vs. subjetividad, rentabilidad económico-
industrial vs. inutilidad del conocimiento, etcétera
(p. 621). Mientras que a las primeras características
se les adjudica el poder de transformar la realidad, a
las segundas se les etiqueta como conocimiento inútil.
Estos criterios también se aplican a los mecanismos de
comunicación y transmisión del conocimiento que se
atribuyen a las ciencias duras, que predominantemente
trabajan en coautoría, frente a las humanidades y las
ciencias sociales en las que en diversas investigaciones
aún destaca el predominio del trabajo en solitario
(Gómez-Ferri y González-Alcaide, 2018; Russell
Barnard, 2014; Lewis et al., 2012; y Lewis, 2010). Lewis
et al. (2012) sugieren como tarea resistir a la tentación
de adoptar estos patrones que contrastan los supuestos
hábitos monacales de los humanistas que publican en
solitario, con la asumida sociabilidad de los cientícos
que publican muchos artículos en coautoría.
Algunas investigaciones han tratado el
tema, aunque lo hacen desde la perspectiva teórica,
ensayística o reexiva, por ejemplo, se pueden
referir tres: Escorcia Guzmán y Barros Arrieta
(2020), Orellana Méndez (2020) y Mata Ordaz de
B. y Pesca de Acosta (2011). Debido a ello, como
antecedentes directos de este trabajo consideramos
pertinente mencionar otras tres. Una investigación
que aborda esta temática en las llamadas ciencias
duras y un par de investigaciones sobre intercambio
de conocimiento en la educación, como ciencia social.
Creus y Canals (2014) investigaron cualitativamente
la colaboración e intercambio de conocimientos en
el grupo ATLAS, considerado como un paradigma
entre aquellas instituciones que aplican big science
o experimentos que se desarrollan gracias a la
intervención de miles de investigadores adscritos a
múltiples instituciones. ATLAS se instituyó en 1992
con la nalidad de construir un detector de partículas
de grandes dimensiones (the ATLAS Detector)
16
vinculado al colisionador de partículas LHC (Large
Hadron Collider)”. (p. 2). Hace una década estaba
constituido por más de 3000 investigadores de más
de 174 universidades y laboratorios localizados en
38 países. Los resultados no fueron muy halagüeños
porque la dinámica laboral afecta “los contactos y
relaciones personales; invisibiliza “factores de orden
más subjetivo que tienen un papel importante en el
desarrollo profesional de los individuos” como “la
falta de reconocimiento público individual” (p. 8).
Las dos últimas investigaciones, las cuales
inquirían en las ciencias sociales, incluyeron
entrevistas a académicos del área de humanidades
en universidades venezolanas. En el primer
estudio, titulado Intercambio de conocimiento en
instituciones de educación superior venezolanas: una
teoría (Adrián, 2017), un grupo de humanistas de
la Universidad Central de Venezuela se caracterizó
por ser el que menos prácticas colaborativas reportó
frente a otros grupos de ingenieros, cientícos y
gerentes consultados. Se apreció una tendencia al
trabajo solitario y los entrevistados no mencionaron
proyectos conjuntos ni hicieron referencia especial
a la co-autoría o a otras prácticas colaborativas o de
intercambio.
En el segundo estudio sobre Colaboración
e intercambio de conocimiento en la UCAB
(Adrián y Yaber, 2018), los entrevistados del área
de humanidades de la Universidad Católica Andrés
Bello sí reportaron prácticas colaborativas, incluso
algunas de ellas formalmente establecidas en sus
institutos o centros de adscripción. Entre sus prácticas
mencionaron las reuniones de revisión de proyectos,
diálogos de investigación y trabajo “a cuatro manos
como una forma indirecta de alusión a la coautoría.
Una mirada a las prácticas formales e informales de
intercambio y transferencia de conocimiento en Ciencias
Sociales y Humanidades.
En el abanico de prácticas posibles entre
miembros de una comunidad de conocimiento, en
este caso la de los humanistas, es posible identicar
un conjunto de actividades presentes o subyacentes al
desempeño mismo de los académicos. Algunas de estas
prácticas se dirigen intencionalmente a procurar la
transferencia de conocimiento en forma de actividades
académicas como conferencias, seminarios, talleres
y reuniones de trabajo, en tanto que otras aparecen
de manera orgánica entre colegas, constituyendo un
andamiaje “informal, conversaciones con colegas,
grupos de estudio, redes sociales, en el cual se llegan a
sustentar las prácticas formalizadas.
Sunardi et al. (2015) desarrollaron un modelo
conceptual para comprender cómo los rasgos de
capital humano seleccionados (experiencia de los
empleados, habilidades de los empleados y formación
académica) contribuyen al proceso informal de
intercambio de conocimientos desde el punto de vista
de las interacciones basadas en la reciprocidad, la
conanza mutua y la perspectiva de la interpretación
cultural. El estudio reveló que el intercambio
informal de conocimientos también se ve inuido
por la diversidad de la formación académica de los
empleados, que actúa como una fuente de capacidad
de estudio y recursos que puede enriquecer el
conocimiento compartido.
Hayden et al. (2018) lograron establecer más
semejanzas que diferencias al comparar entre una
muestra de 283 investigadores de 18 universidades
austríacas, la concepción de la transferencia
formal de conocimiento entre investigadores de
disciplinas de ciencias sociales y humanidades y otras
disciplinas cientícas. En el estudio, se exploró si los
investigadores tienen una concepción diferenciada
de la transferencia de conocimiento y que actitudes
motivaciones y obstáculos tienen hacia la misma.
Los resultados de la pesquisa indicaron que
los investigadores tienen una amplia comprensión de
la actividad formal de transferencia de conocimiento,
pero se cuestionan aspectos relativos a la explotación
de los resultados de investigación considerando que la
TC está poco valorada en el entorno académico y no
es beneciosa para progresar en la carrera académica.
Entre los motivadores y obstáculos identicados en el
estudio destacan la obligación personal, la obligación
social, la obligación por contrato, el servicio al interés
público, las relaciones con profesionales de otras
Adrián, S. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024: 12-29
17
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
empresas, exigencias del supervisor, mejoras del
personal, de la universidad, benecios económicos,
explotación del conocimiento, información al público,
hacer que el conocimiento sea utilizable. Entre las
barreras destacó la falta de tiempo y el desinterés
en realizar actividades formales de transferencia de
conocimiento.
Basado en el supuesto de que la forma en
que se facilitan las actividades de transferencia de
conocimientos de las comunidades de HD afecta al
conocimiento que producen, Oiva (2020) analizó
ocho entrevistas semiestructuradas realizadas a
directores, investigadores y administradores de
centros de Humanidades Digitales (HD) como
puntos focales de la transferencia interdisciplinar de
conocimientos. El artículo examina cómo describen
los profesionales de los HD la facilitación formal de la
transferencia interdisciplinar de conocimientos en los
centros de HD y demuestra que está en los centros de
HD se basa en capas superpuestas de redes orgánicas y
estructuras organizativas estables que apoyan diversos
tipos de prácticas de intercambio de conocimientos.
La transferencia de conocimientos en los
centros de DH combina el intercambio de ideas en el
mismo espacio físico con la comunicación en línea a
varios niveles, que van desde el exterior del mundo
académico hasta la comunicación interna de grupos
de investigación.
Roth (2022) estudió las interacciones informales
serendípicas (Serendipitous Informal Knowledge
Sharing Interactions) para compartir conocimientos
(IKSI) como mecanismos especialmente valiosos en
proyectos de innovación ya que ponen en contacto a
socios que están distantes entre sí desde el punto de
vista categórico, social y formal. El trabajo mostró que
las interacciones fortuitas o serendipias tienen más
probabilidades que las planicadas de abrir nuevas
perspectivas de colaboración e innovación.
Kwayu et al. (2021) abordan, desde la
perspectiva interpretativa, la inuencia de las prácticas
informales de los medios sociales en el intercambio
de conocimientos y los procesos de trabajo dentro
de una organización. El estudio utiliza pruebas
empíricas del estudio de caso de una organización
de telecomunicaciones en Tanzania para obtener
una visión teórica de las prácticas informales de los
medios sociales y el intercambio de conocimientos.
El estudio contribuye a la literatura sobre Sistemas de
información al destacar cómo las prácticas informales
emergentes son esenciales para los procesos diarios
de intercambio de conocimiento dentro de las
organizaciones.
Olmos et al. (2013) exploran la importancia
de las colaboraciones entre investigadores y socios no
académicos que tienen lugar de manera informal en las
Ciencias Sociales y Humanidades (SSH). A partir de
datos procedentes de dos estudios sobre intercambio de
conocimientos en los que participaron investigadores
que trabajan en el área de SSH del Consejo Superior de
Investigaciones Cientícas (CSIC). Se muestra que las
colaboraciones informales, no registradas ocialmente
por la organización, son mucho más comunes que
los acuerdos formales y que muchas colaboraciones
permanecen informales a lo largo del tiempo. Los
autores denen la informalidad como algo que emerge
cuando los investigadores no están motivados por
intereses económicos (nanciamiento de proyectos)
y están dispuestos a colaborar con partners que no
cuentan con recursos nancieros, por lo que pudieron
identicar una cantidad de motivos no pecuniarios
para la colaboración, como la posibilidad de tener
acceso a datos e información, aplicar los resultados de
sus investigaciones y contribuir con la sociedad. Entre
los resultados más relevantes del estudio se encuentra
la persistencia de los contactos informales, aún en
entornos de transferencia formal de conocimiento,
dado que una de las dimensiones de la informalidad
es la existencia de un set de recompensas intangibles
que van más allá de los indicadores tradicionales
de transferencia de conocimiento como patentes,
licencias o contratos.
Giménez-Toledo et al. (2023) analizan el
programa sexenio de transferencia, que se llevó a
cabo en España para evaluar el compromiso de los
investigadores individuales en la transferencia y el
intercambio de conocimientos con partes interesadas
no académicas, incluidos los profesionales y la sociedad
en general. La data disponible permitió explorar
18
las prácticas de valorización del conocimiento en
términos de los mecanismos formales de transferencia
utilizados y de los investigadores implicados,
distinguiendo entre las áreas de Ciencia, Tecnología,
Ingeniería y Matemáticas (STEM) y las de Ciencias
Sociales, Humanidades y Artes (SSHA).
El escenario de las Humanidades Digitales
Cuando nos adentramos en el estudio del
concepto de Humanidades Digitales, podemos
encontrar diversos ángulos de aproximación:
interpretaciones, agendas, tendencias, prácticas
esperadas, espacios en desarrollo y espacios en
tensión.
Algunas de las interpretaciones denen a las
Humanidades Digitales como “un campo en auge
que en parte surge de la ya histórica informática
humanística con raíces en los años cincuenta, y que se
une con (y a veces se enfrenta a) otras áreas cientícas
interesadas en los efectos de la tecnología digital
(Spence, 2014, p. 9). Un término que engloba un campo
interdisciplinario impactado por las tecnologías de
cómputo en el quehacer de los investigadores en las
Humanidades, ofreciendo nuevas posibilidades para
el desarrollo de la investigación y la enseñanza en el
área (Galina Russell, 2018). Para Rodríguez-Ortega
(2014), se trata de un campo que
va más allá de la aplicación y uso de una
serie de tecnologías, recursos y sistemas
digitales, las dene la búsqueda de nuevos
modelos interpretativos, nuevos paradigmas
disruptivos en la compresión de la cultura y
del mundo. Las HD no implican hacer cosas
de modo distinto con la asistencia de la
tecnología, sino ‘pensar’ el mundo de manera
diferente a través de las especicidades que
denen el medio digital y el pensamiento
computacional. (p.14).
El énfasis en la perspectiva tecnológica permite
comprender que HD sea un término en tensión tal
como lo plantea Barreneche (2017) que, por una parte,
pareciera poner el foco en el uso de herramientas de
interactividad, hipertextualidad y conectividad propias
de la cibercultura, en tanto que por otro lado alienta
cambios en los rituales y prácticas de investigación
de los humanistas -en teoría- ganados al trabajo
colaborativo, al intercambio y a la libre circulación
del conocimiento mediado por la digitalización, la
realidad virtual o las colecciones de datos disponibles
en sistemas de información relacionales, entre otros
muchos recursos.
Para algunos de los exponentes consultados en
este trabajo, las humanidades digitales no suponen un
cambio en el perl del humanista tradicional que se
caracteriza porque a través de una serie de funciones
intelectuales orienta, critica, cuestiona, dialoga,
argumenta, refuta, plantea, etcétera, formas del saber
humanístico y de este modo incide en las prácticas
sociales, políticas y culturales de su entorno, sino que
ese perl se ve enriquecido por el poder de penetración
de la tecnología digital que les otorga mayor visibilidad
y grado de intervención (Reyes Álvarez, 2017).
e Digital Humanities Manifesto 2.0 (Presner
et al., 2009) destaca la necesidad de un marco de acción
para las Humanidades Digitales: interdisciplinariedad,
transdisciplinariedad, multidisciplinariedad; acceso
abierto, replanteamiento de las normas de copyright y
propiedad intelectual, redenición de las comunidades
de investigación y reequilibrio en las relaciones entre
maestros y discípulos, compromiso e impacto social.
Se identican espacios deseables vinculados
con las prácticas de acceso y procesamiento de la
información como estos: la suscripción a contenidos,
la gestión de alertas, la participación en redes sociales
académicas y la curación de recursos. También el uso
de herramientas para la generación de conocimiento,
entre los que destacan: el uso de medios sociales, el
empleo de wikis o documentos compartidos en la
nube; puesta en práctica de valores de ciencia abierta
y de e-Research; formas de innovación abierta; etc.
Igualmente se consideran los instrumentos para
la transmisión del conocimiento, tales como: la
publicación en revistas electrónicas, el empleo de
repositorios abiertos, la aplicación de políticas de
acceso abierto, la divulgación a través de blogs,
vídeos o podcasts académicos y el establecimiento de
conexiones (Romero Frías, 2014).
Adrián, S. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024: 12-29
19
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
De la agenda mencionada se deriva una serie
de prácticas esperadas como la participación en
múltiples culturas digitales: cultura de las pantallas,
de lo oral, del remix, de lo visual, de lo transmedia,
del prototipo y del diseño; la cultura del libre acceso
derivada del soware libre y la ética hacker, la
necesidad de lo interdisciplinario / transdisciplinario
/ multidisciplinario; la obligada especialización del
académico a la par que se cultiva la transversalidad;
el incremento del trabajo en equipo (co-creación)
con un replanteamiento de las formas de autoría y
del reconocimiento académico; o el emprendimiento
mediante innovadoras formas de transferencia de
conocimiento y conexiones con la sociedad, tal como
plantea Romero Frías (2014) a partir de otros autores
como Burdick et al. (2012), Wouters et al. (2012),
Meyer et al. (2011), Presner et al. (2009) y Unsworth
(2006).
La literatura nos muestra las Humanidades
Digitales como un escenario especialmente propicio
y al mismo tiempo necesitado de la colaboración,
el intercambio, la transferencia y la transmisión de
conocimiento. ¿Por qué son tan importantes estas
prácticas en el medio humanístico y cuáles son las
que efectivamente utilizan los humanistas en el medio
académico venezolano?
Gestión Personal del Conocimiento: un modelo de interés
El modelo Personal Knowledge Management
de Bedford (2012) representa la gestión del
conocimiento desde la perspectiva personal. Se
trata de las personas, lo que saben, cómo aprenden
y cómo innovan, según arma su autora. Bajo la
premisa de que en las últimas décadas la teoría y la
práctica de la gestión del conocimiento han llegado a
comprender que el individuo es la principal fuente de
conocimiento, la autora partió de dos preguntas:
1. Si las personas son el principal recurso de
conocimiento, ¿cuál es la representación del
conocimiento individual?
2. Si hay un perl de personas y un modelo
universal de datos, ¿quién lo tiene, dónde está y
cómo podemos mantenerlo?
El modelo de Gestión Personal de
Conocimiento o Personal Knowledge Management
(mejor conocido por sus siglas en inglés PKM)
de Bedford es relevante en el marco de esta
investigación porque, tal como arma su creadora, es
tan polifacético como el propio dominio de la gestión
del conocimiento y desplaza el centro de atención
de las competencias clave del conocimiento del
nivel estratégico y organizativo al nivel individual, al
tiempo que enfatiza en las competencias individuales
en liderazgo, cultura del conocimiento, colaboración
y comunidades, gestión de activos de conocimiento,
arquitecturas personales de conocimiento y
aprendizaje personal (Bedford, 2012).
En la gura siguiente, presentamos una
traducción de la representación propuesta por
Bedford en lo que se reere a competencias y prácticas
asociadas al capital humano, relacional y estructural.
20
METODOLOGÍAMETODOLOGÍA
Esta investigación cualitativa, de perspectiva
interpretativa y de nivel exploratorio, tiene como
propósito hacer evidente la interacción posible entre
Humanidades Digitales, prácticas de intercambio
de conocimiento y las habilidades y herramientas
individuales de un grupo de humanistas consultados.
En una primera fase de la investigación,
llevada a cabo entre los meses de abril y mayo de
2023, se obtuvo un corpus de información a partir
de entrevistas semiestructuradas para las cuales se
diseñó un guion en cuya elaboración se tomaron en
cuenta aspectos en categorías derivadas de la revisión
de literatura sobre humanidades digitales, tales como:
la concepción del humanismo, características de las
Humanidades Digitales, agenda de las Humanidades
Digitales, prácticas colaborativas y de intercambio de
conocimiento, habilidades y herramientas propias
de los humanistas digitales. En adjunto, se presenta
el guion de entrevista aplicado.
Las entrevistas, cuyas duraciones oscilaron
entre 30 y 45 minutos, se hicieron a través de la
plataforma Zoom en un contacto único, previo
acuerdo con los participantes seleccionados.
Durante la fase de Rapport se les explicó el motivo de
la entrevista y la relación entre las HD y las prácticas
colaborativas y de intercambio de conocimiento
asociadas al entorno digital. En el momento de
la entrevista, se les mostró el modelo de Bedford
(2012) traducido, a n de que identicaran aquellos
elementos del modelo presentes en sus prácticas
habituales.
La selección de los participantes se llevó
a cabo mediante un criterio intencional de
informantes voluntarios, de sexo indistinto,
femenino o masculino, que cumplieran con la
condición de ser investigadores adscritos a centros
o institutos de Investigación humanística de una
institución de educación superior pública, en este
caso la Universidad Central de Venezuela (UCV)
y una de carácter privado, la Universidad Católica
Andrés Bello (UCAB). Ambas ubicadas en Caracas-
Venezuela y con una Facultad de Humanidades en su
estructura organizativa. Especícamente, la muestra
estuvo compuesta por sujetos representativos
de las distintas disciplinas humanísticas, de estas
características: un licenciado en educación, un
licenciado en letras, un licenciado en losofía, un
licenciado en comunicación social, un licenciado
en historia y un licenciado en bibliotecología. Todos
ellos con experiencia y desempeño en roles de
docencia e investigación.
Dado que se trataba de un subgrupo muy
pequeño y especíco de participantes se utilizó la
técnica de “bola de nieve” con la nalidad de identicar
otros posibles participantes representativos de las
distintas disciplinas asociadas a las humanidades,
pudiendo hacer contacto efectivo, para el momento
de la actividad de campo, solo seis académicos
participar en la entrevista.
Una vez realizadas las entrevistas (o segunda
fase) se llevó a cabo la transcripción de las mismas,
y con los textos resultantes se inició el proceso
de codicación utilizando el soware ATLAS TI
versión 7.5.7. Si bien esta investigación no persigue
la fundamentación de una teoría, para la generación
de los códigos iniciales y las categorías, se utilizaron
las técnicas de codicación abierta y axial, mediante
el método de comparación constante propuesto por
Strauss y Corbin (2002).
La codicación abierta se llevó a cabo
mediante la lectura de las entrevistas y el etiquetado
de aquellos conceptos, propiedades o fenómenos
puestos de relevancia por los participantes o por la
literatura consultada. Para ello, el ATLAS TI permite
almacenar en uno de sus módulos, las etiquetas
(códigos) asociadas a los conceptos, para luego
vincularlos “bajo un encabezamiento clasicativo
común” (Strauss y Corbin, 2002, p. 112). Para evitar
la redundancia, la herramienta permite unicar
aquellos conceptos similares o sinónimos.
Mediante el procedimiento de codicación
axial se generaron los conjuntos (categorías) de
conceptos y se establecieron las subcategorías y
dimensiones. Esto se llevó a cabo mediante la creación
de vínculos del tipo “es parte de, “es una propiedad
de, “es opuesto a, “es una forma de” disponibles en el
módulo de administración de códigos del ATLAS TI.
Adrián, S. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024: 12-29
21
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
Los conceptos se agruparon en cinco
categorías encontradas en la literatura sobre
Humanidades Digitales o consideradas de interés
para la investigación, estas son:
Humanismo
Humanidades Digitales
Agenda de las HD
Prácticas de colaboración
Perl del Humanista Digital: habilidades y
herramientas
El ATLAS TI facilita la representación gráca
de las categorías y subcategorías mediante el módulo
de administración de redes semánticas. En el gráco
1 se pueden ver las subcategorías asociadas a la
categoría Prácticas de colaboración, y en el gráco 2
se representan de manera más especíca, las prácticas
mencionadas por el historiador.
Figura 1
Prácticas de colaboración
Figura 2
Prácticas del historiador
22
Concepción de las humanidades digitales y
prácticas de intercambio de conocimiento.
Concepción del humanismo y las humanidades digitales
Con el n de establecer una posterior
comparación con la noción de Humanismo Digital
se solicitó a los entrevistados su denición de
Humanismo. En este sentido los participantes
utilizaron expresiones como:
posibilidad de comprender, valorar o aceptar
por qué desde cualquiera de las áreas del
conocimiento o profesiones en las que nos
podamos desenvolver debería estar centrada
en la persona (TL)
sin lugar a dudas me siento absolutamente
humanista y confío que en todas las áreas, incluso
en las más técnicas posible y en las más cientícas,
que también necesitamos con mayor urgencia
en el mundo, todos deben acercarse al humano
porque de allí venimos y hacia esa evolución de la
especie humana nos debemos (TL)
Yo te diría que fundamentalmente los
humanistas nos caracterizamos por una
búsqueda de una concepción integral del
hombre enmarcado en su contexto histórico
pero básicamente lo que los humanistas
propendemos tendemos es a esta integración
de lo que signica la losofía, las artes, la
literatura y toda esa concepción del hombre
que evidentemente viene del renacentismo
como centro del universo […] evidentemente
creemos y apuntamos hacia una concepción
integral del individuo en el que todo el
conocimiento, de alguna manera se relaciona
e interrelaciona, y la búsqueda fundamental
de la verdad a través de los métodos digamos
más consensuados posibles (TO)
Como se puede contemplar, entre las menciones
más comunes relativas a la concepción del humanismo
por parte de los entrevistados prevalecen estas: La
noción de disciplinas centradas en el ser humano, su
accionar y su contexto, la búsqueda de la verdad y el
conocimiento, los valores de tolerancia, respeto y
ciudadanía, las áreas del conocimiento representadas
por los entrevistados (losofía, arte, cultura, letras y
la historia). También se evidencia la poca valoración
social de las humanidades; la minusvalía frente a
carreras cientícas y tecnológicas, la vinculación con
las ciencias sociales.
Interpretaciones de las Humanidades Digitales
Para algunos entrevistados, “Humanidades
Digitales” es una etiqueta para otorgar relevancia a la
disciplina, utilizando la tecnología como indicador
de actualidad. Destacan el uso de la tecnología e ideas
asociadas como parte de la interpretación de primera
mano que se hace de las HD pero también se le asocia
a otras ideas vinculadas al trabajo colaborativo y al
intercambio de conocimiento. Enfatizaron la relación
de las HD con las operaciones clásicas del pensamiento
como el análisis, la síntesis, la comparación, la
generalización y la concreción, destacando el ejercicios
del pensamiento crítico y el pensamiento creativo como
elementos fundamentales del humanismo.
Como elemento diferenciador del humanismo
tradicional, algunos de los participantes propusieron
el concepto de “pensamiento digital”, entendido como
la capacidad para extraer o agregar valor en el mundo
digital, una forma multimodal y estructurada de
procesar la información.
el pensamiento digital es lo que queremos
desarrollar cuando hablamos de competencias
digitales. Lo que queremos es que la persona
aprenda un conjunto de destrezas y de
competencias en el dominio de algunas
herramientas digitales que le permitan crear,
reutilizar, remezclar, por supuesto, evaluar
recursos digitales que faciliten el acceso y
procesamiento de la información y los espacios
de interacción y comunicación. Siempre que
logremos hacer esto entonces estamos frente al
desarrollo de un pensamiento digital. (TL)
En la medida en que tú te vuelves un humanista
digital entonces empiezas a usar esa tecnología
ya no como un medio sino como una manera
de pensar y entonces ya piensas de una manera
como más estructurada. (YD)
Adrián, S. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024: 12-29
23
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
En el gráco 3 queda sistematizada la información relevante.
Figura 3
Pensamiento Digital
Sobre la agenda
Los entrevistados destacaron los aspectos que
consideraron faltantes en la agenda de las HD: aspectos
relativos a la ética de la investigación y su impacto
social, así como la comunicación en el mundo digital.
La accesibilidad digital, la inclusión y la atención a
la diversidad también fueron mencionados. Aunque
la agenda sí lo incluye, los entrevistados insistieron
en la necesidad de asegurar el impacto social de las
disciplinas humanísticas, así como la necesidad de
cambiar la relación de las humanidades con el entorno
y el sector productivo desde las universidades. No hubo
alusión a las formas de transmisión del conocimiento
humanístico.
Prácticas colaborativas y de intercambio de conocimiento
Algunas de las prácticas mencionadas, como
el trabajo con otros, la relación con personas de
otras disciplinas o la participación en comunidades
de intereses coinciden en ser reportadas por la
mayoría de los entrevistados. Sin embargo, solo uno
(bibliotecólogo) mencionó directamente el trabajo
en coautoría como mecanismo de colaboración, o la
mentoría como modalidad de trabajo colaborativo.
Dos entrevistados (historiadora y licenciada en
Letras) hicieron referencia a mecanismos informales
de intercambio como ”tomar un café con un colega,
conversaciones amenas” o “intercambio natural”.
Los entrevistados del área de letras y losofía si
bien mencionaron los mecanismos de colaboración
24
que practican, también destacaron aspectos que
promueven el aislamiento, como el manejo de áreas
hiperespecializadas que limitan el intercambio.
Las prácticas habituales mencionadas fueron:
Trabajo interdisciplinario
Colaboración con profesionales de otras áreas
Participación en comunidades de conocimiento
Conversaciones
Reuniones
Intercambio de información
Generación de proyectos
Gestión de eventos de trasmisión de conocimiento
Discusiones amenas
Tomar un café con colegas
Uso de redes sociales
Tejer redes para construir comunidades
Comunicaciones pedagógicas
Adscripción a líneas de investigación
Trabajo interconectado
Cambiar la concepción del trabajo individual.
Entre las prácticas mencionadas es posible
distinguir dos dimensiones de interacción: por una
parte, prácticas y estrategias colaborativas asociadas al
interés y características individuales de los profesores
consultados, que se expresan en aspectos como la
participación en comunidades de conocimiento, la
colaboración con profesionales de otras áreas, el uso
de redes sociales, el tejido de redes para construir
comunidades, las discusiones amenas y hasta la
idea de tomar un café con colegas entendido como
un espacio informal propicio para el intercambio
de conocimiento y la germinación de ideas de
colaboración. Por otro lado, se distinguen las prácticas
o interacciones asociadas al desempeño institucional y
a los requerimientos académicos, como la adscripción
a líneas de investigación, reuniones, comunicaciones
pedagógicas, generación de proyectos o la gestión
de eventos de transmisión de conocimiento. La
combinación de ambas dimensiones, la personal y la
institucional, constituyen el entorno más favorecedor
para la habilitación del intercambio de conocimiento.
Hacia un perl del humanista digital
En esta investigación, hemos querido explorar
los elementos que podrían conformar un perl del
humanista digital. Quisimos conocer las habilidades
que nuestros entrevistados se atribuyen en tanto
humanistas digitales y las herramientas que más
utilizan.
Entre las habilidades mencionadas como
necesarias o deseables destacan aquellas asociadas
al quehacer de cada profesión: el comunicador social
rerió a la edición de contenidos digitales, el desarrollo
de la multimedialidad, el manejo de métricas y la
capacidad para la investigación. El educador señaló las
habilidades para generar la interacción, el desarrollo
de competencias digitales y la naturalización del uso
de diversas herramientas en el ejercicio pedagógico
o fuera de éste. El bibliotecólogo indicó la necesidad
de atención a los cambios tecnológicos y el trabajo
en coautoría. El historiador destacó la capacidad de
organización, de clasicación, el manejo de volúmenes
de información y el uso de criterios selectivos; en suma:
habilidades de gestión de la información. Por su parte,
el licenciado en letras mencionó entre las habilidades
esperadas, la capacidad de desarrollar y “mercadear
planes de estudio actualizados, con rótulos atractivos
para los alumnos en el entorno académico. Finalmente,
el licenciado en losofía, enfatizó la importancia del
contacto con el entorno, el entrenamiento en gestión
de negocios y gestión del capital humano.
Entre las herramientas mencionadas se
destacaron temas propios del quehacer de las
distintas profesiones. La utilización de bases de datos
y Excel avanzado para el historiador. El empleo
de medios sociales (Twitter, (ahora X), Telegram,
WhatsApp, Facebook, grupos privados, comunidades
de conocimiento y plataformas profesionales), en el
caso del educador y del licenciado en losofía. El
uso intensivo de las pantallas y de herramientas de
gestión de bases de datos y de gestión de contenidos
en el caso del bibliotecólogo y el comunicador
social. Por su parte el licenciado en letras insistió en
temas relacionados con el mercadeo de programas
atractivos para la formación en el área y el desarrollo
de ofertas académicas intermedias.
Adrián, S. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024: 12-29
25
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
En lo referente a las competencias incluidas
en el Modelo de Bedford, los participantes las
mencionaron prácticamente todas como importantes
o deseables. Esto no nos permitió hacer una valoración
de los elementos prioritarios o factores críticos de
éxito del modelo.
DISCUSN Y CONCLUSIONESDISCUSN Y CONCLUSIONES
“Las humanidades son un reclamo importante en la
sociedad de la información
(Rodríguez, 2013)
El propósito de este trabajo ha sido el de
conocer desde una perspectiva interpretativa, cuáles
son las prácticas de intercambio de conocimiento de
un grupo de humanistas académicos e identicar las
habilidades y herramientas que estos se atribuyen, en
el marco de las humanidades digitales.
Entre los hallazgos más representativos
que hemos podido evidenciar se encuentran
aspectos relacionados con la colaboración basada
indistintamente en el intercambio (IC), la transferencia
(TC) y la transmisión (TrC) de conocimiento en el
dominio de las humanidades, con especial mención
a prácticas formales e interacciones informales entre
colegas, encontradas por Olmos et al. (2013), Sunardi
et al. (2015), Hayden et al. (2018), Oiva (2020), Roth
(2022), Kwayu et al. (2021) y Giménez-Toledo et
al. (2023). En el caso de nuestros participantes, la
mención de diferentes formas de interacción pone de
relevancia un esfuerzo más personal que institucional
de los académicos por establecer relaciones de
colaboración.
Hemos analizado el entorno de las Humanidades
Digitales a partir de cinco categorías transversales
tomadas de la literatura que se ocupa de este campo aún
en desarrollo y que permite distinguir aspectos como
la concepción del humanismo y de las humanidades
digitales, la agenda de las HD y dentro de esta, las
prácticas de colaboración y las trazas para un perl
esperado del humanista digital: sus habilidades y
herramientas.
En lo referente a las categorías de análisis,
la concepción del humanismo se expresa entre los
participantes de esta investigación, como un dominio
del conocimiento centrado en el ser humano, su
accionar y su contexto, caracterizado por la búsqueda
de la verdad y el conocimiento en el marco de valores
de tolerancia, respeto y ciudadanía. En contraste,
el uso de la tecnología y las herramientas digitales
como primera idea asociada al término humanidades
digitales, para algunos de los participantes, es solo
una etiqueta para otorgar relevancia al área y para
destacar la utilización de la tecnología como indicador
de actualidad. Esto es consistente con la preocupación
expresada por Rodríguez-Ortega (2014) y Barreneche
(2017) acerca de lo “digital” de las HD, que los lleva a
considerar que el término en sí mismo se encuentre
en tensión .
Algunos entrevistados no establecen
diferencias entre las humanidades digitales y las
humanidades “a secas, que utilizan las operaciones
clásicas del pensamiento como lo son el análisis,
síntesis, comparación, generalización o concreción.
Los resultados coinciden con los ya reportados por
Reyes Álvarez (2017). El perl humanista tradicional
se caracteriza porque a través de “funciones
intelectuales tradicionales es posible orientar, criticar,
cuestionar, dialogar, argumentar, refutar, plantear,
formas del saber humanístico y de este modo incidir
en las prácticas sociales, políticas y culturales del
entorno del humanista.
Un aspecto de especial interés puesto de
maniesto por algunos de los participantes es el
pensamiento digital como elemento diferenciador de
las Humanidades digitales frente a las humanidades
tradicionales. Entendido como una capacidad para
extraer o agregar valor en el mundo digital, una forma
multimodal y estructurada de procesar la información,
según nuestros entrevistados. Trae consigo la ventaja
de la visibilidad, ubicuidad y posibilidad de interacción
de la tecnología digital, que determina la adopción de
prácticas de trabajo colaborativo, interdisciplinario e
inclusivo, aspectos estos desarrollados por Romero
Frías (2014) con base en otros autores como Wouters
et al. (2012), Meyer et al. (2011), Burdick et al. (2012),
Presner et al. (2009) y Unsworth (2006).
26
Si bien es cierto que el término Humanidades
Digitales se relacionó inicialmente con la adopción
de los recursos tecnológicos en su quehacer, mediante
la digitalización de materiales y la incorporación de
aplicaciones para la construcción de bases de datos y
repositorios, es posible observar entre los participantes
la permanente alusión a interacciones humanas como
la necesidad de intercambiar ideas, la transmisión
del conocimiento codicado, el trabajo inter y
transdisciplinario y el impacto de la investigación
humanística.
En lo referente a la agenda expresada en el
Maniesto de las Humanidades Digitales, se señaló
la ausencia de aspectos vinculados con la ética de
la investigación y su impacto social, así como la
comunicación en el mundo digital. Por otra parte,
la accesibilidad digital, la inclusión y la atención a
la diversidad también fueron mencionadas como
elementos deseables en la agenda. Otro elemento
sobresaliente fue el imperativo de garantizar el
impacto social de las disciplinas humanísticas, así
como la necesidad de cambiar la relación de las
humanidades con el entorno y el sector productivo
desde las universidades, motivación ulterior también
encontrada en el trabajo de Hayden et al. (2018).
En lo referente a las prácticas colaborativas,
destacaron muchas de las contempladas en la literatura
de referencia tanto de intercambio de conocimiento
como de humanidades digitales (Wang y Noe, 2010;
Gómez-Ferri y González-Alcaide, 2018; y Singh et al.,
2021). El trabajo interdisciplinario, la colaboración
con profesionales de otras áreas, las participación
en comunidades de conocimiento, conversaciones,
reuniones y discusiones amenas, el intercambio de
información y datos, la generación y participación
en proyectos, la gestión y organización de eventos
de intercambio de información y transmisión de
conocimiento, el uso de redes sociales y la participación
en su conformación mediante el “tejido de redes,
son indiscutibles mecanismos de colaboración
entre pares. Más institucionalmente, la adscripción
a líneas de investigación y ejes transversales, y las
comunicaciones pedagógicas continúan apareciendo
como elemento necesario para el éxito del IC y para
el verdadero ejercicio del humanismo digital.
No debe restarse importancia a la efectividad
de prácticas informales y aparentemente inocuas
o serendipias (Roth, 2022) como, “tomar un ca
con colegas, que promueve el intercambio uido
de información, de intereses, y que funge como
provocador de ideas, temas, relaciones y consecuentes
eventos de interés entre colegas no tan cercanos.
Finalmente, debemos señalar la mención
a la paradoja del conocimiento que condiciona
que a mayor hiperespecialización de algunas áreas
humanísticas menos posibilidad se tiene de encontrar
colegas interesados en intercambiar ideas, lo cual
conduce al aislamiento. Este fue un aspecto inédito
entre nuestros hallazgos y no encontrado en la
literatura de referencia.
Los resultados de esta investigación coinciden
en diversos aspectos evidenciados en los antecedentes.
Se conrma tanto la variedad de formas de colaboración
como el diverso abanico de interacciones posibles,
y motivaciones para convertirlas en prácticas. Estos
resultados vistos desde el terreno de las humanidades
digitales ofrecen una oportunidad de desarrollo de
propuestas de colaboración basadas en interacciones
mixtas aplicables al particular terreno de las
humanidades que podrían dar lugar al desarrollo
de una taxonomía de interacciones colaborativas
deseables para el sector.
Entre las limitaciones de esta investigación,
encontramos que el modelo PKM de Bedford, si
bien es útil para identicar una lista de áreas y
competencias efectivas o deseables en materia de
intercambio y gestión del conocimiento, aplicado
como marco de referencia o “espejo” promueve entre
los entrevistados la enumeración de la totalidad
de las áreas representadas, considerándolas a
todas como importantes. Esta condición impide
establecer una escala de importancia para cada una
de las características. Consideramos que es posible y
deseable la construcción de instrumentos basados en
el modelo PKM, que permitan priorizar los elementos
asociados a capital humano, estructural y relacional
representados en la propuesta de Bradford.
Adrián, S. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024: 12-29
27
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICASREFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Adrián, S. (2017). Intercambio de conocimiento en
instituciones de educación superior venezolanas:
una teoría.[Tesis de doctorado no publicada,
Universidad Simón Bolívar]
Adrián, S. y Yáber, G. (2018). Colaboración e
intercambio de conocimiento en la UCAB.
Proyecto Reto País. Universidad Católica
Andrés Bello.
Ahmed, Y.; Ahmad, M.; Ahmad, N. y Zakaria, N. H.
(2019). Social media for knowledge-sharing:
A systematic literature review. Telematics
and informatics, 37, 72-112. https://doi.
org/10.1016/j.tele.2018.01.015
Barragán, A. (2009). Aproximación a una taxonomía
de modelos de gestión del Conocimiento.
Intangible Capital, 5(1), 65-101. http://dx.doi.
org/10.3926/ic.2009.
Barreneche, C. (2017). Apuntes para una práctica
crítica de las humanidades digitales. En J.
M. Pereira G. (Ed.), Humanidades digitales,
diálogo de saberes y pcticas colaborativas
en red (pp.118-123). Cátedra UNESCO de
Comunicación. https://repository.javeriana.
edu.co/bitstream/handle/10554/44493/
Humanidades%20digitales%20-%20sampler.
pdf?sequence=1&isAllowed=y
Bedford, D. A. (2012). Enabling personal knowledge
management with collaborative and semantic
technologies.Bulletin of the American Society
for Information Science and Technology,38(2),
32-39. https://doi.org/10.1002/
bult.2012.1720380210
Bocanegra, L. (2016). Las Humanidades Digitales y
el aprendizaje en acceso abierto: el caso de la
Comunidad sobre Historia Digital. En M. Gea
(Ed.), Experiencia MOOC: un enfoque hacia
el aprendizaje digital, la creación de contenidos
docentes y comunidades on-line (pp.155-164).
Universidad de Granada. http://hdl.handle.
net/10481/43872
Burdick, A.; Drucker, J.; Lunenfeld, P.; Presner, T. y
Schnapp, J. (2012). Digital Humanities. MIT
Press.
Castro Martínez, E.; Fernández de Lucio, I.; Pérez
Marín, M. y Criado Boado, F. (2008). La
transferencia de conocimientos desde las
humanidades: posibilidades y características.
Arbor, Ciencia Pensamiento y Cultura, 184(732),
619-636. DOI: https://doi.org/10.3989/
arbor.2008.i732.211
Cook, S. y Brown, J. (1999). Bridging epistemologies:
the generative dance between organizational
Knowledge and organizational knowing,
Organization Science, 10(4), 381-400. doi
1526-5455/99/1004/0381/$05.00
Creus, A. y Canals, A. (2014). Desarrollo profesional
e intercambio de conocimiento en los grandes
experimentos cientícos. Revista Española de
Documentación Cienca, 37(4), e070. doi:
http://dx.doi.org/10.3989/ redc.2014.4.1140
Escorcia Guzmán, J. y Barros Arrieta, D. (2020).
Gestión del conocimiento en Instituciones de
Educación Superior: Caracterización desde
una reexión teórica. Revista de Ciencias
Sociales, XXVI(3), 1-14. https://www.redalyc.
org/journal/280/28063519013/28063519013.
pdf
Galina Russell, I.(2011). ¿Qué son las Humanidades
digitales? Revista Digital Universitaria, 12(7),
3-8. https://www.revista.unam.mx/vol.12/
num7/art68/art68.pdf
Giménez-Toledo, E.; Olmos-Puela, J.; Castro-
Martínez, E. y Perruchas, F. (2023). e forms
of societal interaction in the social sciences,
humanities and arts: Below the tip of the
iceberg. Research Evaluation, rvad016. https://
doi.org/10.1093/reseval/rvad016
Gómez-Ferri, J. y González-Alcaide, G. (2018). Patrones
y estrategias en la colaboración cientíca:
la percepción de los investigadores. Revista
Española de Documentación Cientíca,
41(1), e199, 1-17. https://doi.org/10.3989/
redc.2018.1.1458
Hayden, M. C.; Weiß, M.; Pechriggl, A., y Wutti, D.
(2018). Insights into university knowledge
transfer in the social sciences and humanities
(SSH) and other scientic disciplines–More
similarities than dierences. Frontiers in
Research Metrics and Analytics, 3, 32. https://
doi: 10.3389/frma.2018.00032
Hernández-Soto, R.; Gutiérrez-Ortega, M. y Rubia-
Avi, B. (2021). Revisión sistemática exploratoria
sobre el intercambio de conocimiento en las
comunidades de práctica virtuales. New Trends
28
in Qualitative Research, 9, 239-248. https://doi.
org/10.36367/ntqr.9.2021.239-248
Kakabadse, N.; Kakadse, A. y Kouzmin, A. (2003).
Reviewing the knowledge management
literature: Towards a taxonomy. Journal of
Knowledge Management, 7(4): 75-91. https://
doi: 10.1108/13673270310492967
Kwayu, S., Abubakre, M., y Lal, B. (2021). e
inuence of informal social media practices
on knowledge sharing and work processes
within organizations. International Journal of
Information Management, 58, 102280. https://
doi.org/10.1016/j.ijinfomgt.2020.102280
Lewis, J. M. (2010). Connecting and cooperating: Social
capital and public policy. UNSW Press.
Lewis, J. M.; Ross, S. y Holden, T. (2012). e how and
why of academic collaboration: Disciplinary
dierences and policy implications.
Higher education, 64, 693-708. https://doi.
org/10.1007/s10734-012-9521-8
Mata Ordaz de B, Y. V.; Pesca de Acosta, C. A.
(2011). La gestión del conocimiento en las
universidades como baluarte organizacional
InterSedes: Revista de las Sedes Regionales,
XII(23), 56-73. https://www.redalyc.org/
pdf/666/66622603005.pdf
McAdams, R; y McCreeedy, S. (1999). A critical
Review of Knowledge management models.
e Learning Organization, 6(3), 91-100.
https://doi: 10.1108/09696479910270416
Mciver, D.; Ramachandran, I.; Lengnick-Hall, C. y
Lengnick-Hall, M. (2010). Rethinking the
nature of knowledge management research:
implications for strategic human resource
management. Academy of Management
Annual Meeting Proceedings, 1, 1-6. https://
doi:10.5465/AMBPP.2010.54497972
Meyer, E. T.; Eden, G.; Terras, M. y Wyatt, S.
(2011). Reinventing research? Information
practices in the humanities. A Research
Information Network Report. https://doi.
org/10.1177/1461444812463330c
Oiva, M. (2020). e Chili and Honey of Digital
Humanities Research: e Facilitation of
the Interdisciplinary Transfer of Knowledge
in Digital Humanities Centers. DHQ:
Digital Humanities Quarterly, 14(3).
https://www.digitalhumanities.org/dhq/
vol/14/3/000464/000464.html
Olmos Peñuela, J., Molas Gallart, J., y Castro Martínez,
E. (2013). e role of informal collaborations
in the social sciences and humanities. https://
digital.csic.es/bitstream/10261/132012/4/
OlmosInformality.pdf
Orellana Méndez, G. J. (2020). Gestión del
conocimiento en instituciones de educación
universitaria del estado Lara. Revista Honoris
Causa, 13(1), 24-39. https://revista.uny.edu.ve/
ojs/index.php/honoris-causa/article/view/49
Polanyi, M. (1966). e Tacit Dimension. e
University of Chicago Press. https://monoskop.
org/images/1/11/Polanyi_Michael_The_
Tacit_Dimension.pdf
Presner, T. (2010). Digital Humanities 2.0: a report on
knowledge. Connexions module: m34246. (pp.
1-12). https://citeseerx.ist.psu.edu/t?repid=rep
1&type=pdf&doi=d96803c5657b3f849d3e260
0a4a3ed686d0780
Presner, T.; Schnapp, J. y Lunenfeld. (2009). e Digital
Humanities Manifesto 2.0 (2009). https://391.
org/manifestos/2009-the-digital-humanities-
manifesto-2-0-presner-schnapp-lunenfeld/
Tobón, S.; Guzmán, C. E.; Silvano Hernández, J. y
Cardona, S. (2015). Sociedad del conocimiento:
Estudio documental desde una perspectiva
humanista y compleja. Paradígma, 36(2), 7-36.
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_
arttext&pid=S1011-22512015000200002&lng
=es&tlng=es.
Paulin, D. T. y Suneson, K. (2012). Knowledge Transfer,
Knowledge Sharing and Knowledge Barriers-
ree Blurry Terms in KM.ElectronicJournal
of Knowledge Management, 10(1),
81–91. https://www.researchgate.net/
publication/286105137_Knowledge_transfer_
knowledge_sharing_and_knowledge_
barriers-ree_blurry_terms_in_KM
Reyes Álvarez, S. L. (2017). Perles humanistas. Perles
digitales. Revista Digital Universitaria, 18(1),
1-9. https://www.revista.unam.mx/vol.18/
num1/art08/
Rodríguez, D. (2006). Modelos para la creación y
gestión del conocimiento: una aproximación
teórica. Educar, 37, 25-39. http://www.redalyc.
org/articulo.oa?id=342130826003
Rodríguez-Ortega, N. (2014). Prólogo: Humanidades
Digitales y pensamiento crítico. En E. Romero
Frías y M. Sánchez González (Eds.), Ciencias
Adrián, S. Rev. Educ. Art. y Com. Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024: 12-29
29
Vol. 13 Nro. 2, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 2602-8174
Sociales y Humanidades Digitales técnicas,
herramientas y experiencias de e-Research
e investigación en colaboración (pp. 13-17).
Sociedad Latina de Comunicación Social.
Romero Frías, E. (2014). Ciencias Sociales y Humanidades
Digitales: una visión introductoria. En E. Romero
Frías y M. Sánchez González (Eds.), Ciencias
Sociales y Humanidades Digitales técnicas,
herramientas y experiencias de e-Research
e investigación en colaboración (pp. 19-50).
Sociedad Latina de Comunicación Social.
Roth, P. (2022). Why serendipitous informal knowledge
sharing interactions are key to boundary
spanning and creativity. Work, 72(4), 1673-1687.
https://doi:10.3233/WOR-211275
Russell Barnard, J. M. (2014). De la insularidad a la
conectividad: las tendencias en la investigación
cientíca y humanística. Investigación
bibliotecológica, 28(63), 7-11. https://
www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_
arttext&pid=S0187-358X2014000200001
Singh, S.; Gupta, S.; Busso, D. y Kamboj, S. (2021).
Top management knowledge value, knowledge
sharing practices, open innovation and
organizational performance.Journal of Business
Research, 128, 788-798. https://doi 10.1016/j.
jbusres.2019.04.040
Spence, P. J. (2014). Prólogo: La investigación en
Humanidades Digitales en el mundo hispano.
En E. Romero Frías y M. Sánchez González
(Eds.), Ciencias Sociales y Humanidades
Digitales. Técnicas, herramientas y experiencias de
e-Research e investigación: Digital Humanities and
Social Sciences. Techniques, tools and experiences
in (e-)Research (Vol. 61, pp. 9-12). http://www.
cuadernosartesanos.org/2014/cac61.pdf
Strauss, A. y Corbin, J. (2002). Bases de la investigación
cualitativa. Técnicas y procedimientos para
desarrollar la teoría fundamentada. Universidad
de Antioquia.
Sunardi, O., Tjakraatmadja, J. H., & Bangun, Y. R. (2015).
Human capital traits and informal knowledge
sharing: e role of reciprocity norm, mutual
trust, and cultural interpretation perspective.
International Journal of Knowledge Management
Studies, 6(2), 123-135. https://doi.org/10.1504/
IJKMS.2015.071759
Unsworth, J. (2006). Our Cultural Commonwealth:
the report of the American Council of learned
societies commission on cyberinfrastructure for
the humanities and social sciences. American
Council of Learned Societies (ACLS). https://
www.acls.org/wp-content/uploads/2021/11/
Our-Cultural-Commonwealth.pdf
Van den Hoof, B. y De Ridder, J. (2004). Knowledge
sharing in context: the inuence of
organizational commitment, communication
climate & CMC use on knowledge sharing.
Journal of Knowledge Management, 8(6),
117-130 http://sis.ashesi.edu.gh/courseware/
cms/le.php/1360/moddata/forum/497/972/
Knowledge_sharing.pdf
Wang, S. y Noe, R. (2010). Knowledge sharing: A
review and directions for future research.
Human Resource Management Review. 20(2),
115-131. DOI: 10.1016/j.hrmr.2009.10.001
Wouters, P.; Beaulieu, A.; Scharnhorst, A. y Wyatt, S.
(2012). Virtual Knowledge. Experimenting in
the Humanities and the Social Sciences. MIT
Press.