Modelos de negocio y la gestión del capital...
Vol.11-N°2, Julio - Diciembre 2023
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
Además, las políticas de planificación del nivel de capital de
trabajo neto operativo pueden incidir en el nivel de ventas, afectan-
do así la rentabilidad y el valor de la empresa. Económicamente, el
monto invertido en capital de trabajo depende de la demanda de
sus componentes (inventarios, cuentas por cobrar y cuentas por pa-
gar), que a su vez depende de optimización de sus costos y la oferta
de crédito comercial. Estos mecanismos se exploran a continuación.
El análisis y gestión de los activos corrientes requieren agilidad,
intuición y conocimiento del tipo de negocio. Los aspectos tecnoló-
gicos, logísticos y administrativos tienen diferente incidencia sobre
las prácticas del manejo del capital de trabajo. Las políticas financie-
ras en la gestión de inventarios, de cuentas por cobrar, de crédito
de proveedores requieren un análisis específico de las condiciones
propias del sector y de las relaciones de crédito entre empresas, dis-
tribuidores, proveedores, intercambios entre inventarios y cuentas
por cobrar, procesos de producción y comercialización. En toda de-
cisión sobre inversión, sea en inventarios o en cuentas por cobrar,
se producen costos de tenencia versus costos de ausencia y los ge-
rentes deben buscar un equilibrio que incremente el valor de la em-
presa.
Si las empresas tienen poco acceso a los créditos financieros,
pueden buscar crédito comercial. La naturaleza del proceso pro-
ductivo requiere acumulación de inventarios (Ferris, 1981; Emery,
1987), que se puedan incrementar en previsión a disrupciones en
el proceso productivo debido a problemas en cadena de suminis-
tros, mantenimiento de inventarios, falta de inventarios (potencial
pérdida de clientes) y costos de financiamiento, buscando minimi-
zar los costos totales en relación con los costos de producción. En
este sentido, las decisiones sobre el mantenimiento del nivel ópti-
mo de inventarios y los modelos de pedido óptimo económico de
inventarios se entrelazan (Seifert et al., 2013). Las teorías enfocadas
en el nivel óptimo de inventarios resaltan las razones precautorias
para mantener inventarios con el fin de evitar la escasez y la pérdi-
da de clientes, y para evitar problemas en la cadena de suministro,
contrastándolas con los costos de mantenimiento de inventarios
El equilibrio entre estos motivos se refleja en una política de
gestión del capital de trabajo conservadora o agresiva. Una políti-
ca conservadora con altos niveles de inversión en capital de trabajo
aumenta los costos de oportunidad de la inversión y los costos de
tenencia y mantenimiento de los activos, pero disminuye los poten-
ciales costos de la escasez, tales como las pérdidas de clientes o las
dificultades o paralizaciones en la operación. A su vez, una políti-
ca agresiva de niveles reducidos de capital de trabajo disminuye los
costos de oportunidad de la inversión en activos corrientes, reduce
los costos de obsolescencia y de mantenimiento de estos activos,
aunque incrementan los potenciales costos y riesgos asociados a
una insuficiencia de capital de trabajo.
Los niveles de capital de trabajo inciden en la rotación activos y
en las necesidades de financiamiento. Disminuciones en los niveles
de inversión en activos corrientes o en los pasivos de los proveedo-
res y cuentas acumuladas (sueldos, impuestos), incrementan la ren-
tabilidad para los accionistas siempre que estos niveles más bajos
en inventarios, crédito a clientes o caja no ocasionen disminuciones
en ventas por pérdidas de clientes e imagen o por dificultades en
las operaciones. Por lo tanto, se espera una relación positiva, teó-
ricamente sustentada, entre la eficiencia en la gestión de los com-
ponentes del capital de trabajo y una mayor rentabilidad al reducir
de alguna forma el ciclo de caja. La eficiencia en la gestión apunta
a reducir la inversión en activos corrientes y/o ampliar el ciclo de
proveedores sin afectar las ventas. Así entendidas, las políticas de
capital de trabajo se orientan a encontrar un equilibrio adecuado en
los niveles de activos corrientes que el negocio debe mantener en
relación con las ventas.
En la práctica, la relación entre los indicadores de la gestión
de capital de trabajo y rentabilidad es un asunto empírico. Sartoris
y Hill (1983) y Kim y Chung (1990) han enfatizado la necesidad de
considerar los efectos conjuntos de las políticas de inventarios y cré-
dito. Kim y Chung (1990) consideran que no hay evidencia de que
las prácticas usadas en esta gestión apunten a maximizar el valor
de las empresas. El uso de prácticas ad hoc y subjetivas en la toma
de decisiones sobre la gestión del capital de trabajo ha sido eviden-
ciado en estudios tales como los de Nayak y Greenfield (1994) y
Khoury et al. (1999).
La literatura empírica también muestra que una política agre-
siva de manejo de capital de trabajo aumenta la rentabilidad, tan-
to para las empresas grandes (Wang, 2002; Deloof, 2003) como
para las empresas pequeñas y medianas (Garcia-Teruel y Martínez-
Solano, 2007). Consistente con estos hallazgos, varias investigacio-
nes muestran que el valor presente de la inversión en capital de
trabajo es menor que de la inversión actual (Kieschnick et al., 2016;
Baños-Caballero et al., 2020), lo cual implicaría beneficios de la re-
ducción del monto invertido en capital de trabajo. Algunos estudios
encuentran evidencia de la existencia de un nivel óptimo de inver-
sión en capital trabajo debido a la forma de U-invertida de la re-
lación de dicha variable con la Q de Tobin (Baños-Caballero et al.,
2014) y el con rendimiento mercantil y contable (Aktas et al., 2015),
consistente con el balance entre costos de oportunidad y manteni-
miento y costos de escasez. El meta-análisis de 46 estudios en Singh
et al. (2017) confirma la relación inversa entre el capital de trabajo
y la rentabilidad. Sin embargo, ninguno de estos estudios examina
cuales son los factores subyacentes al negocio que resultan en di-
ferencias en los indicadores, y, por lo tanto, no pueden ofrecer una
explicación de la gestión del capital de trabajo más profunda.
Por otro lado, el nivel de capital de trabajo se ve también afec-
tado por la oferta de crédito comercial. Petersen y Rajan (1997) ofre-
cen un resumen de esta relación. Los factores de oferta se relacio-
nan con la ventaja que tienen los proveedores sobre las institucio-
nes financieras para ofrecer crédito debido a mejor monitoreo, ad-
quisición de información sobre el comprador (Biais y Gollier, 1997;
Burkart y Ellingsen, 2004; Cuñat, 2007), aunados a mayor habilidad
para recuperar el valor de colateral (Frank y Maksimovic, 2005), ba-
jo la condición que dichos proveedores sean solventes y puedan
ofrecer el crédito en el primer lugar. Adicionalmente, el uso de cré-
dito con varios tipos de descuentos por pronto pago constituye en
la realidad una forma de discriminación de precios (Brennan et al.,
1988).
Las variables utilizadas en la literatura empírica para explicar la
gestión de capital de trabajo no pueden distinguir entre los efectos
de la demanda y la oferta. La interpretación de coeficientes obteni-
dos econométricamente debe tomar en cuenta ambos efectos (Pe-
tersen y Rajan, 1997). Típicamente, se utilizan variables financieras
para explicar el ciclo de caja, crecimiento en ventas, tangibilidad de
los activos, ventas, concentración de ventas en la industria, flujo de
caja operativo entre otras. Hill et al. (2010) explora esta relación en
empresas de EE.UU.; Mongrut et al. (2014) estudia empresas de Ar-
gentina, Brazil, Chile, México y Perú en el periodo de 1998 a 2008;
Baños-Caballero et al. (2010) analizan una muestra de PYMES es-
pañolas. Howorth y Westhead (2003) identifican que las empresas
pequeñas en el Reino Unido tienen distintos enfoques en el manejo
del capital de trabajo.
Los autores se enfocan en el manejo de caja, manejo de inven-
tarios y manejo de cuentas por cobrar. Sus hallazgos muestran que
un grupo significativo de empresas no administra el capital de tra-
bajo en manera rutinaria. Lind et al. (2012) y Pirttila et al. (2020)
examinan las prácticas de la administración del capital de trabajo a
lo largo de cadena de valor en las industrias automotrices alemana
y rusa, desde los proveedores de la materia prima hasta las distribui-
doras. Sus resultados muestran la estabilidad temporal del ciclo de
caja, y una disminución a lo largo del tiempo del período de cuen-
tas por cobrar. A la diferencia de Lind et al. (2012) y Pirttila et al.
(2020), el presente estudio se enfoca exclusivamente en las diferen-
cias en las prácticas del manejo del capital de trabajo dentro de las
empresas del sector automotriz que se dedican a la distribución y
comercialización.
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