Padilla, V. et al.
Vol.10-N°2, Julio - Diciembre 2022
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
1|INTRODUCCIÓN
La prevención y erradicación de los problemas alimenticios, re-
quieren de una amplia comprensión de sus causas (Sen, 1977). Es,
importante indagar cuáles son los factores que influyen en la situa-
ción de (in)seguridad alimentaria de los hogares, y qué conclusiones
se pueden resaltar para los hacedores de políticas. La Seguridad Ali-
mentaria se define como el acceso físico, económico y social a los
alimentos necesarios (en cantidad, calidad nutricional, seguridad y
preferencia cultural) para una vida activa y saludable, por todos los
miembros de la familia, en todo momento y sin riesgo previsible de
perderlo (FAO, 2009).
La Seguridad Alimentaria y Nutricional, por lo tanto; requiere
ser abordada con la misma importancia con que se aborda la pobre-
za, puesto que una sociedad mal nutrida y con hábitos alimentarios
poco sanos o con un ambiente donde sea complicado obtener y con-
sumir los alimentos nutricionalmente básicos, no está en capacidad
de atender su desarrollo humano y menos el desarrollo económi-
co, ni de proyectar competitivamente al país (De Argueta, Merino y
Rivera, 2006; Muñoz, Barriga, R., Cabrera, M.,Vera, E., López, 2010).
Este entendimiento debe estar presente al momento de dise-
ñar e implementar políticas y estrategias encaminadas a garantizar
la seguridad alimentaria de toda la población. La Seguridad Alimen-
taria y Nutricional pretende ser un proceso que estimule la búsque-
da de un estado en donde la población en general goce del consumo
de alimentos en cantidad suficiente, inocuos, nutritivos y de primera
calidad (FAO, 2009).
Estudios revelan que evaluar la seguridad alimentaria es de
gran importancia por las repercusiones en el estado de la salud y
la nutrición de los individuos, en el rendimiento escolar de los niños,
en la capacidad laboral de los adultos, en la estabilidad emocional
de los miembros del hogar, en la dinámica familiar y en la preser-
vación del medio ambiente y de los recursos naturales (Ramsey et
al., 2011). Otros estudios mencionan la importancia de la Seguri-
dad Alimentaria y la capacidad con la que cada hogar accede a los
alimentos en cantidad y calidad para llevar una vida saludable, sin
estar en riesgo de Inseguridad Alimentaria (IA) y de vulnerabilidad
de cada miembro del hogar (Pico-Fonseca Pachón, 2012).
Una forma de evaluar el nivel de seguridad o inseguridad ali-
mentaria es a través del Índice Global de Seguridad Alimentaria Fa-
miliar (IGSAF); este se basa en estimaciones de la FAO y de los estu-
dios de Sen(1977) y Bigman (1993), sobre la prevalencia de la des-
nutrición en los países en desarrollo, combinadas con medidas de
la amplitud del déficit de alimentos de las personas desnutridas con
respecto a las necesidades medias nacionales de energía alimenta-
ria, la desigualdad en la distribución de los déficit de alimentos y la
inestabilidad de la disponibilidad anual de energía alimentaria (FAO,
1996).
Los valores del IGSAF oscilan entre 100, que representa la se-
guridad alimentaria completa, libre de riesgos; y 0 que se supone
que representa una situación de hambre total. Se estima que la se-
guridad alimentaria de un país, región, etc., se halla en una situación
crítica cuando el IGSAF es inferior a 65, que se halla en un nivel ba-
jo cuando el índice queda comprendido entre 65 y 75, en un nivel
medio cuando el índice se sitúa entre 75 y 85, y en un nivel eleva-
do cuando el índice es superior a 85 (FAO, 1994; Jiménez-Agosta,
1995; Thomson Metz, 1999).
En Ecuador se considera que el hambre, específicamente en las
zonas rurales, es un problema clave y que la política de soberanía ali-
mentaria es un eje estratégico que articula los diferentes sectores
económicos, sociales y políticos, es así que, a partir del año 2010
se expidió la Ley Orgánica del Régimen de la Soberanía Alimenta-
ria, la cual tiene por objeto establecer los mecanismos mediante los
cuales el Estado cumpla con su obligación y objetivo estratégico de
garantizar a las personas, el cantones y pueblos la autosuficiencia
de alimentos sanos, nutritivos y culturalmente apropiados de forma
permanente.
Con estos antecedentes, en el presente estudio se evalúo la se-
guridad alimentaria en hogares rurales del cantón El Pangui a través
del índice global de seguridad alimentaria familiar (IGSAF) (Bigman,
1993). No obstante, es evidente la brecha existente en las poblacio-
nes rurales con respecto a los estándares nutricionales deseados;
principalmente en aquellos territorios altamente dependientes de
la producción agrícola estacional y con baja diversificación.
2|MATERIALES Y MÉTODOS
2.1 |Zona de Estudio
Este trabajo se realizó en el cantón El Pangui, provincia de Za-
mora Chinchipe, Ecuador. El cantón cuenta con una población de
8.619 habitantes. La mayoría de la población (64 %) vive en el medio
rural, y se dedica a la producción agropecuaria; aunque los suelos
en esta zona sean poco favorables para la agricultura (GADM-EP,
2012). Los agroecosistemas están influidos por un clima húmedo
y semi-húmedo tropical, donde las precipitaciones anuales fluctúan
entre 1.500 a 2.500 mm3 – según reportes de las estaciones meteo-
rológicas vecinas. Las temperaturas promedio anuales oscilan entre
los 20°C y 24°C. La cabecera cantonal, que constituye el principal
mercado de influencia para los agricultores de la zona, se localiza
en las coordenadas 3°3730S: 78°3514O y se conecta con mercados
más grandes (Loja, Cuenca, Quito), mediante la vía Troncal Amazóni-
ca (E45), que une los extremos norte y sur de la Sierra, atravesando
las provincias de la Amazonía. Aunque la frontera con el Perú es-
tá muy próxima, esta no influye en los intercambios comerciales de
la zona, debido a la alta densidad de la selva en ambos lados de la
frontera y la insuficiencia de carreteras.
La población rural está conformada principalmente por perso-
nas nativas de la etnia Shuar, que hasta años recientes se dedicaba
principalmente a la caza, pesca y recolección; sin embargo muchos
de sus miembros han aprendido también las técnicas agrícolas de los
colonos Afroecuatorianos, Mestizos y Saraguros, quienes han migra-
do a la Amazonía desde la década de los 70, provenientes de distin-
tos lugares del País (GAD Municipal El Pangui, 2012). Actualmente
en El Pangui se puede diferenciar entre un grupo de población Shuar
muy vinculada a la modernidad, y otro grupo minoritario en relati-
vo aislamiento voluntario. La población rural se distribuye con una
densidad de aproximadamente 7.01 hab./Km²[20]; agrupándose en
pequeños barrios dispersos entre sí. La baja densidad poblacional
ha sido favorable para la ganadería extensiva que se practica en la
Zona.
La calidez de su gente, la flora, la fauna y sus atractivos paisajes,
ocultan las múltiples necesidades que hay en el Cantón, una de las
localidades más pobres del país, según cifras del Instituto Nacional
de Estadística y Censos (INEC) (Solorzano, 2012). Las actividades
productivas rurales se desarrollan principalmente con una visión de
autoconsumo y se comercializan los escasos excedentes. La alimen-
tación de la población rural está basada en la producción agrícola de
la zona: plátanos, yuca, maíz, huevos, quesillo, queso, leche y frutas;
también alimentos importados de otras regiones como fideos, pa-
pas, arroz y granos secos. No obstante, las diferencias observadas
entre hogares son marcadas, observándose menor solvencia alimen-
taria en los hogares nativos y con familias numerosas.
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