Erazo H. & Toledo E.
Vol.11-N°1, Enero - Junio 2023
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
1|INTRODUCCIÓN
La movilidad es una parte esencial de la vida diaria, puesto que
facilita el acceso a diferentes actividades, como el empleo, educa-
ción, eventos sociales, de ocio, entre otras. Sin embargo, la movili-
dad de un individuo impone cargas ambientales (contaminación del
aire, contaminación acústica) y de salud significativas (Echeverría et
al., 2022). Según la ONU (2019), el transporte es responsable del
25 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI),
puesto que se basa principalmente en la quema de combustibles fó-
siles, y las previsiones indican que para 2050, dos tercios de toda la
humanidad se desplazará hacia el sector urbano, lo que lleva a una
duplicación de la movilidad motorizada y a un aumento del 60 % en
las emisiones de CO2 derivadas del transporte (OCDE, 2017). Ade-
más, la rápida expansión del transporte motorizado ha aumentado la
incidencia de enfermedades respiratorias y cardiovasculares y ha re-
ducido drásticamente la función pulmonar individual (OMS, 2006).
En Ecuador la movilidad se caracteriza por un parque automotor
en crecimiento, durante los últimos años la matriculación vehicular
ha presentado un incremento del 7,4 % desde el año 2017 al 2018,
de los cuales, el 91,1 % es representado por vehículos particulares,
(Instituto nacional de estadísticas y censos ([INEC] 2019), lo que
sumado a las pésimas condiciones mecánicas aumenta las cargas
contaminantes hacia la atmosfera.
Por lo tanto, es necesario generar conciencia en los individuos
y buscar nuevas alternativas de movilidad, que sean amigables con
el ambiente, como el uso de bicicletas, el uso de transporte públi-
co en lugar del privado, entre otras. Estas alternativas de transpor-
te contribuyen a la conservación del mismo. Bajo ese contexto las
organizaciones internacionales como el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo y sus estados miembros han llegado al
consenso de que la movilidad es esencial para alcanzar el desarrollo
sostenible por lo cual se debe contar con sistemas de transporte sos-
tenibles para todos hasta el año 2030. La movilidad sostenible, inclu-
yendo tanto el transporte público como el transporte activo (a pie y
en bicicleta) puede contribuir significativamente a reducir las emisio-
nes de gases de efecto invernadero (Stanley, 2003, Chapman, 2007,
Gössling y Choi, 2015). Sin embargo, aún queda mucho por hacer pa-
ra extender el uso de modos de viaje ecológicos, y aumentar dichos
modos requiere no solo mejorar los servicios de transporte público
e invertir y promover el comportamiento de caminar/andar en bici-
cleta, sino también comprender qué factores inciden al momento
de elegir un modo de transporte.
Con este antecedente, el objetivo de esta investigación está
enfocado en analizar los determinantes que influyen en el uso del
transporte sustentable en el Ecuador en el año 2017. La metodolo-
gía que se aplica consiste en un modelo logit multinomial con datos
de corte transversal utilizando datos del módulo ambiental de la En-
cuesta Nacional de Empleo Desempleo y Subempleo (ENEMDU) del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), utilizando como
variable dependiente el modo de transporte, mientras que dentro
de las variables independientes se tiene variables socio económicas
y variables que caracterizan el modo de transporte como: razón del
uso de medio de transporte. Esta investigación se constituye en un
valioso aporte a la literatura sobre los determinantes de la elección
del transporte sostenible como medio de movilización para el caso
ecuatoriano. Cabe resaltar que existe poca información publicada
sobre el tema y los estudio que se han realizado se han centrado
en países desarrollados como Estados Unidos, Australia, Canadá y
Alemania. Los resultados de este estudio pueden ser útiles para los
responsables de la formulación de políticas y los planificadores de
transporte del país.
La presente investigación está organizada en cuatro secciones
adicionales a la introducción. La segunda sección presenta una bre-
ve revisión de literatura previa. La tercera sección exhibe los datos
utilizados y planteamos la estrategia econométrica. En la cuarta sec-
ción discutimos los resultados encontrados con la teoría y la evi-
dencia empírica. Finalmente, en la quinta sección presentamos las
conclusiones y el aporte de la investigación.
2|REVISIÓN DE LITERATURA
El transporte sustentable tiene diferentes definiciones, las cua-
les se derivan del concepto de sustentabilidad, es decir, satisfacer
las necesidades actuales sin comprometer las generaciones futuras.
Según Hidalgo (2013), el transporte sustentable consiste en la pro-
visión de servicios e infraestructura para la movilidad de personas
y productos, necesarios para el desarrollo económico y social, que
ofrecen acceso seguro, confiable, económico, y al alcance de todos,
al tiempo que reducen los impactos negativos en la salud y el medio
ambiente local y global, en el corto, mediano y largo plazo. De esta
manera, el transporte sustentable tiene como objetivo la protección
del medio ambiente, manteniendo la cohesión social y la calidad de
vida de la sociedad, además de favorecer el desarrollo económico.
Su visión principal ha tenido gran influencia en el cambio de men-
talidad, y en la formulación de políticas públicas en pro del medio
ambiente. Sin embargo, la demanda de transporte actualmente si-
gue aumentando a la par con la economía (Unesco, 2003). En ese
sentido resulta imperativo conocer la situación actual del uso del
transporte sustentable y las variables que determinan su uso.
Durante los últimos años algunos académicos han centrado su
análisis en determinar la probabilidad de elección de transporte y
sus principales determinantes, con la finalidad de identificar herra-
mientas que permitan incentivar el uso de transporte sustentable.
De acuerdo a la literatura los factores asociados al uso de transpor-
te sustentable pueden clasificarse en variables socioeconómicas, de-
mográficas, psicosociológicas y ambientales (Ramezani, et al. 2018).
De acuerdo con Racca, y Ratledge (2003); Ding y Zhang (2016);
Sáinz, et al. (2001); Reta (2005); García (2005) y Campos et al. (2006)
en lo relacionado a la variable ingresos, los hogares de ingresos bajos
muestran una mayor probabilidad de utilizar el transporte público
(autobús, tren, trolebus) y caminar en relación con las personas con
altos ingresos, es decir, los individuos con ingresos altos tienen una
mayor probabilidad de elección como medio de transporte principal
el vehículo particular o taxi.
Respecto a la variable género, no existe un consenso en el efec-
to de esta variable sobre la probabilidad de elegir un modo de trans-
porte sustentable. Por un lado, se establece que el hecho de que
el ser mujer disminuye la probabilidad de utilizar transporte público
(Ding y Zhang, 2016; Fajardo y Gómez, 2015; Daza, 2017). Mientras
que otros autores concluyen que el hecho de ser mujer aumenta la
probabilidad de movilizarse en bus y trolebús y disminuye la pro-
babilidad de usar el auto particular (Reta, 2005; Trujillo, 2015). La
variable edad muestra que a medida que aumenta la edad de las
personas tienen una menor probabilidad de elegir como medio prin-
cipal de movilidad el transporte público o caminar (Racca, y Ratled-
ge, 2003; Sáinz, et al., 2001; Reta (2005). Sin embargo, Amariles
(2016), manifiesta que, a medida que la edad se incrementa la pro-
babilidad de trasladarse caminando también aumenta; al igual que
Daza (2017) quien concluye que el hecho de ser joven disminuye la
probabilidad de trasladarse en transporte particular respecto a un
adulto que se dirige a su lugar de trabajo, y aumenta la probabilidad
de usar transporte no motorizado y público.
En lo que respecta a la educación, Trujillo (2015) y Campos et
al. (2006) concluyen que un aumento de esta variable disminuye la
probabilidad de elegir como medio de transporte al bus, bicicleta y
a pie, mientras que aumenta la probabilidad de utilizar el taxi y auto
particular. En contraste los hallazgos de Amariles (2016), permiten
concluir que una disminución de la escolaridad, aumentan la proba-
bilidad de elegir caminar como medio de transporte y disminuye la
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