Blacio-Vásquez & Puertas Azanza
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Tabla 4. Prueba Chi Cuadrado de Pearson entre el nivel de autoestima y riesgo de trastorno de la conducta alimentaria (TCA) en
los estudiantes de la Facultad Jurídica, Social y Administrativa.
Elaboración: Dayanna Anaghely Blacio Vásquez
El valor chi-cuadrado y la significancia estadística indican una relación significativa entre la autoestima y el riesgo de trastornos
alimentarios. El coeficiente V de Crámer (0,386) sugiere que esta relación es de intensidad moderada.
4. Discusión
Los resultados muestran que la mayoría de los estudiantes tenía una autoestima normal (32%), seguida por una autoestima muy
alta (22,6%). Aun así, el 48% presentó un posible riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). La relación
entre la autoestima y este riesgo fue significativa (p < 0,001), lo que confirma que tener una autoestima baja puede aumentar la
probabilidad de sufrir este tipo de trastornos. Estos hallazgos coinciden con estudios realizados en otros países. Por ejemplo, en
Irán, Naemi et al. (2016) encontraron que una menor autoestima se relaciona con más síntomas de TCA. En Argentina, Murawski
y Rutsztein (2017) observaron una fuerte relación entre baja autoestima y la presión por cumplir con ideales de belleza. En Ecuador,
Borja y Lema (2022) también identificaron esta conexión. Como la adultez emergente es una etapa de cambios emocionales e
identidad en construcción (Arnett, 2000), muchas personas pueden ser más vulnerables a estos trastornos. Aunque más del 50%
de los estudiantes no están en riesgo, el porcentaje que sí lo está muestra lo importante que es contar con programas de apoyo
y educación emocional dentro de las universidades.
5. Conclusiones
La mayoría de estudiantes presentó un nivel de autoestima entre normal y muy alto. El 48 % de los estudiantes mostró un probable
riesgo de padecer trastornos de la conducta alimentaria (TCA), siendo esta condición más prevalente en mujeres jóvenes. Se
encontró una relación estadísticamente significativa entre el nivel de autoestima y el riesgo de TCA. En este sentido, la autoestima
influye directamente en la posibilidad de desarrollar un TCA, actuando como un factor protector o de riesgo, dependiendo de si
su nivel es adecuado o deficitario.
Agradecimientos : Los autores del presente caso agradecemos a la doctora Catalina Azanza por apoyar la siguiente publicación,
al personal de la Universidad Nacional de Loja que me permitió la recolección de datos necesaria para la elaboración del proyecto.
Contibución de autoría: D.A.B.V. participó en la conceptualización del estudio, recolección de datos, redacción del borrador y
análisis estadístico. A.C.P.A. contribuyó en la metodología, revisión, supervisión y validación final del escrito.
Conflicto de intereses: Los autores declaramos no tener conflicto de intereses
Financiamiento: El presente artículo fue financiado por los autores.
Referencias
[1] Arnett, J. J. (2000). Emerging adulthood. A theory of development from the late teens through the twenties. American
Psychologist, 55(5), 469–480.
[2] Borja, K., & Lema, D. (2022). Autoestima y trastornos alimentarios en adolescentes universitarios. Revista Científica
Universitaria, 18(3), 55–62.
[3] Frieiro, A., García, M., & Barcala, M. (2022). Autoestima como factor mediador de los trastornos alimentarios. Revista de
Psicología Clínica, 29(1), 44–51.
[4] García Campayo, J., et al. (2005). Validación al español del cuestionario SCOFF para el diagnóstico de trastornos de la
conducta alimentaria. Actas Españolas de Psiquiatría, 33(5), 345–352.
[5] Kolar, D. R., Rodriguez, D. L., Chacon, C. G., & Hoek, H. W. (2016). Epidemiology of eating disorders in Latin America: A
systematic review and meta-analysis. European Eating Disorders Review, 24(3), 199–215.
[6] Murawski, J., & Rutsztein, G. (2017). Autoestima y trastornos alimentarios: una revisión empírica. Revista Argentina de
Clínica Psicológica, 26(2), 101–110.
[7] Organización Mundial de la Salud (2022). Trastornos de la conducta alimentaria: Datos y estadísticas.