Alvarado, J., Aguirre-Padilla, N., Ponce, P.
Vol.12-N°1, Enero - Junio 2024
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
1|INTRODUCCIÓN
En Ecuador, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos
- INEC (2022) en su estudio para determinar los hábitos y prácticas
en los hogares de Ecuador, que ejecuta a través del Módulo de Infor-
mación Ambiental en Hogares como parte de la Encuesta Nacional
de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU), presenta algunos
resultados sobre las prácticas de ahorro de agua, considerando que
las prácticas ambientales de ahorro de agua potable son acciones di-
rigidas a preservar el recurso hídrico y reducir el impacto ambiental,
incluyen por lo general la eficiencia en el consumo, la reutilización, la
conservación de ecosistemas acuáticos y la conciencia pública, de-
sempeñando un papel crucial en la sostenibilidad y la lucha contra
el cambio climático. Entre los resultados se encuentra que el 94,4 %
de los hogares tienen por hábito cerrar la llave mientras jabonan los
platos, se cepillan los dientes o se bañan, es por ello que el INEC
lo considera la práctica principal en materia de ahorro de agua. Así
mismo el 73,7 % de los ecuatorianos señaló que se ducha en menos
de diez minutos, en este sentido datos de la Organización Mundial
de la Salud - OMS indica que se gastan 20 litros por minuto, por lo
cual, si logra reducir cinco minutos en su baño diario, ahorraría al
menos 100 litros de agua (INEC, 2022).
En este sentido, otra de las prácticas ambientales es que el
56,9 % de hogares utiliza un balde en lugar de manguera, y el 49,5 %
dispone de un economizador de chorro. El 34,5 % reusó el agua en el
2022. Sin embargo, se evidencia el poco interés o desconocimiento
sobre el ahorro del agua, sobre los dispositivos de control de des-
perdicio del agua potable (INEC, 2022). La pandemia de COVID-19,
causada por el coronavirus SARS-CoV-2, ha impactado profunda-
mente al mundo entero desde su aparición a finales de 2019. Es-
te virus, cuyo origen se rastrea en la ciudad de Wuhan, China, se
ha convertido en un tema de interés global debido a su rápida pro-
pagación y su capacidad para desencadenar enfermedades graves
(Irwin, et. al, 2021). Es por ello que, la Organización Mundial de la
Salud – OMS (2020) sugirió que el lavado de manos con jabón es la
estrategia más eficaz y económica para prevenir la transmisión del
SARS CoV-2, por ello, las medidas sanitarias propuestas por la OMS
sugieren una higiene frecuente de las manos (Balaco et. al, 2020).
Las acciones de prevención por la propagación del coronavirus
(COVID-19) tuvieron un impacto notable en el consumo urbano de
agua, lo que provocó una disminución en el uso comercial, industrial
y público, y un ligero aumento en el consumo residencial (Kalbusch,
et. al, 2020). La comparación entre los promedios de consumo de
agua en la muestra que disminuyó en un 53 %, 42 % y 30 % en las
categorías industrial, comercial y pública, respectivamente, es así co-
mo el consumo promedio de agua aumentó un 11 % en la categoría
residencial (Kalbusch, et. al, 2020;e Irwin, et. al, 2021). Por otro lado,
según Irwin et. al (2021) son mínimos los trabajos que estudian la
capacidad de respuesta de la demanda de agua ante una crisis como
la del COVID -19 (p. 1); así mismo, es natural suponer que podría ha-
ber una respuesta, ya que la investigación psicológica ha demostra-
do una fuerte conexión entre las emociones y la toma de decisiones
del consumidor (Gardner, 1985), además de investigaciones que su-
gieren cambios de comportamiento significativos después de crisis
o desastres (Nordløkken et al., 2016; e Ito & Kuriyama, 2017).
Para comprender mejor los factores que promueven las prác-
ticas de higiene de manos como medida de salud pública, es bene-
ficioso examinar los comportamientos de la comunidad a través de
teorías de cambio de comportamiento como el Modelo de Creencias
de Salud y la Teoría del Comportamiento Planificado - TCP (Briscoe
& Aboud, 2012; Ainsworth et. al, 2017). El TCP destaca la importan-
cia de que alguien tenga un fuerte deseo antes de lograr un cambio
de comportamiento. Según Ajzen (1991) el modelo de Riesgo, Acti-
tud, Norma, Habilidad y Autorregulación (RANAS) postula que hay
cinco grupos de factores psicosociales que pueden influir en el cam-
bio de comportamiento: percepciones de riesgo, factores de actitud,
factores de norma, factores de capacidad y factores de autorregu-
lación (Mosler & Contzen, 2016). Los factores de actitud incluyen
la percepción de los beneficios y el impacto negativo del comporta-
miento (Brewer et. al, 2007; De Zwart et. al, 2009). Los comporta-
mientos de salud también están fuertemente influenciados por las
normas sociales, que describen las percepciones de los demás so-
bre el comportamiento, creando así una presión social para realizar
ciertos comportamientos (Mosler & Contzen, 2016).
Sin embargo, algunos estudios han identificado factores que
influyen en la adopción de las conductas de los individuos: probabi-
lidad percibida de infección (Leung, et. al (2005; Tang, 2003), grave-
dad percibida si se contrae la enfermedad y efectividad de la con-
ducta preventiva (Park et. al, 2010; Lau et. al, 2003). Pero así mismo,
prestaron limitada atención a la percepción negativa hacia el com-
portamiento y los factores relacionados con las normas sociales que
influyen en el comportamiento de higiene de manos entre la pobla-
ción general (Utami, et. al, 2021). Otros estudios relacionados con
el agua, el saneamiento y la higiene han demostrado que las nor-
mas sociales son un factor importante que puede desencadenar y
mantener un cambio de comportamiento (Curtis, et. al, 2009) y, por
lo tanto, este factor también debe incorporarse en la planificación
posterior a una pandemia (Curtis et. al, 2009; y McMichael, 2016).
En este sentido, la demanda de agua está determinada por una
serie de variables, en la vivienda, incluyen los comportamientos de
los residentes, estilo de vida y actividades rutinarias que involucran
el consumo de agua (Dziminska, 2021). El analizar los cambios en
la demanda de agua potable inducidos por el confinamiento y las
medidas restrictivas es un instrumento importante para analizar y
comprender la dinámica social y económica. Además, permite a los
administradores del agua resaltar las dinámicas individuales y socia-
les en condiciones no perturbadas, vinculando los estilos de vida y
los hábitos de los usuarios con los comportamientos psicológicos
y personales (Balaco et. al, 2020). Las medidas de saneamiento y
limpieza indispensables para evitar la propagación del COVID-19
son fundamentales y dependen de la disponibilidad de agua limpia
(Kalbusch, et. al, 2020). Evaluar el consumo de agua en situaciones
de crisis o pandemia es fundamental para que los formuladores de
políticas determinen acciones para garantizar el acceso de los ciuda-
danos al agua y mantener los servicios básicos (Utami et. al, 2021).
Así, Balaco et. al, (2020) indican que los hábitos de los usuarios son
los principales factores en la tendencia de consumo de agua potable,
señalando que conocer los hábitos y la estructura social de la zona
en la que viven puede ser un apoyo útil para predecir el consumo.
Es por ello que, el objetivo de este estudio es comprobar si el
COVID-19 incidió en el comportamiento relacionado con el ahorro
de agua potable de los hogares de la ciudad de Loja. Todo ello, con-
siderando la teoría del comportamiento planificado de Ajzen (1991).
Para lograr comprobar los objetivos de la investigación, se empleó
un modelo de ecuaciones estructurales, así mismo, se recopiló in-
formación a través de una encuesta en los hogares de la ciudad de
Loja. En segundo lugar, se evalúa si las normas sociales juegan un
rol importante en las prácticas de ahorro de agua potable de los
hogares durante la pandemia y finalmente si la conciencia ambien-
tal tiene una asociación positiva con el ahorro de agua potable. Las
relaciones encontradas sugieren una visión más profunda sobre el
comportamiento de los consumidores con respecto a las prácticas
de ahorro de agua potable durante la pandemia del COVID-19, por
las restricciones impuestas. Este análisis podría contribuir a la ba-
se de conocimientos sobre la generación de residuos sólidos y pro-
porcionar información sobre el comportamiento ambiental de los
consumidores frente a las normas sociales aplicadas. Además, es-
te artículo científico podría ampliar la literatura empírica sobre la
generación de residuos sólidos en Loja, que ha sido casi nula. Este
estudio se presenta de la siguiente manera. La sección 2 analiza los
antecedentes conceptuales y el desarrollo de las hipótesis. La sec-
ción 3 explica la metodología, la sección 4 expone los resultados de
este estudio y discusión. La sección 5 presenta las conclusiones.
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