López-Torres, V., Moreno-Moreno, L., Montaño-Armendáriz, A., & Pérez-Concha, J.
Vol.12-N°1, Enero - Junio 2024
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
1|INTRODUCCIÓN
En el periodo de 2009 a 2019, el sector turismo -a nivel
mundial- experimentó un notorio incremento del producto interno
bruto (PIB) pasando del 5.8 a 9.17 % este último equivalente a 4.7
billones de dólares (Organización Mundial de Turismo, 2022). En
México, los datos del Censo Económico 2019 registraron más de
780 mil unidades económicas relacionadas con actividades turísti-
cas (16.4 % del total nacional), las cuales aportaban 8.7 de cada 100
pesos producidos por la economía nacional, representando un 8.7 %
del PIB. Este sector emplea a 4.3 millones de trabajadores (8.6 % del
total), de los que laboran en hoteles 57 % se desempeña en activi-
dades de hospedaje, 27 % en restaurante, 7.2 % en tareas de apoyo
a los negocios, 4.2 % en bar, 3.2 % en spa, 0.4 % en centros noctur-
nos y 0.2 % en agencias de viajes (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía, 2021). Como ilustran los datos, el sector turismo emplea
a un importante número de personas, sin embargo el personal hote-
lero y gastronómico asume figuras de organización y de lucha seme-
jantes a las que ejercen los obreros de otros sectores económicos, ya
que comparten experiencias de explotación y precarización, donde
la propina es un factor de empobrecimiento que resalta su condición
proletaria (Yáñez, 2021); específicamente sus condiciones laborales
muestran signos de precariedad laboral en las dimensiones: econó-
mica, normativa y de seguridad laboral (Méndez, Vargas y Román,
2021).
También este sector se caracteriza por sus condiciones y tra-
to laboral en distintos territorios del mundo; en algunos casos las
personas ven como se les niega un puesto de trabajo, mientras en
que en otros se les contrata para confinarlas a determinadas ocu-
paciones, se les ofrece un salario más bajo por razón de su sexo,
religión o color de su piel, independientemente de sus capacidades
o que cubran los requisitos para el puesto de trabajo (Organización
Internacional del Trabajo, 2003).
Ante escenarios como el planteado, se reconoce que el clima
organizacional (al interior de cualquier empresa) genera armonía por
lo que, al ser positivo, es casi seguro que el desempeño del personal
será el deseado (Hernández y Cisneros, 2022); de ahí la relevancia
de crear y mantener un clima propicio para la productividad. Es im-
portante señalar que la literatura da cuenta de numerosos estudios
sobre el clima laboral, en los cuales se definen y miden de diferen-
tes formas, empero no existe un acuerdo generalizado acerca de su
significado y el alcance. Por ello, el presente estudio tiene el propó-
sito de explicar el clima organizacional a partir de la capacitación,
la experiencia personal e igualdad percibidas por los empleados de
empresas de hospedaje. Para ello la estructura del artículo se orga-
niza en términos temáticos. Primero se presenta el soporte teórico
de cada una de las variables, luego se describe la metodología, pos-
teriormente los análisis del modelo estructural para finalizar con las
conclusiones.
2|REVISIÓN DE LA LITERATURA.
2.1 |Clima organizacional.
El clima organizacional se valora a partir de la percepción (opi-
nión) que tienen los colaboradores acerca del medio ambiente físico
y humano de las instalaciones y el entorno donde desempeñan su
jornada laboral. Se reconoce que el clima organizacional es afectado
por condiciones de los puestos de trabajo, como: confort, compa-
ñerismo y competitividad sana, sistemas de compensación laboral
justo que promueva la retención de personal y el mejoramiento de
la calidad del servicio, a través de remuneraciones superiores y re-
tribuciones indirectas (Robles, Alviter y Martínez, 2020; Macías y
Vanga, 2021; Parra, Rocha y Durán, 2021).
El clima organizacional es un indicador de la calidad del am-
biente de trabajo (Tavares, et al., 2021). De acuerdo con Cavalcan-
te, Freire y dos Santos (2020) “el conjunto de sentimientos diversos
que experimentan los empleados y sus consecuencias en el entorno
laboral, conforma lo que se llama clima organizacional” (p.114). En
tal sentido, es relevante medir los aspectos del trabajo percibidos,
directa o indirectamente, por los trabajadores dado que éstos influ-
yen en su motivación y comportamiento, lo que su vez afecta el de-
sempeño del trabajador. Parra, Rocha y Durán (2021) estudiaron el
clima organizacional en el sector hotelero de Cartagena, Colombia,
en cuya descripción refieren que tiene un ambiente laboral comple-
jo, destacan que los empleados trabajan bajo presión por lograr la
excelencia y eficiencia en el manejo y control del servicio al clien-
te, tienen poca interacción entre compañeros, no existen tiempos
de descanso o pausas activas, se incurre en trato irrespetuoso con
compañeros, huéspedes y clientes, lo que ha enrarecido el ambiente
de trabajo que suele escalar y generar conflictos afectando la aten-
ción y -en consecuencia- la calidad en los servicios.
Cabe indicar que la hotelería enfrenta una serie de cambios y
retos para mantener su competitividad y así atraer y retener a sus
empleados; en este sector se observa una alta rotación voluntaria de
personal (renuncias), lo que representa un incremento de los costos
de contratación-reemplazo de personal. Principalmente los trabaja-
dores renuncian por un clima organizacional adverso a sus expecta-
tivas, resultado de indicadores percibidos como negativos respecto
a elementos culturales, capacidades organizativas, relaciones inter-
personales y apoyo percibido (Domínguez, Lozano y Ramírez, 2020).
Para Brunet (2007) el clima organizacional se clasifica cómo
explotador, paternalista, consultivo y participativo. Respecto del pri-
mer concepto, los empleados se ven como esclavos, se observa una
total insatisfacción, la responsabilidad prevalece en los superiores
en jerarquía; el paternalista se caracteriza por empleados que no re-
conocen sus logros, insatisfacción con el trabajo y raramente con
sus semejantes y administrador; en el clima consultivo, se otorgan
recompensas y castigos, se observan actitudes favorables y respon-
sables ante el trabajo, la satisfacción es mediana; por último, en
el clima participativo existe confianza, motivación por participar e
implicación por el mejoramiento del trabajo y evaluación de rendi-
mientos. Tipificar el clima es pertinente para modificarlo, a fin de
entender que - acorde al tipo de clima organizacional- se influye
en los resultados empresariales, particularmente su calidad, misma
que afecta la satisfacción de los trabajadores y, por ende, su sentido
de pertenencia. Debe puntualizarse que al hablar de clima organiza-
cional se aborda un constructo dinámico, que demanda un enfoque
empresarial proactivo, para asegurar la excelencia operacional y la
competitividad (Tamayo, 2020).
Según Werther y Davis (2008), una compensación adecuada
es un elemento esencial para mantener y motivar a los trabajado-
res dentro de la empresa, es decir los empleados deben recibir sa-
larios y prestaciones apropiadas a cambio de la contribución de su
productividad, de lo contrario se afecta de forma negativa el clima
organizacional. En ocasiones, esta afectación es consecuencia de
políticas públicas; a manera de ejemplo, Herrero, Cárdenas y López
(2020), refieren que las reformas institucionales al mercado laboral
español, incidieron en el clima laboral de las empresas y terminaron
por incrementar el desempleo, resultado de cómo los agentes so-
ciales asimilaron las reformas y las características productivas de la
economía.
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