Córdova K. & Lozano E.
Vol.9-N°2, Julio - Diciembre 2021
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
1|INTRODUCCIÓN
En algunos países, el alto crecimiento económico ha venido
acompañado de mayor desigualdad, es decir, el ingreso de los no
pobres creció más que el ingreso de los pobres. En otros países, el
crecimiento ha disminuido la desigualdad, por tanto, es importan-
te realizar un estudio sobre cómo afecta el crecimiento económico
(PIB per cápita) en la desigualdad de ingresos a nivel mundial y por
grupos de países. El problema de la desigualdad de ingresos, se pue-
de resolver a través del estado, es decir, el estado es el que debe
intervenir en la economía, basándose en el pensamiento económi-
co Keynesiano.
Esta investigación se basó en un estudio realizado por Kuznets
(1955) que desarrolló su hipótesis sobre la curva de Kuznets que era
la ley más conocida acerca del impacto redistributivo: en las fases
iniciales de desarrollo se produce un trasvase de trabajadores des-
de sectores de baja productividad y baja desigualdad a sectores de
alta productividad y desigualdad media, generándose así un aumen-
to en la desigualdad global. Este proceso desaparece con el mayor
crecimiento, por lo que incrementos adicionales de renta reducen
entonces la desigualdad. El resultado final es que la desigualdad au-
menta inicialmente con el crecimiento, reduciéndose posteriormen-
te a partir de niveles suficientemente altos de renta. El resultado de
que la desigualdad se ve afectada por el crecimiento económico es
respaldado también por el estudio realizado por Lewis (1954) y el
estudio realizado por Kaldor (1995).
La evidencia empírica más relevante que verifica la relación a
largo plazo entre la desigualdad y el PIB per cápita es la realizada por
Rubin y Segal (2015), que indican que, el ingreso de los grupos de
mayores ingresos es más sensible al crecimiento, definido amplia-
mente como crecimiento actual y cambios en las expectativas de
crecimiento futuro, en comparación con los ingresos de los grupos
de menores ingresos. Esta mayor sensibilidad surge por dos razo-
nes: (a) los grupos de mayores ingresos reciben una gran parte de
sus ingresos de la riqueza, que es más sensible al crecimiento que
los ingresos laborales y (b) los grupos de mayores ingresos reciben
una gran parte de sus ingresos laborales en forma de remuneración
por rendimiento. En consecuencia, concluyen que el crecimiento y
la desigualdad de ingresos están asociados positivamente.
En cuanto a al segundo grupo de evidencias se destaca la rea-
lizada por Mehic (2018), que relaciona el empleo industrial con la
desigualdad, su estudio fue realizado a 27 países de ingresos altos
y medios en el periodo 1991 a 2014. El análisis muestra que el em-
pleo industrial está significativamente asociado negativamente con
la desigualdad de ingresos. Además, los resultados sugieren que son
los asalariados medios los que han soportado la mayor carga en tér-
minos de aumento de la desigualdad.
Los estudios del tercer grupo de investigaciones que relaciona
la desigualdad con otras variables, prevalece el realizado por Jau-
motte, Lall y Papageorgiou (2013), estudio realizado para 51 paí-
ses para el periodo 1981-2003, el documento informa estimaciones
que apoyan un mayor impacto del progreso tecnológico que la glo-
balización en la desigualdad. El impacto general limitado de la globa-
lización refleja dos tendencias compensatorias: mientras que la glo-
balización comercial se asocia con una reducción de la desigualdad,
la globalización financiera y, en particular, la inversión extranjera di-
recta se asocia con un aumento de la desigualdad.
Esta investigación tiene como objetivo determinar la existen-
cia de equilibrio a largo y corto plazo de la desigualdad de ingresos
y el PIB per cápita a nivel mundial y por grupos de países de acuer-
do al nivel de ingresos, en el periodo 1980-2015 y comprobar la
hipótesis de que el PIB per cápita influye tanto a largo como a corto
plazo en la desigualdad, además de comprobar la hipótesis de la cur-
va de Kuznets entre estas variables, la cual se cumple a nivel global
y para los países de ingresos medios bajos y extremadamente bajos
-PIMB y PIEB-, pero, en estos dos últimos grupos los resultados no
son significativos. Se encontró tanto un equilibrio a largo plazo a ni-
vel mundial y en todos los grupos de países de acuerdo al nivel de
ingresos. En el caso del equilibrio a corto plazo, este existe a nivel
global, en los países de ingresos extremadamente altos, altos, me-
dios altos, bajos y extremadamente bajos -PIEA, PIA, PIMA, PIBJ y
PIEB-. La contribución de esta investigación a la literatura se basa
en la metodología utilizada para determinar el equilibrio a largo y
corto plazo entre las variables, se emplea datos de panel median-
te el test de cointegración de Pedroni (1999) y Westerlund (2007),
respectivamente. En los artículos tomados como evidencia empírica
son pocos en los que utiliza el mismo o similar tipo de metodología,
por lo tanto, este artículo representa un aporte a la literatura.
El resto de la investigación tiene la siguiente estructura: en la
segunda sección se expone una revisión de las investigaciones pre-
vistas sobre el tema. En la tercera sección, se presentan los datos y la
estrategia econométrica. En la cuarta sección se discuten los resul-
tados encontrados, con la teoría y la evidencia empírica. La quinta
sección contiene las conclusiones.
2|REVISIÓN DE LITERATURA PRE-
VIA
Kuznets (1955) desarrolló su hipótesis sobre la curva de Kuz-
nets que era la ley más conocida acerca del impacto redistributivo:
en las fases iniciales de desarrollo se produce un trasvase de traba-
jadores desde sectores de baja productividad y baja desigualdad a
sectores de alta productividad y desigualdad media, generándose
así un aumento en la desigualdad global. Este proceso desaparece
con un mayor crecimiento, por lo que incrementos adicionales de
renta reducen entonces la desigualdad.
La desigualdad de ingresos es un problema que no se podrá
resolver desde el punto de vista privado, debido a que los grupos
más ricos, buscan simplemente aumentar sus ingresos, por tanto el
estado es el que debe intervenir en la economía, basándose la teoría
de Keynes quien afirmó que el deber de ordenar el volumen actual
de inversión no puede dejarse con garantías de seguridad en manos
de los particulares, además la intervención del Estado, que propone
Keynes, es mediante el manejo del gasto público. Así, el Estado pue-
de compensar la caída en la inversión privada con inversión pública,
especialmente obras de infraestructura (Keynes, 1992). Así también
Keynes señalaba que, dado que para el capitalismo es mejor pagar
salarios e impuestos bajos, ante las posibilidades de incrementar los
salarios o los impuestos empresariales, Keynes se queda con la se-
gunda, ya que "la imposición sobre beneficio no discrimina en con-
tra de la utilización de un factor de producción particular"(Keynes,
1982).
La evidencia empírica expuesta se divide en tres grupos de
acuerdo a la influencia de algunas variables, incluida el PIB per cá-
pita, sobre la desigualdad de ingresos, con el fin de dar a una mayor
argumentación a los resultados de la presente investigación. El pri-
mer grupo verifica la existencia de una relación entre la desigualdad
y el PIB per cápita, incluida la hipótesis de la curva de Kuznets, el se-
gundo grupo comprueba la existencia de una relación entre la des-
igualdad y variables macroeconómicas como la inflación, empleo,
comercio, inversión, entre otras, y el tercer grupo indica los estudios
que verifican una relación entre la desigualdad y variables como la
integración política y económica, globalización, educación, capital
humano, entre otras.
En el primer grupo de investigaciones, se encuentran los es-
tudios que verifican el equilibrio a largo y corto plazo entre la des-
igualdad y el PIB per cápita, entre estos estudios se destacan los
más actuales y antiguos realizados por Rubin y Segal (2015); Iniguez-
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