
Bedoya-Jara, Aldás-Salazar, Córdova-Pacheco, Ramos-Rodríguez
Vol.13-N°1, Enero - Junio 2025
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
1|INTRODUCCIÓN
La planificación financiera está estrechamente relacionada con
la evaluación del desempeño financiero, y permite una adecuada
toma de decisiones, la cual se puede hacer con varios modelos de
herramientas analíticas (Eni, 2021). En este contexto, las empresas
tienden a desarrollar nuevos negocios u operaciones financieras úni-
camente si crean valor en sí mismas (Armendáriz, 2011). Esto permi-
te atraer inversores a las empresas siempre y cuando sean capaces
de mostrar un buen rendimiento financiero, generando seguridad fi-
nanciera al momento de invertir o comprar acciones (Safhira & Dar-
wis, 2022). Es así que en las últimas décadas se ha observado como
las medidas basadas en el valor van ganando importancia y una de
ellas, quizá la más importante es el Valor Económico Agregado (EVA)
(Alvear et al., 2020). El EVA data de 1989, fue planteado por Stern
Stewart Service y se desarrolló para medir la rentabilidad de las em-
presas y específicamente se trata de una medida de rentabilidad in-
cremental que obtiene un inversionista sobre la tasa de rentabilidad
del mercado (Vergiú, Jorge; Bendezú, 2007). El EVA es uno de los in-
dicadores que permite medir el rendimiento de las acciones de una
organización, y se lo utiliza a pesar de existir otros indicadores de
rendimiento financiero basados en la contabilidad (Sura et al., 2023).
Es importante mencionar que el valor de la empresa sólo aumenta si
es capaz de generar excedente sobre su coste de capital (Nagarajan,
2015). Es así que el EVA se ha convertido en uno de los indicadores
financieros que refuerzan los parámetros VAN y TIR utilizados habi-
tualmente para garantizar a los accionistas que seguirán obteniendo
beneficios (Charisma & Amir, 2020).
El crecimiento de las compañías por la generación del EVA re-
quiere la identificación y desagregación de factores que determinan
el tamaño del EVA a 3 niveles; en el nivel uno: la generación del EVA
depende del capital invertido y el diferencial económico; nivel dos:
el diferencial económico corresponde a la diferencia entre el capital
invertido y el costo de capital promedio ponderado y el nivel tres:
se toma en consideración la estructura de capital, el costo del ca-
pital accionario y las deudas corporativas, el margen operacional y
el índice de rotación de capital invertido (Kijewska, 2016). Así tam-
bién, la medición del rendimiento de la empresa puede clasificarse
en tres grupos, a saber: (1) Medición de los beneficios, (2) Medición
del flujo de caja y (3) Medición del valor; y es en este último que se
encuentra la importancia del estudio (Choi et al., 2018).
El crecimiento de una empresa se mide por su desempeño fi-
nanciero, es decir su capacidad operativa para satisfacer los deseos
de sus propietarios, por tal motivo el EVA ha demostrado ser una ex-
celente medida de desempeño para motivar la gestión en cualquier
empresa y que tiene mayor poder para explicar el valor de merca-
do que otras medidas contables tradicionales como el ROE, ROA,
ROI y Liquidez. A esto se debe añadir, que los bancos deberán en-
tonces, buscar constantemente invertir en tecnología y ser capaces
de estar abiertos a alianzas estratégicas, fusiones, adquisiciones y
ejercicios de reestructuración para añadir EVA a la riqueza de los
accionistas todo el tiempo (Muraleetharan, 2017). Los accionistas
de éstas, buscan implementar estrategias para aumentar el valor de
las compañías, es así que el EVA se ha convertido en una medida
muy completa para medir el desempeño de la empresa consideran-
do su entorno (Alvear et al., 2020). Es importante entonces analizar
cómo la adopción del EVA considerado como un plan de compen-
sación, repercute en los resultados de las empresas (Shishany et al.,
2020). Es así que las empresas con economías avanzadas adoptan
el EVA como estrategia corporativa debido a su elevada tasa de éxi-
to, ya que permiten valorar el bienestar de una empresa (Babatunde
& Evuebie, 2017). Esto permite evaluar si las decisiones están real-
mente agregando valor para los accionistas.
El sector de la manufactura en el Ecuador constituye uno de los
actores más importantes y éste debería funcionar de manera ópti-
ma para generar un aporte significativo en la economía real del país
(Sánchez Juárez & Moreno Brid, 2016). El sector manufacturero po-
see gran relevancia puesto que es capaz de transformar materias
primas en productos de consumo con valor agregado, de igual ma-
nera se lo considera como uno de los pilares fundamentales para la
inversión y el desarrollo de otros sectores económicos. Para lograr
que el desempeño empresarial del sector alcance los niveles espera-
dos, se debe lograr la maximización de los beneficios sobre todo en
los inversores (Nugroho Mulyanto, 2018). La riqueza para los accio-
nistas se mide en relación con el rendimiento de sus inversiones, de
esta manera los rendimientos pueden ser en forma de dividendos
o ganancias de capital, o ambos (Babatunde & Evuebie, 2017) To-
da inversión conlleva la presencia de riesgo y la actitud del inversor
entonces ante el riesgo dependerá sin duda de las preferencias que
esperen del mismo (Juniarta & Purbawangsa, 2020).
Los inversores clasificados como aversos al riesgo o buscado-
res de riesgo elegirán un mayor riesgo de inversión que vaya acom-
pañado de expectativas de un alto nivel de beneficios también, por
el contrario, si los inversores se clasifican como evasores de riesgo
ciertamente no pueden esperar más del nivel de beneficios que re-
cibirán.
En el presente estudio se aborda el análisis del EVA en el sec-
tor molinero del Ecuador, ya que el trigo junto con el arroz, el maíz y
la cebada, son los cereales de mayor importancia para el país (FAO,
2020). El Ecuador importa el 98 % de los requerimientos internos de
trigo (Banco Central del Ecuador, 2020). En base a la importancia del
trigo como producto agrícola, deben conocerse cuáles son los ele-
mentos que ocasionan que exista una demanda insatisfecha de esta
gramínea en Ecuador y que haya que recurrir a la importación de la
mayor parte del consumo nacional. El país consume 774.000 tone-
ladas de harina de trigo, pero tan solo produce el 2 % para abaste-
cer la demanda nacional; esto conlleva a la importación de 624.000
(Holguín & Alvarado, 2017).
Por tanto, el objetivo de este estudio es determinar los facto-
res que inciden en la creación de valor en de las empresas de mo-
lienda de trigo en el Ecuador, a través del cálculo del EVA, ya que
este indicador permite determinar el sostenimiento a largo plazo de
los negocios, en este contexto podemos entender el valor agregado
como generación de riqueza adicional que la empresa está en capa-
cidad de ofertar a sus nuevos inversores. Por tanto el conocer el EVA
en una empresa ayuda a determinar si la misma está generando un
rendimiento superior al costo del capital invertido, además facilita
la toma de decisiones estratégicas y permite a las empresas con-
centrarse en mejorar la eficiencia operativa y la gestión de recursos.
Dicho estudio se lo realizó para el período 2016-2021.
2|REVISIÓN LITERARIA
Valor Económico Agregado (EVA): El EVA es un indicador que
permite evaluar la creación de valor en una empresa, con el propó-
sito de analizar lo alcanzado mediante la aplicación de la planeación
estratégica, la misma que invierte los recursos financieros en áreas
que aportan a la creación de valor (Holguín & Alvarado, 2017). Este
indicador es la demostración del beneficio económico real de la em-
presa a corto plazo, de modo que presenta información de carácter
histórico de un período determinado (Herrera, 2006). Sin embargo,
el EVA se caracteriza por buscar información que va más allá de los
cargos financieros, pues incluye el costo de oportunidad del capi-
tal de los propietarios. No obstante, de acuerdo a cada uno de sus
componentes se plantean estrategias para evitar la pérdida de valor.
UAIDI (Utilidad Antes de Intereses y Después de Impuestos):
Esta variable es clave, puesto que al incrementarlo el valor lo hará
de igual manera. En este son solo considerados los beneficios obte-
nidos por la actividad típica del negocio, más no los réditos extraor-
dinarios. Se lo obtiene al sumar los gastos financieros con la utilidad
neta a la vez que se restan las utilidades extraordinarias (Backes,
2002).
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