Cambisaca-Diaz M., Macias-Badaraco, K.
Vol.11-N°1, Enero - Junio 2023
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
1|INTRODUCCIÓN
El cacao reviste una especial importancia para la economía
ecuatoriana desde hace décadas, Villacís (2019) menciona que a fi-
nales del siglo XVII e inicios del siglo XIX el comercio de la pepa de
oro -designado así por sus extraordinarias cualidades- se convirtió
en el motor de la economía ecuatoriana desde de 1780 hasta 1820
con el llamado el primer boom cacaotero.
En los períodos de crecimiento y decadencia, la producción ca-
caotera fortaleció el significado histórico-cultural, ya que en ellos se
configuraron la cultura y las costumbres de las zonas productoras, lo
que fue determinante en la estructuración de clases de lo que era la
antigua Costa ecuatoriana, con características que aún pueden ser
apreciadas (Abad, et al., 2019). Ecuador es el primer exportador de
cacao en grano en América y ocupa el cuarto puesto en el mundo
entre todos los tipos de ese producto, lo que representa un aumento
del 168 % en los últimos 10 años (MAG, 2022).
Además, es el tercer rubro no petrolero de exportación agrícola
del país más importante después del banano, lo que constituye una
fuente de ingreso para más de 100 000 pequeños productores de
Esmeraldas, la Amazonía, los Ríos, Guayas y Manabí. La gran deman-
da de cacao ecuatoriano es reconocida por las características únicas
que posee (Banco Central del Ecuador, 2020). Sin embargo, esta ac-
tividad está sujeta a variaciones que generan cambios significativos
por la dependencia del precio de los commodities internacionales,
al bajar dicho precio, los ingresos para el país decaen significativa-
mente (Alcívar-Córdova et al., 2021).
Este trabajo se enfoca en analizar el nivel de competitividad
que tiene la exportación de cacao ecuatoriano frente a sus compe-
tidores regionales, para esto se empleó una metodología con natu-
raleza descriptiva pues se inició con una recopilación y síntesis bi-
bliográfica que permitió describir y analizar la situación en la que ac-
tualmente se encuentra el cacao ecuatoriano, así como un enfoque
mixto, por un lado es cuantitativo por el análisis de datos estadísti-
cos de las exportaciones del cacao ecuatoriano y de sus principales
competidores latinoamericanos, y cualitativo porque a través de la
investigación documental se hace una revisión bibliográfica profun-
da en fuentes como revistas indexadas y páginas web.
2|REVISIÓN DE LA LITERATURA
Una de las teorías más importantes del comercio es la teoría de
la ventaja absoluta, planteada por Adam Smit en 1776; sin embargo,
Villarroel y Poaquiza (2020) consideran que las ventajas absolutas
no son lo más relevante sino las ventajas comparativas que posee un
país en comparación a otro, reflexión realizada a partir del principio
planteado por David Ricardo para demostrar que el comercio puede
ser provechoso ya sea que las naciones tengan o no ventaja abso-
luta, es decir se basa en que un país aun teniendo una desventaja
absoluta en la producción de los bienes de ese país debe especia-
lizarse en el bien que produzca con mayor eficiencia en términos
comparativos, esto quiere decir que donde su desventaja absoluta
sea menor se empezará a exportar dicho bien e importar los bienes
en los que su costo de oportunidad sea elevado para el país, de esta
manera existiendo ventajas relativas.
Balassa (1988) considera que las exportaciones fomentadas
por el comercio internacional aumentan la eficiencia y la productivi-
dad, lo que ayuda a la competitividad de las empresas y, finalmente,
contribuye al crecimiento económico (citado en Kumar et al., 2022).
Por su parte, según Porter (1990), el concepto de competitividad
consiste en “la capacidad de sostener e incrementar la participación
en los mercados internacionales, con una elevación paralela del ni-
vel de vida de la población. El único camino sólido para lograrlo se
basa en el aumento de la productividad”. En ese sentido, Nevima
(2014) señala el hecho de que “la competitividad es un término de
múltiples capas y, por lo tanto, ambiguo”. El concepto se puede eva-
luar de acuerdo con indicadores de competitividad de uno o varios
factores que contribuyen a la cuantificación, así como al análisis de
los determinantes internos y externos de la competitividad. Dentro
del marco de una economía nacional, los resultados de investigación
de estos análisis son una fuente valiosa para los creadores de polí-
ticas económicas nacionales o planes de acción para el desarrollo
económico nacional (citado en Ruzekova, 2020).
Thirlwall (2002) propone un modelo de crecimiento dirigido
por las exportaciones, en donde manifiesta que la importancia de
las exportaciones como componente de la demanda agregada se de-
be a tres aspectos, en primer lugar, las exportaciones son el único
componente de la demanda verdaderamente autónomo, en donde,
la mayor parte del incremento del consumo y de la inversión den-
tro del país depende del incremento del producto, mientras que las
importaciones quedan determinadas desde fuera. Como segundo
aspecto, las exportaciones constituyen el único componente de la
demanda que puede pagar los requerimientos de las importaciones,
lo que significa que las exportaciones no solo tienen un efecto di-
recto sobre la demanda, sino también un efecto indirecto al permitir
que los otros componentes de las demandas aumenten más rápido
de lo que aumentarían de otra forma. Y como tercera característica,
las exportaciones son importantes porque permiten el incremento
de las importaciones, ya que, al favorecer a éstas, la economía se
vuelve más productiva, pues es posible obtener bienes de capital
de mayor tecnología que no se producen domésticamente (Citado
en Manrique y Román, 2017, p. 77).
Con respecto a la noción competitiva, Chavarría et al., (2002)
plantean que es muy amplia y da lugar para diferentes interpretacio-
nes; por ejemplo, partiendo de una visión convencional en la cual se
refiere a que se es competitivo si se puede sobrevivir a un determi-
nado mercado, esta visión se deriva de la teoría neoclásica que hace
referencia a las empresas y de la teoría clásica del comercio interna-
cional en el caso de los países. Entonces una empresa es competitiva
si logra maximizar sus ganancias y un país es competitivo si aprove-
cha sus ventajas comparativas; es decir, es una economía producti-
va; y la productividad conduce al crecimiento, que permite niveles
de ingresos más altos (World Economic Forum, 2016). Fahmid et al.
(2018) consideran que una ventaja competitiva es una herramienta
utilizada para medir la competitividad de una actividad en función
de la situación real de la economía, que puede definirse como la ca-
pacidad de suministrar los bienes y servicios en el tiempo, lugar y
forma deseados por los consumidores; ya sea en el mercado nacio-
nal o internacional, a un precio igual o mejor que el ofrecido por los
competidores para obtener ganancias.
Según Kumar et al. (2022) el desempeño exportador de una
empresa está vinculado a dos hipótesis basadas en mecanismos teó-
ricos, a saber, “aprender exportando” y “autoselección”. La hipótesis
de “aprender exportando” propone que la productividad de las em-
presas aumenta una vez que ingresan al mercado de exportación,
mientras que la hipótesis de “autoselección” sugiere que las empre-
sas que son más productivas se capacitan para ingresar al mercado
de exportación
En el ámbito macroeconómico, los indicadores de competitivi-
dad sirven para medir la capacidad que tienen los países, regiones o
localidades para producir bienes y servicios que compitan de mane-
ra eficiente con el exterior. Algunos de los indicadores son ex ante,
ya que miden valores de los factores que son determinantes de la
capacidad competitiva del país, o región, como por ejemplo precios,
variables tecnológicas y relacionadas al entorno institucional. Otros
son ex post donde utilizan variables como las cuotas de mercado y
la balanza comercial, tasa de exposición a la competencia internacio-
nal interregional y entre las localidades, y la ratio de exportaciones
e importaciones (Chica et al., 2016).
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