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Arriola-Ruiz, E., Vázquez-Guzmán, D.
Vol.13-N°1, Enero - Junio 2025
p-ISSN:2602-8204 |e-ISSN 2737-6257
1|INTRODUCCIÓN
Existe una relación importante entre la productividad laboral y
el nivel de los salarios en México. De acuerdo con información del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, el
sector de manufactura representa cerca del 16 % del producto in-
terno bruto y para el año 2018 empleaba a 6,493,020 trabajadores.
Además, este sector se caracteriza por ser intensivo en capital, por
lo que la productividad de este está en función de la inversión en
tecnología, maquinaria y equipo. Tomando esto en consideración, es
de suponerse que los aumentos en la productividad de la manufac-
tura llevarían consigo incrementos en los salarios de los trabajado-
res, sin embargo, esto no siempre ocurre (Montesino Castro, 2000).
Además, existe evidencia de la existencia de una brecha entre la
productividad y el salario para el sector manufacturero, donde los
incrementos en materia productiva llevan consigo reducciones en
el salario de los trabajadores (Gomez et al., 2014).
El presente trabajo busca indagar acerca de la relación entre
la productividad del sector manufacturero y el salario de los traba-
jadores en México. La investigación parte de la siguiente pregunta:
¿existe una diferencia entre el salario promedio de las entidades fe-
derativas con un alto nivel de productividad en manufactura y las
entidades federativas con un bajo nivel de productividad en manu-
factura? Este estudio contribuye de manera significativa a la com-
prensión de esta relación, abordando una paradoja que se aleja de
las expectativas teóricas tradicionales. A diferencia de la idea pre-
dominante de que un aumento en la productividad laboral debe tra-
ducirse en mejores salarios, esta investigación presenta evidencia
empírica de que, en el contexto mexicano, mayores niveles de pro-
ductividad en ciertas entidades federativas se asocian con salarios
promedio más bajos.
La investigación se sustenta en la teoría de la productividad
marginal y las dinámicas de salario-productividad en el contexto del
mercado laboral de la industria de manufactura. En particular, se
exploran perspectivas de la economía laboral y la teoría del valor-
trabajo para analizar cómo las inversiones en tecnología y la inten-
sificación del capital afectan la competitividad y los salarios en la
industria de manufactura. Este marco conceptual permite entender
la posible disociación entre productividad y salarios en el contexto
de la Industria 4.0 y la automatización de los procesos productivos.
Para lograr este objetivo, primero se presenta una sección don-
de se examina la literatura relevante en torno a la relación entre sa-
lario y productividad. Después, se aborda una sección que presenta
algunos determinantes del salario que son de relevancia para el te-
ma en cuestión. A continuación, se halla el apartado de la brecha
productividad-salario donde se expone evidencia de ésta a través
de los países. Más adelante, se muestra la sección de la productivi-
dad y el salario en México donde se aborda literatura en torno a las
características de la dinámica entre estas variables en el país. Pos-
teriormente se expone el apartado del desempleo tecnológico en
donde se señala literatura en torno a la relación entre la adopción
tecnológica y la pérdida de competitividad de la mano de obra. Lue-
go se presenta la sección de objetivo y preguntas de investigación,
seguido del apartado metodológico y el de resultados. Finalmente
aparece la sección de conclusiones donde se discuten los resultados
de la investigación.
2|REVISIÓN DE LITERATURA
A lo largo de la historia la relación entre el salario y la produc-
tividad ha sido analizada por diferentes escuelas del pensamiento
y estudiada bajo diferentes enfoques. En su obra de 1776, Un es-
tudio sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones,
Adam Smith aborda el tema de la productividad del trabajo y afirma
que ésta constituye la recompensa natural del trabajo. De acuerdo
con Smith, los salarios deberán aumentar conforme aumenta la pro-
ductividad derivada de la división del trabajo y la acumulación de
capital. Así, al aumentar la productividad, disminuye el costo medio
de la producción y, en consecuencia, las empresas pueden reducir
los precios de sus productos. Además, los aumentos en la producti-
vidad ocasionan que los bienes sean producidos utilizando cada vez
menos trabajo. Pero el salario no debe verse solamente como una
parte productiva, sino con un enfoque social de bienestar.
Smith (1997[1776]) afirma que un hombre siempre podrá sub-
sistir gracias al producto de su trabajo –salario– y en este sentido,
deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades básicas del tra-
bajador. En ocasiones podría incluso ser mayor, ya que, de no ser así
no será posible que el trabajador mantenga una familia. Por lo tanto,
la carrera del trabajador no podría llegar más allá de la primera gene-
ración. Por su parte, Montesino Castro (2000) expresa que el salario
es un determinante de la productividad de las empresas siempre y
cuando se encuentre por debajo del valor del trabajo, el cual inclu-
ye el costo de los bienes de manutención básicos, las necesidades
sociales y morales entre otras. Dicho de otra forma, aumentos en
el salario llevarán consigo aumentos en la productividad, si y sólo
si el salario se encuentra por debajo del valor del trabajo. Al menos,
eso es lo que anticipa la teoría, pero también existen contribuciones
ideológicas al respecto.
La crítica capitalista ofrece una explicación del valor de la pro-
ducción basado en la contribución de los trabajadores. En 1867, en
el primer tomo de El Capital, Carlos Marx acuña la Teoría del valor
(2008 [1867]), la cual constituye una de sus principales aportacio-
nes a la literatura económica. De acuerdo con Marx el valor de un
bien está determinado por el tiempo promedio necesario para pro-
ducirlo. Por ejemplo, si la fabricación de un martillo toma el doble
de tiempo que la de un desarmador, entonces el martillo debe tener
un precio dos veces más alto que el de un desarmador. Otra de las
grandes aportaciones de Marx es la Teoría del valor-trabajo, don-
de conceptualiza que la fuerza de trabajo es la habilidad que tienen
los trabajadores para producir un bien. Además, la fuerza de trabajo
incluye el total del número de horas y el costo social que permiten
que aquel obrero con las capacidades necesarias pueda trabajar. Así,
el valor del trabajo incluye el costo de alimentar a los trabajadores.
Apoyando esta idea, Montesino Castro (2000) expone que el valor
de la fuerza de trabajo se encuentra en función de los bienes de ma-
nutención básicos, así como también, de las necesidades sociales,
morales e históricas. Entonces se supone que debe de haber una
relación proporcional del valor de las cosas al trabajo invertido en
ellas.
Para explicar la supuesta disociación entre el valor de las cosas,
y el trabajo invertido en ellas, surge la escuela marginalista. Por ejem-
plo, en 1890, el economista de la escuela neoclásica Alfred Marshall
presenta el libro Principios de Economía, dónde define el producto
marginal como el cambio en la producción total provocado por el au-
mento de una unidad de trabajo (Marshall, 1920). Y en relación con
el salario, Marshall expresa que éste deberá ser igual al producto
marginal. De acuerdo con esto, una empresa maximizadora de be-
neficios aumentará el número de trabajadores hasta que el salario
sea igual al producto marginal, y si el salario es mayor que el produc-
to marginal, contratar trabajadores adicionales llevará a reducciones
de la utilidad económica (Pullen, 2009). También, cuando el salario
de los trabajadores no es suficiente para cubrir los aspectos mencio-
nados, se vuelve imperativo que los salarios reales aumenten para,
de tal forma lograr niveles superiores de productividad y beneficio
económico (Marshall, 1920). De este modo, en un mercado de com-
petencia perfecta, los salarios reales deberán ser iguales al producto
marginal del trabajo, sin embargo, esto no se manifiesta siempre con
regularidad en los mercados. Por lo tanto, el presente estudio resul-
ta pertinente para evaluar si estos postulados teóricos se cumplen
en el contexto mexicano durante el periodo analizado.
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